Los Niños Del Cielo

“Son diferentes los modos de transitar las múltiples infancias y diversas las formas en que la sociedad y los adultos nos posicionamos frente a los niños y niñas.

Las diferencias están dadas en los distintos modos de transcurrir esa edad de la vida, que es cronológica, social, política y subjetiva y es siempre a partir de otro, de su mirada, de su escucha, desde donde el sujeto infante se constituye y somos los adultos e instituciones quienes debemos asumir ese lugar.”

Los personajes de la película “Los niños del cielo” están inmersos en un contexto social y cultural bastante distinto al que nosotros habitamos. Estos niños se desarrollan dentro de una familia con muy pocos recursos económicos, con una madre enferma y un padre que intenta mantener una postura fuerte y protectora, que se dificulta en muchas ocasiones, ya que se evidencia que el niño cuenta, aún con su corta edad, con más herramientas para comunicarse y desenvolverse socialmente.

Las dificultades económicas y el lugar que ocupan dentro de esta familia, en la que, a pesar de ser aún pequeños, tienen diversas responsabilidades y se espera de ellos una actitud adulta para resolver problemas, colocó a estos niños en un lugar de simetría con los adultos de la casa, ya que perdieron el velo de significaciones, que les hubiera permitido vivir la realidad de manera menos dura. Esto los ubica en un lugar de desamparo frente a las circunstancias que los rodeaban, convirtiéndose en sujetos activos que intentan resguardarse y protegerse.

Al perder las zapatillas de la nena, estos hermanos se enfrentaron con miedo, ante la actitud autoritaria del padre, a la necesidad de resolver esta situación, pero sin ayuda de los adultos, que estaban imposibilitados de solucionar esta situación.

Las zapatillas pasan a ser un bien muy preciado y necesario para desenvolverse en el medio social. La carencia de estas obstaculiza la relación entre pares y con los adultos, ya que constantemente se sienten en desventaja y avergonzados.

Estos hermanos ven que sus padres no pueden brindarles todo lo necesario, por lo que ellos asumen la responsabilidad de cuidar a sus padres, ocultan su problemática y se asocian en este secreto, construyendo un poder horizontal que contraste y confronte al poder vertical. Estos lazos de confraternidad les permiten obtener cuidados mutuos, solidaridad, protección y la oportunidad de buscar soluciones que no siempre encontrarán.

La mayoría de los otros adultos, inclusive la escuela, también coloca a estos hermanos en un lugar de desamparo, que no propicia un espacio de apoyo para que ellos puedan sustraerse de su problemática y mediar con la realidad. Sólo un adulto del film, un verdulero, adopta una postura asimétrica y facilitadora, cuando contiene a la niña frente a la pérdida de la zapatilla en una rejilla de agua, ayudándola y calmando su angustia.

La institución educativa muestra una postura de poder vertical, en la que es la encargada de la transmisión de conocimientos, con una actitud autoritaria, que no resguarda o atempera las problemáticas de sus alumnos, básicamente, porque no ofrece un espacio para la comunicación y la escucha, en el que los alumnos puedan buscar ayuda y contención.

El juego les permite a los niños significar simbólicamente el mundo que los rodea, permitiéndoles expresarse y hacerle frente a situaciones dolorosas, pero en esta historia, Alí, al tener la responsabilidad de resolver el problema de las zapatillas y asumir el rol de un adulto que protege y provee, pierde las oportunidades de jugar como los otros niños. Incluso la niña, también atravesada por esta situación, deja de jugar en los recreos, porque está sumergida en su preocupación y verguenza, sin poder dejar de observar a otras nenas, que llevan otro tipo de infancia, muy distinta a la de ellos. También hay ocasiones en las que el juego los aleja de las preocupaciones y les permite vivir pequeños momentos de disfrute.

Estos hermanos transitan su infancia dentro de una sociedad muy distinta a la nuestra, en la incluso los integrantes de esta se encuentran separados por género, y ubicados, desde la mirada de sus padres, en el rol de adultos capaces de solucionar sus problemas, intentando resguardarse y no generar más conflictos dentro de una familia que sufría. Se muestran lazos de afecto y solidaridad dentro del hogar, pero no son escuchados. Estos niños constituyen su subjetividad dentro de este desamparo, donde se desdibujan las fronteras niño-adulto. La película también muestra otras familias, en las que los niños vive n la infancia, rodeados de cuidados y protección.

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