Cuando alguien menciona la palabra biblioteca inmediatamente viene a nosotros una imagen de estantes llenos de libros, mesas y sillas; gente en silencio, haciendo tarea o leyendo
Carolina Cabrera RivInforme25 de Octubre de 2016
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Introducción
Cuando alguien menciona la palabra biblioteca inmediatamente viene a nosotros una imagen de estantes llenos de libros, mesas y sillas; gente en silencio, haciendo tarea o leyendo; bibliotecarios (generalmente mujeres mayores, con el ceño fruncido y una mirada reprobatoria y unos lentes pasados de moda) callándonos con su típico: “shhhh” salido de sus labios, reprendiéndonos por irrumpir en este lugar tan solemne.
También cuando se menciona la palabra biblioteca no podemos evitar pensar en aquel típico personaje “ñoño” o “nerd” o “ratón de biblioteca”. Aquel personaje que tiene todas las respuestas que el profesor hace en clase y que por ende se vuelve su favorito y que puede se convierta en tu jefe en un futuro.
¿No es acaso muy estereotipada esta imagen? Desde series, películas hasta las ideas de otros, se nos ha implantado que una biblioteca es un edificio intimidante con viejos, polvosos y aburridos libros que sólo personas aburridas tomarían o que entrarían ahí.
Ya no hablemos de los bibliotecarios que son como una parvada de cuervos esperando que hagas cualquier ruido innecesario para voltear la mirada hacia a ti y juzgarte como al peor de los criminales por romper el sacro santo silencio.
Pero, ¿no es acaso esto una idea falsa implantada, cual damisela en apuros, en nosotros por diferentes medios?
La biblioteca es un lugar donde yacen ideas de otros tiempos, historias, sueños; son el resultado de lágrimas, sangre, trabajo duro (e incluso ideas robadas), esperando a que nuevas generaciones los volteen a ver para así tratar de guiarnos, para entretenernos, para enseñarnos.
Es como la bóveda celeste que todas las noches está ahí, con sus libros cual estrellas, titilando, resplandeciendo esperando por llamar nuestra atención. Y cuando lo ha logrado y lo tomamos entre nuestras manos, nos trata de seducir con el tacto, liso o rugoso, entonces cuando lo abrimos otra de sus artimañas nos es expuesta. Puede ser un aroma a libro viejo o a libro nuevo aquel que nos llega cuando pasamos las hojas de forma apresurada en nuestras manos, cualquiera que sea el caso, es uno de los placeres intelectuales que deberían ser experimentados por todos.
La biblioteca debe de ser considerado un recinto sagrado y cada uno de sus materiales tratados con tal dignidad, sin embargo, no debe de ser un lugar intimidante. Su edificio debe levantarse orgulloso de lo que es pero debe ser humilde por su objetivo principal: servir.
El objetivo de esta investigación es borrar esa errónea imagen y cambiarla a algo más positivo, aunque más bien es cambiarla a lo que verdaderamente es: un lugar lleno de conocimiento, cultura y, ¿por qué no?, de diversión.
Como alumnos de la UNAM, específicamente del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Oriente, se nos enseña que debemos aprender a aprender, a no seguir la palabra de los profesores cuál biblia, sino que debemos cuestionarnos cada una de las enseñanzas, de las ideas. Pensar, investigar, entender. Para seguir con esta filosofía es importante el conocimiento y para poder encontrar la información requerida no hay mejor lugar que la biblioteca.
La biblioteca con la que contamos en el Colegio es de un acervo envidiable, con basta literatura para aquellos con apetito de historias, con material para hacer tareas de todas las áreas, que está en constante búsqueda de actualización para poder cubrir las necesidades de los usuarios, y un lugar en donde podemos estudiar o leer tranquilamente. Sin embargo, como usuarios de esta sabemos de un par de problemáticas que perturban el desenvolvimiento completo para su adecuado uso. El simple hecho de que los estudiantes no puedan decirnos cuál es la definición de biblioteca, las funciones de un bibliotecario, que tipo de acervo hay en la biblioteca o qué tipo de biblioteca es la biblioteca Guillermo Haro, es para preocuparnos. A esto hay que agregarle que no hay alguien que los oriente en la búsqueda de información desde un inicio, es claro que hay un problema.
También hay que tomar en cuenta que la biblioteca no sólo le brinda el servicio a los alumnos del plantel, sino también a profesores, investigadores, estudiantes de otros planteles, universitarios y, no menos importante, gente de la comunidad cercana a la biblioteca.
¿Cómo se les puede exigir a los usuarios el correcto uso de la biblioteca cuando ni siquiera se les enseña a usarla?
