La dimensión humana de la psicoterapia
diannaduqueResumen14 de Marzo de 2024
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Psicoterapia
UNIDAD III. LA DIMENSIÓN HUMANA DE LA PSICOTERAPIA
INTRODUCCIÓN
Una persona es un ser integral, independiente y con capacidad de decisión, que ha evolucionado a lo largo de mucho tiempo para llegar hasta el día de hoy. Es un concepto tan amplio que resulta complicado explicarlo a cabalidad. Sin embargo, dentro de la psicología, la persona es ese ser que acude a ella para encontrar soluciones a sus problemas, para dar salida a sus emociones, e incluso para conocerse a sí misma.
La figura de persona dentro del proceso terapéutico es aún más determinante, pues es ella quien lleva la batuta, a través de su voluntad, es decir, a través de la decisión de querer comprometerse con un proceso que la puede llevar a un viaje contradictorio pero reparador. La voluntad es la guía de la persona hacia el encuentro consigo mismo dentro del espacio terapéutico.
Pero la persona, inmersa en un contexto más amplio, también desarrolla una serie de creencias enigmáticas sobre la terapia, es decir, el tabú. El tabú es la prohibición implícita o no, de realizar alguna actividad o conducta, o también de creer ciertas cosas. Los tabús sobre psicoterapia se han alimentado a lo largo del tiempo a través de mitos y desconocimiento por parte de la población. Además, el tabú implica una serie de mecanismos para que las personas se sometan a ciertas formas de convivencia. Desde este punto de vista, la psicoterapia parece absurda e innecesaria.
Lo que propicia que se crea más en falsas terapias que a través del efecto placebo, convencen a la gente de dar soluciones rápidas y efectivas a problemas que suelen ser difíciles y requerir de un estudio cauteloso. Las pseudoterapias, pululan entre la población aprovechándose de la voluntad del hombre para cambiar y del tabú hacia métodos comprobados.
Por este motivo, el psicoterapeuta en su rol de profesional de la salud, que actúa bajo la ética que marca su profesión, tiene la responsabilidad de trabajar bajo enfoques basados en evidencia científica que aseguren a los usuarios de las psicoterapias, la calidad en su tratamiento, y, por ende, el éxito al lograr sus objetivos.
Las psicoterapias basadas en evidencia, van en aumento, aunque son algunas las que sobresalen como las terapias cognitivo conductuales, aun con esto, el reto para esta área de la psicología, es seguir generando conocimiento empírico validado a través de los estudios que solo pueden ser proporcionados por los psicólogos en su práctica clínica. Si bien, esto no garantiza el éxito terapéutico, si asegura que los procedimientos realizados dentro de la terapia, son confiables y válidos.
PERSONA: VOLUNTAD VS TABÚ EN PSICOTERAPIA.
El proceso psicoterapeuta incluye diversos elementos que lo hacen posible, las interacciones entre estos elementos producen cambios en el o los participantes de la misma. En cuanto a los elementos nos referimos a la alianza terapéutica, al establecimiento de contrato, etc., todo lo necesario para su realización, y en cuanto a los participantes nos referimos al paciente o cliente, y al psicoterapeuta analista. En este último punto se centra el contenido de la unidad, en este apartado, nos centraremos exclusivamente en la persona del paciente. Para comenzar, es necesario establecer la concepción que se tiene del
hombre, para poder comprender luego de donde viene su voluntad y de dónde y por qué surgen los tabús alrededor de la psicoterapia.
Hombre-Persona
La concepción del hombre es tan antigua como el hombre mismo, los griegos, por ejemplo, consideraban que el hombre era parte de la naturaleza, que ocupaba el mismo lugar que cualquier otro ser vivo y por lo tanto tenía un rol en ella, la pregunta era ¿Cuál es ese rol? De ahí que filósofos como Platón comenzaran a cuestionarse sobre sí mismos, específicamente Platón considero que la composición del hombre se daba en dos partes claramente distintas, el cuerpo y el alma, siendo esta última el motor del hombre, ocupando un lugar superior respecto al cuerpo; mientras que al cuerpo lo consideraba como una realidad de la persona que podía ser modificado y que era perecedero. Para Platón, el objetivo del hombre en la tierra era volver a ser solo alma, considerada como el mundo de las ideas equiparable con lo divino, por ello, el hombre vivía con el fin de reencontrarse con su divinidad. Aristóteles también tenía su concepción del alma, asignándole características racionales. Además, pensaba en el hombre como un ser social que requería la convivencia con el grupo para SER, y dentro de esta comunidad poder encontrar la razón, el intelecto y su razón de ser en la naturaleza.
