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Estos cambios ocurren tanto en la hembra como en el varón y son: Adolescencia


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2015  •  Informes  •  694 Palabras (3 Páginas)  •  28 Visitas

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Adolescencia :     Es un periodo de transición comprendido entre la infancia y la adultez, el niño empieza hacerse hombre y por ello debe pasar por un proceso, caracterizado por cambios corporales y por la adaptación del entorno. Ello coloca al individuo, en una situación propensa al conflicto donde el potencial biológico se enfrenta al potencial sociocultural, con la esperanza de que la resultante de esa interacción, sea un individuo sano, con capacidad de tolerar frustraciones y con aspectos asertivos en su personalidad.

Cambios Psicológicos

     Se refieren a la mente y tienen que ver   con    el comportamiento     del   adolescente y su actitud ante la vida y   las      personas que le    rodean.

Estos cambios ocurren tanto en la hembra como en el varón y son:

  • Descubrimiento del Yo o de la personalidad. El muchacho(a) quiere que se le tome en cuenta y quiere sentirse importante ante los demás y llamar la atención.
  • Comienza a sentir interés e inclinación por el sexo opuesto.
  • Despiertan sentimientos de rebeldía frente a los padres, maestros y autoridades. Es el sentimiento de independencia. Comienza a interesarse más por su apariencia personal que en la etapa anterior: ropas, peinados, pinturas y maquillaje en las hembras. El varón también cuida más su apariencia personal: ropa, calzado, musculatura y otros.
  • El carácter atraviesa por etapas de inestabilidad, pasa rápidamente del llanto a la alegría, de la exaltación al abatimiento, sin motivo aparente.
  • Se siente muchas veces incomprendido, de tal modo que a veces él mismo no se entiende, su conducta y comportamiento son contradictorios.
  • Deseo de imitación o emulación de personajes históricos o de ídolos de actualidad: actores, actrices, cantantes, deportistas y otros.

2.1. LA INDEPENDENCIA Y LA SEGURIDAD DE SÍ MISMO
En el proceso permanente por querer instaurar su propio sentido de identidad, el adolescente vive la tensión de tener que escoger su proyecto de vida, al mismo tiempo que se obliga a adaptar su comportamiento a las normas de conducta que prescribe la sociedad. Se trata, sin duda, de un problema moral básico, no sólo del adolescente, sino de toda la vida en relación, que consiste en conciliar el interés personal con la aprobación del grupo al que se pertenece. La anhelada búsqueda de independencia del individuo para hacer valer su propio sentido de identidad y el desarrollo pleno de su propio yo, no puede darse contraviniendo los lazos que hacen posible la convivencia social, pero tampoco en aras de perpetuar esta última se justifica sacrificar el desarrollo autónomo y la independencia del adolescente para fijar su propia identidad.

Para lograr el equilibrio necesario en esta relación (adolescente-sociedad), la sociedad misma o el grupo social de pertenencia del adolescente deben propiciar un clima social y un conjunto de actitudes favorables para el desarrollo de la acción independiente. En este aspecto juegan un papel central ―las prácticas de crianza infantil y los modelos de conducta que los padres proporcionan al adolescente… también influye en ello las interacciones con los coetáneos y el apoyo que brinden éstos a la conducta independiente.
  No es suficiente pues con que las normas sociales o jurídicas de nuestro país postulen formalmente el ideal de una adolescencia con pleno reconocimiento de su independencia y autonomía, se hace necesario que ello vaya acompañado de prácticas sociales, interacciones y actitudes que propicien la conducta independiente del adolescente en los diferentes ámbitos de la vida social (familia, escuela, barrio, amigos, etc.).
Además de estas condiciones externas que facilitan la conducta independiente, se requiere por lo menos cubrir dos condiciones que son intrínsecas al propio adolescente: 1) el deseo de ser independiente y un fuerte compromiso con el mismo, y 2) poseer o desarrollar un pensamiento independiente.
Es cierto que no todos los adolescentes manifiestan en sus acciones y actitudes el deseo de ser independientes y menos aún un compromiso por arribar a este nivel de desarrollo humano; antes bien, pareciera que su deseo más radical es seguir siendo seres dependientes de sus padres, maestros, autoridades, amigos, etc. En esta situación, la posibilidad de la independencia se asume con temor

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