Hacernos Cargo De La Depresión
raso1519 de Marzo de 2015
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Haciéndose Cargo de la Depresión
Los recientes resultados de la encuesta realizada en CSBC, durante la conferencia
de ministros de Abril del 2002, reveló que el 34% de los participantes indicó que tenían
problemas con la depresión. Todos han tenido o tendrán experiencias de depresión
alguna vez durante su vida.
Los síntomas de la depresión pueden ser el resultado de sentimientos de culpa, de
temor, de falta de valor o estima propia, de falta de esperanza, de enojo y de tristeza.
Los pastores principalmente pueden estar predispuestos a causa de lo irreal que puede
ser lo que ellos esperan de sí mismos, o de lo que viene de la congregación. Hay un
sentido de insuficiencia creciente, para enfrentarse a las demandas del ministerio.
En iglesias en las que con frecuencia hay problemas internos, la fatiga emocional
y el desaliento pueden causar la depresión en los pastores. Otra causa proviene de fatiga
causada por la compasión, que es cuando al pastor “se le acaba la gasolina” por tanto
ayudar a otros.
Los Pastores también pueden estar expuestos a la depresión porque son las
víctimas secondarias de todas las crisis que hay en las vidas de los miembros. El pastor
siempre tiene que ser el fuerte y está bajo presión de decir las palabras adecuadas de
consuelo. Él es el que tiene que ser el origen de la fortaleza para todos los demás. El
pastor tiene limitaciones humanas sobre qué tanto puede aguantar su sistema emocional.
Y por lo tanto, ¡él, simplemente se cansa!
¿Qué hace él con su tristeza, con el sentido de desaliento o desesperanza, dolor
por las pérdidas, enojo por las injusticias y desiluciones de las personas? ¿A dónde o
con quién puede él ir por ayuda o por apoyo? Es muy común que el pastor NO
reconozca su necesidad de buscar ayuda intencionalmente para él mismo, para
mantenerse saludable emocional y físicamente.
La depresión se arraiga. El pastor quizá se sienta culpable por sentirse deprimido.
Frecuentemente, los pastores ignoran o niegan que tengan un problema serio
emocionalmente. Aunque él se de cuenta que se está aislando él mismo, que se está
sintiendo desilucionado de sí mismo, fatigado, irritable, sin poder sentir placer,
comiendo demasiado o muy poco, indeciso, sin dormir bien, teniendo mas conflicto y
problemas para relacionarse con otros, o luchando con falta de estima propia.
El artículo a continuación, es muy bueno para ayudar a que los pastores no se
sientan culpables por estar deprimidos. Después de leer el artículo, esperamos que usted
busque ayuda, si su vida y su ministerio se encuentran afectados por la depresión. Usted
puede estar sufriendo de depresión clínica, si ud. tiene cuando menos cuatro de los
siguientes síntomas.
1. falta de apetito/una significante pérdida de peso, o aumento de apetito/ aumento
significante de peso.
2. insomnia
3. momentos de agitación o de inquietud, o que su cuerpo no responda tan
rápidamente como antes.
4. falta de placer o interés en las actividades cotidianas.
5. falta de energía, fatiga.
6. sentimientos de poco valor o estima propia, o desprecio de sí mismo, culpas
inapropiadas
7. habilidad para concentrarse disminuída, se tarda mas para pensar o concentrarse
8. deseos de muerte, pensamientos de suicidio.
¿Qué es lo que debo de hacer si me siento deprimido? Es extremadamente
importante el que consulte con un doctor o con un consejero profesional. Generalmente
yo le puedo recomendar a uno en su área.
En un nivel mas ligero, le ayudaría hacer lo siguiente:
1. Comer alimentos nutriciosos y balanceados.
2. Descansar y dormir suficientemente, sin hacerlo demasiado.
3. Haga ejercicio regularmente.
4. Haga planes para algo de diversión o placer, diariamente.
5. Ponga estructura en su día. Logre metas pequeñas.
6. Pase tiempo de calidad con las personas significantes en su vida. Hable acerca de
sus SENTIMIENTOS.
7. Mantenga un diario. Manténgase al tanto de los cambios en su modo de ser, en
sus sentimientos y pensamientos.
