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El Caracter


Enviado por   •  15 de Diciembre de 2014  •  1.664 Palabras (7 Páginas)  •  151 Visitas

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INDICADORES DEL CARÁCTER

Los mimos siempre han sabido que los movimientos corporales de un hombre son tan personales como su firma. Los novelistas también saben que, con frecuencia, reflejan su carácter.

Las investigaciones acerca de la comunicación humana a menudo han descuidado al individuo en sí. No obstante, es obvio

que cualquiera de nosotros puede hacer un análisis básico del

carácter de un individuo, basándose en su manera de moverse rígido, desenvuelto, vigoroso y que la manera en que lo haga representará un rasgo bastante estable de sus características personales.

Tomemos por ejemplo la simple acción de caminar: levantar en

forma alternada los pies, llevarlos hacia adelante y colocarlos

sobre el piso. Este solo hecho nos puede indicar muchas cosas.

El hombre que habitualmente taconee con fuerza al caminar

nos dará la impresión de ser un individuo decidido. Si camina

ligero, podrá parecer impaciente o agresivo, aunque si con el

mismo impulso lo hace más lentamente, de manera más pareja, nos hará pensar que se trata de una persona paciente y persistente en el logro de sus objetivos. Otra lo hará con muy poco impulso como si cruzando un parque tratara de no arruinar

la gramilla y nos dará una idea de falta de seguridad. Como el

movimiento de la pierna comienza a la altura de la cadera,

existen otras variaciones. El hecho de levantar las caderas exageradamente nos hará pensar en una persona satisfecha de sí misma; si al mismo tiempo que camina, produce un leve movimiento de caderas, la manera de andar será cómoda y cadenciosa. Si a esto se le agrega un poco más de ritmo, más énfasis y una figura en forma de “guitarra”, se logrará la forma de caminar que hace dar vuelta la cabeza a los hombres por la calle para mirar a una mujer.

Esto representa la forma del movimiento corporal, en contraste con sus motivaciones: no el acto de caminar sino la manera

en que se hace no el acto de estrechar la mano, sino la forma

de hacerlo. El sistema que surgió para “el estudio de este tema

se denomina “esfuerzo-forma”. El analista de “esfuerzo-forma”

estudiará el fluir del movimiento en tensión o en relajación,

intenso o leve, repentino o directo, etc. y en la “figura”, que

es en realidad un concepto de la danza: las formas que adopta

el cuerpo en el espacio.

En verdad, el sistema “esfuerzo-forma” tuvo su origen en la observación de la danza. Toda su historia coincide con la de un

Hombre notable Rudolph Laban. Originariamente, éste era arquitecto y pintor; se volcó hacia la coreografía a principios del

año 1900 en Europa. Ideó un sistema para registrar los diferentes pasos de danza para lograr un registro de los movimientos de los bailarines que se denominó el Sistema Laban. Este sistema se emplea tanto para ballet, como folklore y danzas modernas, desde hace más de treinta años.

Cuando surgió el nazismo, Laban huyó de Europa Central hacia

Inglaterra. Allí, durante la guerra, le encargaron que investigara

la eficiencia y la fatiga en la industria británica. Su manera de

encarar el problema fue totalmente diferente al estudio, empleado hasta entonces, del “tiempo-movimiento”, que concentraba el máximo esfuerzo en hallar el modo más corto y breve de lograr un objetivo determinado, tratando al obrero en algunas oportunidades, como si fuera solamente una parte más de la maquinaria. Laban trató de hallar secuencias de movimiento que resultaran cómodas, variadas, tratando de evitar cualquier tipo de esfuerzo innecesario. Por ejemplo: si un obrero debía levantar un objeto pesado, la manera más rápida de hacerlo podría ser levantándolo perpendicularmente. Laban propuso un movimiento en dos etapas: primero un movimiento hacia arriba y a la derecha y luego otro hacia la izquierda, de manera tal que el impulso y el ritmo del movimiento acompañaran al esfuerzo de levantarlo.

A través de estos estudios industriales Laban desarrolló un sis-

tema diferente para analizar y describir los movimientos: “esfuerzo-forma”. En cierta manera,el sistema Laban es algo similar a la escritura musical, mientras que “esfuerzo-forma” representaría las diferentes intensidades de la música: pianissimo, forte,etc. Laban descubrió que mediante este nuevo sistema podía registrar no solamente los pasos de danza, sino cualquier interacción, aun la que se produce cuando la gente está sentada y conversando sobre cualquier tema. Más aun: su sistema describía tanto el modo como el hombre se relacionaba con el mundo exterior (espacio), como la forma en que descargaba y modificaba su energía (esfuerzo). Al demostrar la interrelación de estos dos factores, trataba de llegar a la misma raíz biológica de la comunicación del hombre.

Laban logró ampliamente su propósito, siendo a un mismo tiempo objetivo y exacto. Así lo explicó más tarde una de las discípulas de Laban, Irmgard Bartenieff: “podemos describir una ‘postura orgullosa’, un modo de andar ‘seductor’ o un ‘gesto exigente’, en términos específicos y objetivos de rasgos de los movimientos”.

