ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El Tazón De Madera


Enviado por   •  27 de Mayo de 2011  •  460 Palabras (2 Páginas)  •  1.903 Visitas

Página 1 de 2

El tazón de madera.

Un viejo se fue a vivir con sus

Hijos, su nuera y su nieto con cuatro años. El vivía solo y deseaba compartir con sus familias sus últimos días. Los años no habían pasado en balde. Ya le temblaban las manos, su vista era torpe y sus pasos no eran tan ligeros como antaño. Toda familia comía reunida en la mesa del comedor, pero las manos temblorosas y la vista enferma del abuelito hacían que alimentarse fuera un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso sucedía con frecuencia que se le derramaba la leche sobre el mantel.

El hijo y su esposa se fastidiaron con la situación.

-tenemos que hacer algo con mi padre – dijo el hijo- ya he tenido suficiente y estoy harto de esta situación. Derrama ya leche, y hace ruido al comer y tira la comida al suelo.

Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor para servirle al viejo. Así pasaron los días y el abuelo comía solitario mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer.

Como ya había roto varios platos, decidieron servir su comida en un tazón de madera.

De vez en cuando miraban hacia el sitio del abuelo y podían verle una lágrima furtiva mientras estaba allí sentado y solo. Sin embargo, las únicas palabras que le pareja le dirigía eran reproches cada vez que dejaba caer algún cubierto o la comida. El nieto de cinco años observaba todo silencio.

Una tarde antes de la cena, observaron que su hijo estaba jugando con unos trozos de madera en el suelo, y el papa le pregunto suavemente

-que estás haciendo, hijo con la misma dulzura el niño contesto.

-ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mama para que, cuando yo crezca, ustedes coman en ellos.

Sonrió y siguió con su tarea.

Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla.

Las lágrimas rodaron por sus mejillas. Y, aun que ninguna palabra se dijo al respeto, ambos supieron lo que tenían que hacer.

Esa tarde el hijo tomo gentilmente la mano del abuelo y lo guio de vuelta a la mesa familiar, en la que por el resto de sus días el anciano ocupo un lugar con ellos. Y por alguna razón ni el esposo parecía molestarse cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se mancha el mantel.

¿Qué harán contigo tus seres queridos cuando estés viejo.

¿Acaso es lo mismo que tú has hechos con los tuyos.

¿Qué

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (2.5 Kb)   pdf (48.4 Kb)   docx (9.4 Kb)  
Leer 1 página más »
Disponible sólo en Clubensayos.com