La Autoestima

Autoestima: Me quiero, no me quiero Cuando somos niños nos creamos una imagen de nosotros mismos, una imagen que se basa según en la educación, seguridad que mostramos al realizar alguna tarea y el ejemplo que nuestros padres nos dan. A esa imagen le llamamos autoestima, que proviene del prefijo griego autos= por sí mismo y la palabra latina aestima, del verbo aestimare (evaluar, valorar, tasar); por lo tanto quiere decir “valorarse por sí mismo”. Todos desde niños hasta adultos nos desarrollamos teniendo conciencia de esa imagen que se fortalece y debilita según nuestro sentir y la actitud con la que crecemos. Cabe mencionar que un sinónimo de autoestima es “amor propio”, cuando una persona se acepta como es, quiere decir que se ama y de alguna forma decimos que no hay problema alguno consigo misma; pero si con una persona ocurre lo contrario, que no se acepta y deja que los demás la hagan sentir inferior, en ese momento esa persona disminuye su autoestima, es decir; su amor propio se reduce. Hay que aceptarnos tal y como somos, para ello hay que tomar conciencia de nosotros mismos cuestionándonos acerca de nuestra autovaloración y reflexionando sobre los modelos familiares y culturales que están influyendo en la opinión que tenemos de nosotros mismos

Si queremos vivir una vida plena, entonces debemos aceptamos como somos, ya que la ausencia de autoestima impide la búsqueda del sentido de la vida; produce problemas de identidad y dificultades para conectarse con intereses auténticos, como lo son nuestros logros.

Podemos decir que la diferencia entre una persona y otra es su forma de asimilar sus experiencias, porque todos pasan por las mismas dificultades, y el temperamento básico innato puede ayudar o perjudicar. Por ejemplo el doctor Nathaniel Branden1 nos dice:

La autoestima es la experiencia de ser aptos para la vida y para sus requerimientos. Más concretamente consiste en:

1. Confianza en nuestra capacidad de pensar y de afrontar los desafíos de la vida. 2. Confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos.

Teniendo en claro lo anterior debemos establecer los Convertir lo negativo en siguientes puntos para gozar de una autoestima alta: positivo: esto es ver la cara buena de las cosas, invertir lo malo; ejemplo: yo decía -¡no soy buena en nada!-, ahora diré -¡tengo éxito cuando me lo No generalizar: si he tenido una mala experiencia en un examen propongo!-. porque lo reprobé, eso no quiere decir que nunca voy a aprobar ningún otro examen.

1 Bibliografía: Branden, Nahtaniel. El poder de la autoestima, (edición) 1ª, México D.F., Editorial Paidós Mexicana, 1994, p36.

Concentrarnos en lo positivo: todos

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