ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los 16 Habitos De La Mente En Personas De Alto Desempeño


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2012  •  5.970 Palabras (24 Páginas)  •  1.262 Visitas

Página 1 de 24

LOS 16 HÁBITOS DE LA MENTE EN PERSONAS CON ALTO DESEMPEÑO

1. Persistencia

La persistencia es la hermana gemela de la excelencia.

Una es cuestión de la calidad; la otra, una cuestión de tiempo.

Marabel Morgan, Electricista

La gente eficaz permanece concentrada en una tarea hasta que se concluye. No se dan por vencidos con facilidad y pueden analizar un problema, desarrollar un sistema o estructura o producir una estrategia para atacarlo. Tienen un repertorio de estrategias alternativas para la solución de problemas y emplean todo un conjunto de estas estrategias. Coleccionan evidencias que les indiquen el grado de éxito de su estrategia de modo que si una de estas no funciona, sabrán retroceder para intentar otra. Reconocen cuando una teoría o idea debe rechazarse y cuando otra debe emplearse. Tienen métodos sistemáticos para analizar un problema, lo que incluye el saber cómo empezar, qué pasos deben darse y qué datos deben generarse o recolectarse. Dado que pueden persistir en el proceso de la solución al problema a lo largo del tiempo, se sienten cómodos con las situaciones ambiguas.

Los estudiantes con frecuencia se dan por vencidos si la respuesta a un problema no se conoce de inmediato. A veces arrojan los papeles, afirmando no poder realizarlo o que es demasiado difícil. En otras ocasiones anotan cualquier respuesta para que el trabajo termine lo más rápido posible. Algunos de estos estudiantes tienen dificultados de la atención y no pueden permanecer concentrados por ningún período importante: se distraen con facilidad o carecen de la capacidad para analizar un problema y desarrollar un sistema, estructura o estrategia de ataque. Tal vez se dan por vencidos porque tienen un repertorio limitado de estrategias para la solución de problemas y entonces tienen pocas alternativas si su primera estrategia no funciona.

2. Manejo de la impulsividad

La capacidad para demorar internamente la gratificación con tal de obtener una meta es tal vez la esencia de la autorregulación emocional: la capacidad para negar los impulsos al servicio de una meta, ya sea que se trate de formar un negocio, resolver una ecuación o ganar la Copa Stanley.

Daniel Goleman Inteligencia emocional Los que solucionan problemas con eficacia son deliberativos: piensan antes de actuar. Intencionalmente establecen una visión sobre un producto, plan de acción, meta o destino antes de empezar. Se esfuerzan por clarificar y entender las indicaciones, desarrollan una estrategia para abordar un problema y se refrenan en cuanto a efectuar juicios valorativos de inmediato sobre una idea antes de entenderla a fondo. Los individuos reflexivos consideran las alternativas y consecuencias de varias direcciones posibles antes de emprender acciones y disminuyen la necesidad de experimentar a base de una recavar previa de información y de reflexionar sobre las respuestas. También se aseguran de entender las instrucciones y escuchar puntos de vista alternativos.

Con frecuencia, los alumnos arrojan la primera respuesta que les viene a la mente. A veces contestan en voz alta, o empiezan a trabajar sin entender las instrucciones a fondo, carecen de un plan organizado o estrategia para abordar un problema o efectúan juicios valorativos inmediatos sobre una idea (criticándola o elogiándola) antes de entenderla completamente. Puedan aceptar la primera sugerencia que reciben o echar a andar la primera idea que les viene a la mente en vez de considerar las alternativas y las consecuencias de varias posibles direcciones.

3. Escuchar a otros -con entendimiento y empatía-

Saber escuchar es el inicio del entendimiento....

La sabiduría es la recompensa de quien escucha toda la vida.

Que el sabio escuche e incremente su entendimiento y que el perspicaz reciba guía.

La gente muy eficaz invierte una enorme cantidad de tiempo y energía escuchando (Covey, 1989). Algunos sicólogos consideran que la capacidad para escuchar a otra persona, con empatía y con entendimiento del punto de vista del otro, es una de las formas más elevadas de la conducta inteligente. La capacidad para poner en palabras propias las ideas de otro y la empatía que permite detectar indicios de sentimientos o emociones en el lenguaje oral y corporal además de la posibilidad de expresar con precisión los conceptos, emociones y problemas de otro, son todos indicadores de conducta capaz de escuchar. (Piaget llamó a esto "sobreponerse al egocentrismo").

Quienes demuestran este hábito de la mente pueden ver a través de las diversas perspectivas de otros. Gentilmente dan atención a la otra persona, demostrando su entendimiento y empatía por una idea o sentimiento expresándolo correctamente en sus propias palabras, ampliándolo, aclarándolo o dando un ejemplo de él.

Senge y sus colegas (1994) sugieren que para escuchar a plenitud se requiere dar atención estrecha a lo que se dice "entre líneas". Se escucha no únicamente la "música" sino también la esencia de la persona que habla. Se escucha no únicamente lo que alguien sabe sino también lo que trata de representar. El oído funciona a la velocidad del sonido, que es mucho menor que la velocidad de la luz que los ojos captan. La escucha generativa es el arte de desarrollar silencios más profundos en uno mismo, de modo que pueda uno frenar la velocidad con que la mente escucha hasta la velocidad natural del oído y escuchar por debajo de las palabras, su significado.

El 55% de nuestra vida lo pasamos escuchando y sin embargo esta es una de las destrezas menos enseñadas en las instituciones” educativas. Con frecuencia decimos que estamos escuchando, cuando estamos componiendo nuestra propia frase para cuando el interlocutor termine. Algunos alumnos hacen burla, diversión o suprimen las ideas de otros. Interrumpen, no amplían ni consideran que puedan tener mérito ni aplicación práctica las ideas de otros.

Queremos que los alumnos aprendan a dedicar sus energías mentales a otra persona y a considerar como propias las ideas de sus compañeros. Queremos que los alumnos aprendan a reservar sus propios valores, juicios, opiniones y prejuicios hasta terminar de escuchar y meditar sobre los pensamientos de otros. Esta es una destreza compleja que requiere la capacidad de monitorear los pensamientos propios mientras se da atención a las palabras de un socio o compañero. Escuchar de esta manera no implica suprimir el desacuerdo con alguien. El buen escucha trata de comprender

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (38.1 Kb)  
Leer 23 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com