“Esfuerzo-forma” ha sido aplicado tanto para la instrucción de

la danza como para la de los actores; para terapia por medio de

la danza y para la rehabilitación física; para estudios acerca del

desarrollo de los niños, en investigaciones psicoterapéuticas y

aun en la investigación comparativa de las diversas culturas. En

Inglaterra, Warren Lamb, que colaboró con Laban en la creación del sistema “esfuerzo-forma”, lo ha estado empleando en su tarea de consultor industrial desde hace más de veinte años.

Lamb evalúa a los aspirantes a puestos directivos, analizando

el estilo de sus movimientos. Ha estudiado a más de cinco mil

individuos y esto sólo constituye una prueba fehaciente de la

practicidad del sistema. Los resultados obtenidos han sido buenos, aunque todavía no se ha logrado una manera de validación experimental.

Hay algo casi sobrenatural en el sistema de Laban sobre el análisis de los movimientos, especialmente debido a que luego de un entrenamiento de dos años, el analista logra “ver” muchos

detalles reveladores que el lego ni siquiera imagina. Para tener

una idea más concreta acerca de le que puede llegar a interpretar un experto en “esfuerzo-forma”, fui al hospital del Estado de Bronx, a entrevistar a Martha Davis, una psicoanalista del equipo de esta institución, que está realizando estudios sobre el movimiento mientras termina su doctorado. Hace aproximadamente nueve años, la señorita Davis trabajaba como asistente de investigación en el consultorio externo del Hospital Psiquiátrico “Albert Einstein”. Allí conoció AIrmgard Bartenieff, la mujer que introdujo el estudio de “esfuerzo-forma” en nuestro país. Intrigada al principio y luego entregada por completo a su estudio, terminó colaborando con la señora Bartenieffen una serie de análisis del movimiento que fueron los primeros que se emplearon en terapia familiar y de grupo.

La señorita Davis me enseñó una de las películas tomadas durante una de esas sesiones. Al comenzar, entraban a una habitación dos hombres: el médico y su paciente, pasaban frente a la cámara y se sentaban enfrentándola. Lo que me llamó la atención inmediatamente, era que había algo sumamente extraño en el paciente. La película fue pasada sin la banda de sonido de

manera que no contábamos con ese recurso para hallar una pista en el diálogo. No obstante, era evidente que el paciente no se movía de la misma manera que una persona normal. La señorita Davis me señala dos diferencias. Por una parte, su manera de caminar: parecía deslizar los pies de manera muy lenta,monótona y pareja, trasladando sólo muy levemente el pesodel cuerpo de un pie a otro. También se sentaba de una maneraextraña: en perfecta simetría, con las piernas descruzadas, los brazos colgando a los costados y con el torso inmóvil. La señorita Davis me explicó que este grado de simetría e inmovilidad son picos de algunos esquizofrénicos. Ella ha descubierto que algunos trastornos motores parecen ser indicios efectivos de la gravedad de la enfermedad del paciente y otros son correlativos con otros diagnósticos específicos.

A medida que pasaba la película, el paciente se movía muy poco

pero, cada vez que lo hacía, producía un efecto extraño. Algunas veces volvía lentamente la cabeza de la izquierda hacia la derecha, como en un sueño y al terminar el movimiento comenzaba a rascarse la cara, arañándose repetidas veces con las uñas. Luego comenzaba un movimiento que dejaba inconcluso o empezaba otro para dejarlo inmediatamente e iniciaba otro totalmente diferente. Todo lo que hacía era contradictorio; sus ritmos y frecuencias parecían fragmentados y era como si su extraña lentitud constituyera una barrera entre él y los demás. Me hizo recordar algo que Birdwhistell me había dicho: las madres de niños psicóticos parecen notar que ellos tienen un serio problema desde que tienen pocos meses de edad, por la manera extraña de moverse.

Como contraste, observamos luego al psiquiatra que aparecía

en la película estaba sentado echado levemente hacia adelante, enfrentando al paciente y cuando gesticulaba, cosa que no sucedía muy a menudo, sus movimientos eran claros, rápidos,

breves y espaciados. En un momento dado, el paciente se cayó

hacia un lado: el doctor se estiró hacia él, lo tomó del brazo y

volvió a enderezarlo. Este gesto fue realizado con gesto decidido y directo. No pareció nada repentino ni brusco y fue perfectamente aprovechado; cuando tomó al paciente del brazo, no tiró de él hacia abajo ni lo empujó hacia arriba sino que con

suavidad pero firmeza, lo volvió a su posición anterior. Resumiendo, la señorita Davis me dijo que, a su juicio más que un verdadero análisis la impresión de una persona acostumbrada a observar, el médico era una persona firme, suave y sensible,algo intelectual y alejado de la realidad.

Si la señorita Davis hubiera deseado realizar un análisis más profundo, lo hubiera efectuado por alguno de estos dos métodos:

podría haber registrado en detalle las secuencias de movimiento, características de cada individuo; como alternativa, proyectaría la película repetidas veces, buscando en cada oportunidad lo que se llaman “parámetros de esfuerzo-forma”. Estos parámetros son numerosos y complejos, pero, resumiendo, podrían haber llamado su atención los siguientes aspectos: Relación entre el gesto y la postura: es una forma de evaluar el grado de compromiso que tiene un individuo con respecto a una situación dada. Pueden distinguirse dos tipos de movimientos: el expresivo, en el que el individuo utiliza sólo una parte de su cuerpo y el postural, que generalmente atañe a toda su persona e implica también variaciones en la ubicación del

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