Con todo lo anterior planteado, se ha llegado a la conclusión de que si a los usuarios, desde el primer momento que entran a la biblioteca Guillermo Haro, se les enseñará a manejar dicha herramienta, se les dijera las funciones de un bibliotecario, habría un mejor servicio y uso, menos pérdida de tiempo y recursos, habría un mejoramiento académico-cultural y reforzamiento de conocimientos y por ende habría más conciencia social.
Esta investigación busca mejorar el uso de la biblioteca, la concientización de los usuarios, mejorar la relación usuario-bibliotecario, acrecentar el interés académico-cultural, ayudar en el desarrollo de la comunidad (no sólo estudiantil, sino de todos aquellos que acuden a la biblioteca a consultarla) y sobretodo informar acerca de la importancia que tiene la biblioteca y su influencia en el desarrollo de la educación.
Concepto: Biblioteca.
La UNESCO la define como aquella institución que: “consiste en una colección organizada de libros, impresos y revistas, o de cualquier clase de materiales gráficos y audiovisuales; y sus correspondientes servicios de personal para proveer y facilitar el uso de tales materiales, según lo requieren las necesidades de información, investigación, educación y esparcimiento de los usuarios”. La ALA, como una “Colección de material de información organizada para que pueda acceder a ella un grupo de usuarios. Tiene personal encargado de los servicios y programas relacionados con las necesidades de información de los lectores”.
Según Carrión, la biblioteca es: “una colección de libros debidamente organizada para su uso”.
En esta definición están contenidos los tres elementos básicos de la biblioteca: la colección, la organización y la disponibilidad.1
La palabra biblioteca (del griego biblion libro, y teke, caja) etimológicamente significa guardia o custodia, y almacenamiento de libros. Está definición ha sufrido modificaciones en su significado a través del tiempo. Hoy día, este vocablo se aplica a la institución dedicada no sólo a conservar, sino también a difundir en forma dinámica los conocimientos en beneficio de un conjunto de seres humanos.
Por extensión, este término se aplica también a una colección más o menos selecta y numerosa de libros catalogados y clasificados de acuerdo con un sistema determinado y que se han puesto a disposición de los lectores, de manera que los conocimientos contenidos en dichos libros puedan ser difundidos y aprovechados.
Desde el punto de vista práctico, la biblioteca es un centro que proporciona la información y el conocimiento necesarios para que el lector adquiera lo que sea útil y productivo.2
1Orera Orera, Luisa. Manual de Biblioteconomía. Madrid: Editorial Sintesís, 2002, 63p.
2Arguinzoniz, María de la Luz. Guía de la biblioteca, Editorial Trillas, 29p.
Tipos de bibliotecas.
A medida que el mundo de la información se ha ido complicando, la biblioteca ha evolucionado con el fin de cubrir las variadas necesidades informativas de los usuarios, lo que ha llevado a la diversificación de la misma.
Con el fin de normalizar las estadísticas internacionales de bibliotecas, las 16° Asamblea General de la UNESCO adoptó una serie de recomendaciones y estableció una clasificación que distingue seis categorías de bibliotecas:
- Bibliotecas Nacionales.
- Bibliotecas de instituciones de enseñanza superior. Se distinguen tres tipos:
- Bibliotecas Universitarias centrales.
- Bibliotecas de Institutos y departamentos universitarios.
- Bibliotecas de centros de enseñanza superior que no forman parte de la universidad.
- Otras bibliotecas importantes no especializadas. Son bibliotecas enciclopédicas de carácter científico o erudito, que no son ni universitarias ni nacionales aunque pueden ejercer funciones de la biblioteca nacional en un área geográfica determinada.
- Bibliotecas escolares.
- Bibliotecas públicas o populares.
- Bibliotecas especializadas.
De los distintos tipos de bibliotecas enumeradas, las cinco que tradicionalmente se consideran son las siguientes: Bibliotecas Nacionales, Universitarias, Públicas, Especializadas y Escolares.
La Biblioteca Nacional ha sido definida por la ALA (American Library Association) como: “biblioteca designada como tal por el organismo nacional adecuado y sostenido por el Estado. Sus funciones comprenden la recopilación de toda la reproducción impresa de todo el país (frecuentemente depositaria del Depósito legal), la compilación y conservación de la bibliografía nacional, la recopilación y organización de publicaciones internacionales de valor para los estudiosos, la producción de medios para elaborar la bibliografía, la coordinación de una red nacional de bibliotecas, la prestación de servicios de biblioteca a la Administración del Estado o a algunos de sus organismos y otras responsabilidades establecidas oficialmente.
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