8. Los devocionales diarios son indispensables.
9. Tome un tiempo libre para un descanso sabatical, periódicamente.
Las bendiciones de Dios para usted,
Greg Sumii
Director del Cuidado Pastoral y de la Iglesia, CSBC
Revelando el Mito de que los Cristianos No Deben Tener Problemas Emocionales
Por: Dwight L. Carson
Traducido por: Maru Araiza
“El único ejército que mata a sus heridos, es el ejército Cristiano.” Dijo el orador, un
psicólogo que acababa de regresar de un viaje para el ministerio entre los Misioneros en
el Extranjero. Él resumió la filosofía del grupo con el cual trabajó, en esta forma:
1. Nosotros no tenemos problemas emocionales. Si aparecen algunas dificultades
emocionales, simplemente negamos que las tengamos.
2. Si por alguna razón fallamos en lograr el primer ideal y no podemos ignorar un
problema, hacemos lo posible para que los miembros de nuestra familia, nunca
digan algo acerca de ello, a nadie fuera de la familia.
3. Si los dos primeros pasos nos fallan, aún así, no buscamos ayuda profesional.
Soy Cristiano desde hace 50 años, médico desde hace 29 y psiquiatra por los últimos 15
años. Durante todo este tiempo he observado estas mismas actitudes a través de todas
las iglesias –tanto entre líderes laicos, como pastores, sacerdotes, carismáticos,
fundamentalistas y evangélicos, todos por igual. También me he encontrado con que
muchos no solo niegan sus problemas, sino que son intolerantes con aquellos que tienen
dificultades emocionales. Muchos juzgan que los problemas emocionales de otros son
el resultado directo de pecado personal. Este es un punto de vista dañino.
En cualquier tiempo, hasta el 15 por ciento de nuestra población se encuentra
experimentando o pasando por problemas emocionales importantes en su vida. Para
ellos, nuestras iglesias necesitan ser santuarios de sanamiento, no lugares en donde ellos
deban esconder sus heridas.
EL EVANGELIO DE SALUD EMOCIONAL
Hace varios años, mi hija se encontraba luchando contra la Leucemia. Mientras estaba
encamada en el hospital, recibió una carta la cual en parte decía:
Querida Susana,
Tú no me conoces personalmente, pero te he visto varias veces en la iglesia.... he
intercedido a tu favor y sé que el Señor te va a sanar si tú se lo permites. No dejes
que Satanás te robe la vida – no dejes que la tradición religiosa te robe de lo que
Jesús hizo por íi en la cruz – por Sus llagas fuimos sanados.
La Teología detrás de esta carta, me recordó a un letrero para la defensa del carro que
decía: “Salud y Prosperidad: Su derecho Divino.” La escritora de la carta se había
apoderado de la teología de “la sanidad en la Redención” que la mayoría de los
principales evangelistas rechasa. De acuerdo a esta perspectiva tradicional de
sanamiento por fe, la redención por Cristo, proporciona la sanidad del cuerpo y de la
mente al igual que ofrece el perdón por los pecados para el alma. La escritora tenía un
buen deseo, pero la carta le causó un tremendo caos a mi hija.
Mientras que los evangélicos han principalmente rechazado la predicación de “salud y
riqueza” – de que los creyentes Cristianos siempre prosperarán física y financieramente
– muchos sostienen una insidiosa variación de ese evangelio de la prosperidad. Yo le
llamo “el evangelio emocional de la salud.” El evangelio emocional de la salud asume
que si usted se ha arrepentido de sus pecados, si ha orado correctamente y si ha pasado
el tiempo adecuado leyendo la Palabra de Dios, usted tendrá una mente sana y estará
libre de problemas emocionales. Generalmente la teología detrás del evangelio
emocional de la salud no va tan lejos como para localizar la salud emocional en la
Redención (aunque algunos lo hacen) pero en su lugar, redefinen las enfermedades
mentales como “espirituales” o como problemas de carácter, los cuales la iglesia, o el
proceso de santificación, puede hacerse cargo de ellos. El problema es que este es un
evangelio falso, uno que sin necesidad alguna agrega al sufrimiento de aquellos que ya
se encuentran en un torbellino.
Este prejuicio en contra de aquellos que sufren de problemas emocionales, se puede ver
en las iglesias de toda la nación, los Domingos por la mañana. Oramos públicamente
por el feligrés que tiene cáncer, o un ataque al corazón, o pulmonía. Pero raramente
oramos públicamente por María que sufre de una tremenda depresión, de Carlos que
sufre de ataques de pánico que lo imposibilitan, o del hijo del ministro con
esquizofrenia. Nuestro silencio, sutilmente nos envía el mensaje que éstas no son
enfermedades aceptables para que los Cristianos sufran de ellas.
El evangelio de la salud–emocional también es comunicado por algunos de nuestros
líderes mas escuchados. Oí a un orador nacional hacer el punto de que “En la cruz, usted
puede
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