La Cognición

La palabra cognición proviene del latín cognoscere que significa conocer. A largo del proceso evolutivo, el hombre primitivo bajó de los árboles debido a los inminentes cambios climáticos que se avecinaban, provocando así cambios en su morfología y comportamiento, el bipedalismo tuvo consecuencias metabólicas, cerebrales, visuales y un gran impacto al reforzar el vínculo afectivo de las parejas. (Zapata,2009)

El bipedismo cambio la morfología corporal, el organismo evolucionó para acondicionarse mejor a las temperaturas de la sabana, se desarrolló una visión estereoscópica, el consumo energético que se almacenaba pudo ser asimilado por el cerebro lo cual favoreció su crecimiento y al caminar erectos se liberaron las manos, lo cual traería consigo uno de los cambios más importantes en la historia del hombre, la construcción de herramientas. (Zapata,2009)

La distintas teorías evolucionistas que describen el proceso en que el ser humano fue desarrollándose a nivel cognitivo y social, consideran a la cognición como una estrategia de supervivencia frente a los cambios que ocurrían a su alrededor (Pinker,2000) ¿Podríamos entonces considerar que el proceso evolutivo no es solamente biológico, sino también cognitivo? (Varela,2000) A lo largo de la historia del hombre y las teorías darwinistas darían la razón a esta pregunta, la evolución parte de un principio adaptativo, el moldearse a las circunstancias para sobrevivir y esto trajo consigo reestructurar el conocimiento para sobrevivir.

Frijof (1996) citó a Humberto Maturana “el sistema nervioso no es solamente auto-organizador sino también autorreferente, de modo que la percepción no puede ser contemplada como la representación de una realidad externa, sino que debe ser entendida como la creación continua de nuevas relaciones en el interior de la red neuronal”, la percepción y la cognición no representan una realidad externa, sino que la especifican a través de procesos ocurridos en el sistema nervioso.

Humberto Maturana en colaboración con Francisco Varela, desarrollaron la teoría de Santiago, cuya premisa se basaba en “la identificación de la cognición-el proceso de conocer- con el proceso de vivir” (Frirjof,1996). De acuerdo con la teoría de Santiago, el cerebro no es necesario para que la mente exista. Los organismos más simples son capaces de percibir, por tanto, de cognición, no son capaces de ver, pero pueden percibir los cambios en el ambiente, las diferencias entre luz y oscuridad, las variaciones en la temperatura, así, el proceso de cognición incluye la percepción, emoción y acción: todo el proceso vital. En la sociedad humana, la cognición comprende también el lenguaje, el pensamiento conceptual y todos los atributos de la conciencia humana. (Fritjof, 1996)

“Las representaciones mentales están formadas por un inventario de constituyentes atómicos, de tal manera que los constituyentes aparecen en distintos pensamientos como ejemplares sintácticamente idénticos, portando el mismo contenido conceptual. Su combinación y recombinación es lo que permite al agente cognitivo producir y comprender nuevos pensamientos” (Garzón,2005) dichos constituyentes atómicos son los objetos que adquieren un carácter simbólico para el sujeto, así la independencia contextual tiene un papel preponderante para explorar la sintaxis combinatoria de los distintos elementos que tiene un significado en el sujeto, y que aunque puedan parecerse, la situación contextual permite la generación de nuevos significados y aprendizajes, los símbolos con los cuales se representan los objetos físicos, se almacenan en la memoria pudiendo ser recuperados y transformados por medio de algoritmos que establecen principios sobre como componer dichos símbolos de manera sintáctica y así transformarlos (Garzón,2005).

Así han surgido corrientes psicológicas que describen al proceso

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