El estrangulador de Tacuba

INTRODUCCIÓN.

La presente actividad tiene como propósito desarrollar un tema de trascendencias sociales, jurídicas, económicas e incluso hasta políticas.

El estrangulador de Tacuba o de Tacubaya, como también se le conoce, fue un hombre identificado con el nombre de Gregorio Cárdenas Hernández, mejor conocido como “Goyo” o “Goyito”. Este sujeto, tiene la característica de ser un asesino serial, escribió varios libros, le dedicaron canciones, hicieron películas sobre su vida, obras de teatro, radionovelas, historietas, pero lo más destacado es que fue indultado por el presidente de la República y homenajeado por los propios diputados federales de nuestro Honorable Congreso de la Unión.

En esa tesitura, se vislumbra el porqué, tuvo tanta repercusión y en tantos ámbitos; representó a la sociedad burócrata emergente de mediados del siglo XX; atrajo la mirada de distintos estudiosos de la medicina, la criminología, la psicología, la psiquiatría y el derecho; se le consideró un individuo readaptado socialmente mediante la política criminal establecida por el gobierno; simplemente, es el primer asesino serial de México.

Por tanto, mediante un análisis breve de su vida, la descripción de sus asesinatos, y la respuesta a varias interrogantes, podremos entender mejor a Goyo Cárdenas, “El Estrangulador de Tacuba”.

Las interrogantes en cuestión son: ¿Cómo se llevó a cabo la integración de la averiguación previa en el caso mencionado?, ¿Cómo se aplica la psicología criminal en este caso?, ¿Crees que esta persona cometió sola los delitos o tenía cómplices?, ¿Qué sentencia se dictó al presunto responsable del asesinato de estas mujeres?

Con lo anterior, intentaremos concluir si Gregorio Cárdenas Hérnandez, “Goyo”, fue juzgado conforme las Garantías Individuales instituidas en la Constitución, y si el sistema de impartición de justicia, en verdad la impartió a su favor o en su contra, sin dejar de lado que, efectivamente, cometió cuatro homicidios en tan solo quince días.

DESARROLLO

GREGORIO CÁRDENAS HERNÁNDEZ, “GOYO”.

La vida de este sujeto es larga, nació en el año de 1915, en el Estado de Veracruz, hijo menor de diez hermanos, su madre Vicenta Hernández, lo crio, con las calamidades de aquella época, duramente, con castigos y golpes. Las carencias de la sociedad mexicana en ese entonces hería a la sociedad en su conjunto, desde la infancia emigró a la capital del país, donde logró estudiar hasta una carrera universitaria.

Gregorio tuvo su primera relación sexual a los 11 años y fue obligado a casarse, años más tarde con Gabina González, debido a que la familia de ésta recurre a los tribunales para obligarlo a contraer matrimonio, pues habían tenido relaciones sexuales con anterioridad. (Ricardo, 2014)

“…Desde pequeño presentó diversos padecimientos, entre ellos estrabismo y a una edad mayor, enuresis, enfermedad que se manifiesta al haber una falla en el control de esfínteres y que puede presentarse en personas muy nerviosas, con poca o nula capacidad de contención o en el caso de haber existido una fuerte estimulación sexual o poseer gran cantidad de agresión contenida. Al mismo tiempo sufría de terrores nocturnos los cuales están relacionados con un inmenso temor a la castración o al abuso sexual…”. (Esquivel, 2012)

Toda su vida fue un destacado estudiante, incluso entro a la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, logró obtener una beca otorgada por Petróleos Mexicanos (PEMEX), con lo cual pudo independizarse y rentar un lugar para vivir en el centro histórico de la ciudad de México, en la Calle Mar del Norte 20, Tacuba. (Arroyo Tafolla, 2014)

La noche del día 15 de agosto de 1942, Goyo Cárdenas abordó su automóvil Ford, acostumbrado a buscar sexoservidoras, recogió a una de 16 años, su primera víctima, la llevó a su domicilio y tras sostener relaciones sexuales con ella, y después de un descuido de la joven al ir al baño la estranguló con un cordón, para después enterrarla en el patio. (Pujadas, 2014)

Exactamente, ocho días después, durante la madrugada del día 23 de agosto de ese mismo año, Goyito volvió en busca de otra presa, en esta ocasión, la prostituta que eligió tenía tan sólo 14 años, utilizó el mismo modus operandi, la estranguló con el mismo cordón y la enterró junto a su compañera de oficio. Para el siguiente crimen, Goyo redujo la espera esperó únicamente seis días, así la noche del día 29 de agosto de 1942, salió en busca de otra víctima con el mismo destino que las anteriores, su jardín. (Pujadas, 2014)

“…El último crimen ocurrió cuatro días después, el 02 de septiembre. Goyo cortejaba constantemente a una chica llamada Graciela Arias Ávalos, estudiante del bachillerato de Ciencias Químicas, alumna modelo e hija de un conocido abogado penalista…

...