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Naranja Mecanica

rensocre8 de Diciembre de 2013

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Se asume que el sujeto extrapola lo observado en las películas a todo acto de naturaleza similar (peleas cuerpo a cuerpo, ataque sexual, imágenes de guerra) y que son estos elementos contra los cuales se le condiciona, no así los estímulos captados inmediatamente por los sentidos (i.e. atacantes con atuendo similar al que él usaba, el cabello rojo de la mujer, la imagen de Hitler, el fondo musical que sin embargo sí le afectará más tarde). Cabe preguntarse si el condicionamiento de este tipo puede realmente operar en los niveles que los médicos pretenden en la película.

Alex ha sido condicionado de forma que no podrá desplegar una conducta tan elemental como el acto sexual, tampoco defenderse físicamente contra un ataque abierto como el simulado por el actor en el escenario, durante la demostración.

Una vez concluido el tratamiento, Alex es presentado en un escenario ante varias personas, incluyendo al personal de la cárcel, los doctores que llevaron a cabo el procedimiento y las autoridades de gobierno -especialmente el Ministro del Interior-, misma entidad que en un principio determinó que se iniciara el desarrollo e implementación de la técnica, bajo la premisa de reducir la criminalidad gracias a la eliminación del deseo mismo del acto criminal. Notemos ahí un fuerte reduccionismo, aunque más bien en un sentido fisiológico y/o freudiano; el ministro afirma, durante su primera visita a la prisión, que los convictos disfrutan su así llamado castigo, y da la impresión que para él y quienes integran el gobierno y lo apoyan, el acto criminal es -casi- instintivo. Se da inicio a una demostración, primero con un actor que agrede verbal y físicamente a Alex, siendo este incapaz de defenderse, debido a que al siquiera pensar en ello su cuerpo reacciona igual que con la droga administrada durante el tratamiento. Posteriormente una actriz semidesnuda se acerca a él, con la idea de despertarle el deseo sexual y por ende arremeter violentamente contra ella, como lo hubiese hecho en el pasado. La reacción del cuerpo se repite, y Alex cae al suelo enfermo.

Finalizada la demostración, el ministro alaba los éxitos conseguidos durante el tratamiento, pero el capellán de la prisión acude en defensa de Alex, diciendo que ahora él es incapaz de elegir, que ha sido sometido y que no es otra cosa que el miedo lo que le impedirá actuar como lo hacía antes. ¿Estamos, a fin de cuentas, admitiendo que Alex sin embargo puede elegir entre evitar una sensación displacentera o sufrirla? La consecuencia, es decir el dolor físico y la náusea son incapacitantes, pero el proceso de elección sin embargo estuvo previamente. Por supuesto, el ministro minimiza estos efectos y enfatiza que lo importante es que funciona, sin importar lo que el individuo desee. Sin lugar a dudas, la aplicación perfecta del modelo de sociedad que los conductistas como Watson, pretendieron.

Luego varios giros inesperados, tales como la no bienvenida de sus padres, el que sus ex amigos se hayan transformado en policías y que una de sus antiguas víctimas intentara destruirlo en venganza impulsan a Alex al suicidio. No morirá sin embargo, y en lo sucesivo irá recuperándose de su nueva condición (aunque no es explícita la forma en que esto ocurre, se insinúa que a través de neurocirugía mientras estaba inconsciente tras su intento de suicidio). Posteriormente veremos que el Ministro del Interior en persona lo visita y le confirma sus intenciones de apoyarlo en su recuperación, obviamente con fines políticos. La última línea de la película: I was cured, allright! Nos deja ver que Alex realmente se siente curado, ahora que tiene una vez más el control de sus acciones; como dijimos previamente, en proceso de autorrealización.

Si bien es difícil definir a modo global lo que es ser bueno, y por lo cual es perfectamente discutible el justificar los

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