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El concepto de Estado


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2013  •  Ensayos  •  3.004 Palabras (13 Páginas)  •  241 Visitas

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El concepto de Estado supone el de lo político, comienza enunciando Carl Schmitt en esta obra. A primera vista pareciera que lo político se equipara con lo estatal y viceversa, en una ecuación de igualdad. Un segundo intento de reflexión nos dice más bien que dicha ecuación es producto de la lógica que supone al Estado como única arena de actuación colectiva, en tanto espacio o unidad política constituida que no permite la existencia de grupos antagónicos existentes fuera de sus límites. Tal igualdad a decir de Schmitt no satisface a nadie, ya que lo político, excede en dimensión a lo estatal, debido a que el antagonismo, conflicto y distinción amigo-enemigo, (características esenciales de lo político) no solamente se da dentro de la dimensión institucional del Estado, sino que permea todas las capas del cuerpo social. Lo político puede apropiarse por sí mismo de cualquier espacio, y por lo tanto su especificidad no depende de la creación de uno propio para desarrollarse. Lo político además, precede al Estado ya que fue precisamente el conflicto u antagonismo lo que propició la creación de un ente extraordinario que regulara la convivencia entre los hombres.

De esta manera podemos deducir que lo político se encuentra inmerso dentro y fuera de los límites institucionales de toda organización política constituida y así, el concepto de lo político supone al del estado y al de lo social con todas sus implicaciones al mismo tiempo.

Cabe mencionar que si bien la distinción amigo-enemigo es característica esencial de lo político, en tanto nos muestra el grado máximo de intensidad de unión o separación, de asociación o disociación, según el autor, no todos los antagonismos o conflictos pueden catalogarse de políticos ; que estén politizados por acarrear consigo una confrontación hostil es otra cosa. Schmitt es muy claro al enunciar que por enemigo debe entenderse un conjunto de hombres que se opone combativamente a otro. Es decir, el conflicto político es siempre grupal y el enemigo entonces será el enemigo público, nunca el privado. Es por ello que el autor apunta a que solo debe verse al enemigo como el otro, el extraño, el distinto que en algún momento amenaza en términos existenciales al grupo al que se pertenece, es decir, con la objetividad necesaria para evitar asignarle juicios de valor innecesarios. Es aquí en donde Schmitt puntualiza también que no todos los grupos son políticos. Pueden encontrarse dentro de esta categoría solo aquellos que reúnen dos características: Autonomía decisional en cuanto a la elección de a quienes tratar como amigos o enemigos y el modo en el que habrá de enfrentarlos siempre y cuando esté dispuesto el grupo a hacerlo.

Siendo entonces la alteridad y la amenaza existencial del contrario sobre nosotros las características esenciales de nuestro oponente, es necesario valerse de una estrategia de enfrentamiento. Dicha estrategia según Schmitt debe tener por principal cometido combatir más que eliminar, ya que el enemigo posee un carácter funcional y al mismo tiempo no hay que olvidar que su condición de enemigo es puramente contingente o circunstancial. Pero entonces ¿de qué manera es que el enemigo sirve a su oponente? El enemigo define a la agrupación en principio, es decir, inyecta sin querer una gran dosis de identidad e instinto de pertenecía. El enemigo cohesiona, une, le recuerda a los miembros del grupo contrario porqué es que están unidos, porqué es necesario construir alianzas, les recuerda su causa.

De igual forma que Schmitt da tratamiento al enemigo lo hace con el amigo. Los amigos políticos no necesariamente son amigos en el ámbito privado, también son de carácter circunstancial y finalmente poseen de igual modo un valor funcional. Por lo tanto, así como el enemigo sirve para crear alianzas entre amigos, los amigos fortalecen las alianzas del enemigo. Se es amigo y enemigo al mismo tiempo porque en el enfrentamiento político no hay buenos ni malos, claro, si se mira desde afuera.

Por todo lo anterior es que Schmitt afirma que el intercambio o proceso político varía según las relaciones y reagrupamientos que existan entre grupos de amigos o enemigos. Es interesante como establece el autor hasta cierto punto un parámetro en el que afirma que cuanto más se acerque la oposición o antagonismo al punto extremo se aproximará más a lo político. ¿a qué le llama Schmitt punto extremo? A la guerra, y es justamente este argumento el que ha causado tanto revuelo alrededor de su obra. Es por ello necesario mencionar que no se trata de asignar un enfoque bélico a lo político ni uno mortal al enemigo como Chantal Mouffe apuntó en algún momento. La guerra es una posibilidad real y latente dentro del escenario del conflicto, no el fin último u objetivo. Lo político a su vez tampoco posee un afán pacificador, ya que el conflicto mismo y sus implicaciones lo impiden. ¿Cómo pensar en lo político en un escenario ajeno a la posibilidad de la lucha?

Por otra parte, los fenómenos políticos, como ya se ha visto, se apropian de cualquier espacio, es por ello que Schmitt afirma que lo político puede extraer su fuerza de todos los ámbitos de la vida humana, esto es, de antagonismos de índole diversa capaces de agrupar personas y formar distintas causas de combate.

Es por ello que los partidos políticos son solo un ejemplo de fenómeno político, el cual puede encontrarse dentro de los límites institucionales del estado o fuera de ellos, en lo que Schmitt denomina política interior o exterior. De esto podemos concluir que al ser la dimensión de lo político tan extensa, no se reduce solamente a la política de partidos, ya que comúnmente suelen equipararse estos dos conceptos también. Es necesario precisar que al ser la distinción amigo-enemigo inherente a toda conducta política, se verá inmiscuido dentro del ámbito político todo antagonismo capaz de agrupar para el combate a los miembros de la sociedad en grupos abanderados con una causa común. Lo político puede insertarse en lo económico, lo religioso, lo moral, lo filosófico, lo estatal etc. Basta pensar en las distintas causas generadoras de lucha común, como la defensa de los derechos de las minorías como ejemplo .

Intentar definir y establecer los límites de lo que lo político y la política representan no es tarea fácil y no me atrevería a catalogar como errores algunas inconsistencias en la obra de Schmitt. La primera de estas es sin duda al abordar la distinción amigo- enemigo, en la cual se menciona que lo político solo atañe al enemigo público. Me parece que en principio para que el conflicto adopte tintes políticos o grupales este debió haber comenzado sin duda en el ámbito privado, lo que hace a dicho ámbito importante para dar tratamiento a la fase posterior que es justamente el antagonismo político.

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