Desde los postulados de grandes filósofos como Platón y Aristóteles hasta la actualidad, la noción de hombre o persona ha dado origen a diversas teorías desde el origen de su concepción hasta sus formas de comportamiento. Siguiendo de forma rudimentaria la línea del tiempo, tenemos que el ser humano en la edad media, era concebido a través de la diada Dios-Hombre, fue el cristianismo quien trató de desvelar la esencia del hombre en cuanto a creación divina, a imagen y semejanza del omnipresente. San Agustín compartía las ideas platónicas sobre la dupla Alma-Cuerpo, considerando al alma inmortal, lo que permitiría al hombre alcanzar la plenitud de la felicidad en la eternidad. Además, considero que el hombre, a través de la libertad de decisión puede llegar a Dios. Por su parte Santo Tomas consideró que el hombre tiene una naturaleza doble en cuanto a espiritualidad y parte corpórea, que además tiene la capacidad de pensar colocándolo por encima de los animales, pero con la responsabilidad de someter el mundo a través de su comprensión del mismo. En esta misma época, existe otra apreciación del hombre menos filosófica y de donde surge la concepción de “anormalidad”, bien, pues en esos tiempos las personas que padecían alguna condición diferente a la de la mayoría eran considerados aberraciones de la naturaleza, que, por lo tanto, no eran reflejo de la divinidad, sino del pecado o de la maldad. Lo mismo sucedió del otro lado del mundo, durante las colonizaciones, solo que con personas que a la vista eran iguales en composición corpórea a los conquistadores, pero que no cumplían con las características marcadas por el viejo continente, así, los primeros relatos de los conquistadores, expresan toparse con monstruos sin cabeza, hombres con un solo ojo, etc., mostrando así la visión salvaje que tenían del nuevo mundo. En el caso específico de México (Martínez González, Barona, & , 2015), los registros indican que la concepción que tenía los conquistadores de los pobladores no era la de salvajes, sino
la de individuos rudimentarios que con algo de educación cristiana podrían ser encaminados por el buen camino, de ahí que comenzaran a generar el mestizaje.
Después de esta época en Europa, se produce el renacimiento, donde el hombre explotó su potencial artístico, creadores como Leonardo DaVinci, pusieron de manifiesto la faceta creativa del hombre, otorgándole una nueva característica, no solo como ser racional y social, sino también como creador de importantes obras. Además, surgen pensadores como Maquiavelo que sostiene que el hombre es malo por naturaleza y que se rige por sus pasiones, la no satisfacción lo lleva a la violencia y la única forma para controlarlo es a través del estado; para él el hombre es un ser político en busca del poder.
Mientras tanto, en la época moderna el hombre alcanza una supremacía respecto a la naturaleza, pues desarrolló un pensamiento científico que le permitió explicar los fenómenos de su entorno. Estudiosos como Rousseau explican que el hombre entra en una paradoja, pues nace libre pero poco a poca va integrándose en una enramada artificial, por ello su objetivo en tanto está vivo, es volver a su estado de libertad, contrario a lo que proponía Maquiavelo, Rousseau pensaba que el hombre era bueno por naturaleza, pero era corrompido por la sociedad. Por su parte I. Kant promovió la existencia de una ley universal a la cual, todo hombre autónomo y racional debe adherirse junto a un ser supremo, para cumplir con el deber ser y alcanzar la felicidad eternamente. Hasta este momento de la historia, la imagen de un ser supremo, divinidad o naturaleza ha estado presente como origen o supervisor del hombre, en tanto sea un ser individual y social. Pero las concepciones en la actualidad van cambiando.
La antropología contemporánea se vio influenciada por el desarrollo y auge de la industria, dejando claro que la sociedad por sí sola no podría satisfacer todas las necesidades del hombre. Bajo este precepto, K. Marx explicó que el hombre se hace a partir de su relación con el contexto social, a la vez que el contexto social es gracias al hombre, además argumentó que se diferencia de los animales no por su capacidad de razonamiento, sino por
ser capaz de satisfacer sus necesidades a partir de los elementos de la naturaleza. Otro pensador contemporáneo, Nietzsche, hablaba del superhombre, como aquel ser libre que reconoce en sí mismo todas las características que lo llevan a vivir en busca de la satisfacción personal hasta encontrar un bienestar general. Aquí, también podeos encontrar la postura de Sigmund Freud, no como médico-analista, sino como pensador, pues el psicoanálisis también puso de manifiesto un tipo de pensamiento en los años 1880s. En este sentido, para Freud la cultura tiene un peso importante en la constitución de hombre, pues aporta las condiciones para la satisfacción de las necesidades y lo protege de sus propios impulsos a través de la sublimación; además, el surgimiento de lo inconsciente deja en entredicho la racionalidad humana. Para Sartre, el hombre se cuestiona sobre el sentido de su vida como consecuencia de las circunstancias del mundo que lo llevan a las guerras. La esencia del hombre es él mismo, a partir de sus emociones y sus conductas.
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