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Karl Abraham - regresión


Enviado por   •  25 de Octubre de 2015  •  Apuntes  •  1.480 Palabras (6 Páginas)  •  267 Visitas

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Sabemos que Freud, realiza las etapas del desarrollo psicosexual en relación al fin sexual que tiene que ver con la satisfacción de la líbido en una zona erógena determinada. Karl Abraham, en relación a lo señalado, y en base a su experiencia clínica, menciona que las etapas oral, anal y genital deben ser subdivididas, quedando entonces seis etapas, las cuales son: oral ( succión), oral ( canibalística), anal ( destrucción y evacuación), anal ( poseer y controlar), genital ( falica) y genital propiamente tal. Sin embargo, lo novedoso de este autor, es que alude también a la relación que se establece entre ciertas etapas antes descritas y las etapas del amor objetal. Recordemos que hay que hacer la distinción en ello. En un comienzo, según Freud, la pulsión tiene diferentes características, dos de ellas son el fin sexual de la pulsión, que ya manifestamos y lo otro el objeto de la pulsión. En relación a lo segundo, Freud divide al objeto o la investidura del objeto en tres estapas. La primera corresponde a una fase autoerótica, donde la pulsión está dispersa y fragmentada en el cuerpo, vale decir, aún no existe un objeto de la pulsión propiamente tal, sólo importa la satisfacción de la misma en la dispersión corporal. Luego, cuando Freud da cuenta de la existencia de un yo, gracias a la primera experiencia de satisfacción en cuanto al proceso secundario, se produce el narcisismo, vale decir, se inviste al yo como objeto de la pulsión. Luego de ello, la libido inviste a un otro, ya sea por ejemplo como la elección de objeto anaclítica, donde se inviste a un otro en base a quién dio el alimento en la primera experiencia, etapa que Freud menciona como amor objetivo propiamente tal.
En base a ello, Abraham señala que a cada una de las seis etapas que postula, le corresponde una etapa en cuanto al amor de objeto, las cuales también se subdividen en: primera etapa donde no existe el objeto propiamente tal, anaobjetal y por lo tanto preambivalente. Aquí es importante destacar que la ambivalencia solo se da ante un objeto, es decir, como posteriormente lo menciona Klein, basándose en Abraham. El primer objeto amoroso es la madre, donde el bebé es gratificado tanto en su necesidad como también en cuanto al placer sexual de la succión. Sin embargo, hay ocasiones en que el niño no recibe el alimento cuando requiere la satisfaccion desde la fuente de la pulsión del estimulo endógeno, apremio a la vida. Por lo tanto, el niño se frustra y fantasea con destruir y odiar a aquel pecho que le niega la satisfacción. Por lo tanto, en esta primera etapa, al no existir aún un objeto al cual destinar tanto el amor y producto de la frustración, un odio, se considera que es preambivalente y anaobjetal. Además, Abraham es categórico en cuanto a señalar, que el adulto, al enfrentarse a situaciones que puedan amenazar la integridad del yo, se producen regresiones a zonas de fijación, producto de excesiva gratificación o frustración, desencadenando diversas patologías, que en el caso de la primera etapa, la succión, corresponde a la esquizofrenia. Pensemos un momento en la relación al destino y fin de la pulsión y su relación con la esquizofrenia. Como vemos en dicha patología, existe sobre todo la escición y fragmentación correspondiente a la dispersión y disgregación de la pulsión en dicha etapa. Luego Abraham, producto de la evolución Y aumento en relación a la personalidad, se da el paso a la segunda etapa, correspondiente a la oral canibalística, donde hay narcisismo puro, ambivalencia, ya que hay un objeto además de la patología asociada, correspondiente a la melancolía. Aquí es necesario considerar lo que ya mencionamos antes, pero agregando que si bien hay objeto, este sólo es considerado en tanto al placer de devorarlo y destruirlo en su totalidad, es decir, en base a un placer puramente narcisista.Lo importante de la patología de la melancolía como regresión a esta etapa en cuanto a fijación, es que en el duelo normal, el yo tolera la perdida transcurrido un tiempo, mientras que el melancólico jamás supera dicha pérdida ya que en sus fantasías, ha introyectado y devorado él al objeto, sintiéndose él culpable y autorreprochándose por dicha culpabilidad. La ambivalencia se da en cuanto a que este objeto que en su momento fue amado, la frustración provoca que se lo devore en su totalidad por el odio proyectado. Luego viene la primera etapa anal sádica, ambivalente por lo dicho con anterioridad, pero la diferencia fundamental esta en que se manifiesta el amor parcial, canibalismo parcial, es decir, son las primeras muestras de amor objetivo propiamente tal, ya que se introyecta, devora y destruye, una parte de ese objeto salvaguardando lo demás, esto quiere decir que se ha abandonado en cierta parte y renunciado a su narcisismo. Ahora Abraham, explica que en dicha etapa, la regresión se manifiesta en una patología como la paranoia y la cleptomanía. Esto lo ejemplifica manifestando los casos de dos de sus pacientes en análisis X e Y. El autor refiere que dichas mujeres, debido a no superar el complejo de castración tenian la compulsión por arrancar y robar cosas del padre que en su fantasías representaban al organo sexual masculino, con el anhelo de arrancarlo. Curiosamente, dichas pacientes no podían representar al padre como objeto total, sino sólo la parte de los genitales, de la cual habían sido desprovistas. En relación a ello, abraham estipula esta etapa, primera anal, como de amor parcial, caracterizándose por la introyección, destrucción y evacuación principalmente de una parte del objeto. Ahora en cuanto a la paranoia, él da el ejemplo de Shcreber, un caso tomado por Freud en base a un expediente médico, donde concluye que este hombre sufre de una homosexualidad latente dirigida hacia el padre y hermano en una condensación, desplazada en la figura del médico. Pero como dicha situación era inconciliable para el paciente, el amor que va desde él hacia el médico, debido a la frustración de la satisfacción directa, requiere volverse en odio pero desde el médico hacia él, lo que es sentido como persecutorio. En dicho caso, Abraham señala que el excremento que se manifiesta concientemente en los intestinos del paranoico, es sentido como el pene del perseguidor que incocientemente quiere retener pero por ser intolerable se quiere desembarazar de él y evacuarlo. 

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