El Caballero De La Armadura Oxidada

El libro “El caballero de la armadura oxidada” es una lectura que me atrapó desde el principio, me sentí identificada con varias frases que me invitaron a la reflexión y al deseo de aplicar cada una de las enseñanzas. Traté de realizar la lectura del libro con apertura, humildad y deseo de aprender y fue una sorpresa para mi descubrir que algunas frases hacían alegoría a circunstancias de mi propia vida, pero ¿Cómo puedo empezar a tomar conciencia de mi propia armadura y cómo liberarme de ella? ¿Cómo recorrer ese camino de transformación que vivió el Caballero? creo que no será una tarea fácil, pero puedo decir que di el primer paso al sentirme identificada, al ponerme el saco y aceptar que he cometido errores.

Durante la lectura recordé vivencias personales y tomé como propias frases como: “Descubrí que, cuando estaba con alguien, mostraba solo mi mejor imagen. No dejaba caer mis barreras, de manera que ni yo ni la otra persona podíamos ver lo que intentaba esconder”, debo aceptar que suelo poner escudos para protegerme, ¿de qué?… no estoy segura, tal vez del miedo al rechazo a que los demás descubran en realidad quién soy. He pasado mi vida intentando demostrar a los demás qué soy, en vez de sólo dejar ver quien soy en realidad, y lo más lamentable es que siento que muchas veces el medio en el que me desenvuelvo, me ha dictado qué tan brillante debe ser mi armadura, así voy por la vida con mi armadura puesta para ser aceptada y querida por todos.

Quiero emprender mi viaje y desprenderme de mi armadura y aunque sé que surgirán otras volveré al camino de la verdad, pero la próxima vez será más sencillo, pues estaré iluminada por el camino del conocimiento.

Este libro también me invitó a tratar de ser feliz por el aire que respiro, porque el sol ha salido de nuevo, por vivir y disfrutar un día más de la vida. Trataré de no volver por el mismo sendero, a fin de cuenta ya sé a qué me llevará. Quiero Vivir sin prisas ese proceso de aprendizaje llamado "la vida", porque, como dice el mago Merlín: "no se puede correr y aprender al mismo tiempo".

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