PALABRAS EN EL SILENCIO

PALABRAS EN EL SILENCIO

A través de la historia siempre han existido personas sordas en un mundo de oyentes, personas que en un inicio sufrieron el ultraje, el insulto, el desprecio, la ofensa y la injusticia de habérseles negado los derechos humanos fundamentales; pero cuál era la razón para que sufrieran tal injusticia, que era lo que los hacia tan diferentes a los demás.

Pues bien, la respuesta es el lenguaje, aquel que nos permite pensar, razonar, reflexionar, aprender, compartir información, expresar sentimientos y emociones, en otras palabras, comunicarnos, pero al mismo tiempo es a través de él que adquirimos nuestra cultura y nos hacemos parte de una sociedad. Ahora imaginémonos, “lo que sería nacer en silencio y alcanzar la edad de la razón sin disponer de un medio para pensar y comunicarnos” (Wright, 1969)

Sin embargo con los sordos sucedió algo especial, ellos en medio del silencio continuo en el que vivían, sorprendentemente habían desarrollado una forma de comunicarse, una forma que resultaba incomprensible hacia quienes consideraban que la única forma de dicha comunicación debía ser exclusivamente oral, ellos crearon un lenguaje tan natural como lo es para nosotros el habla, el lenguaje de señas, un lenguaje tan completo como cualquier otro, con una sintaxis, una gramática y una semántica, un lenguaje capaz de expresar todas las emociones, de analizar cualquier tema desde el más concreto al más abstracto.

He llegado a sorprenderme por la perfección del lenguaje de señas, lo necesario que resulta para las personas sordas, el hecho de que su medio de entrada sea exclusivamente visuo-espacial, resulta increíble que su localización se encuentre en el hemisferio izquierdo, siendo esta, entre muchas, una de las características en común que comparte este lenguaje con los lenguajes orales, pero es precisamente en lo especial en lo que me quiero centrar, es asombroso como estas personas tienen un manejo extraordinario de sus manos, su posición, el contorno de ellas y su movimiento, y a su vez el uso de su cuerpo, de su expresión facial, todo es un conjunto de movimientos tan sutiles tan delicados, pero a la vez tan complejos, que llevan, en medio del silencio a “linguistizar” el espacio.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, y todas las características que este lenguaje tiene, las cuales lo han llevado a considerarlo como tal, considero que el lenguaje de señas es la base del desarrollo de las personas sordas y de su crecimiento como persona, es aquel él que les ha brindado su identidad, y los ha incorporado en su cultura; definitivamente es a través de él que se ha formado una comunidad, por medio de la cual han defendido sus derechos y su papel en la sociedad.

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