Personalidad A y C

Todas las personas nos encontramos en una eterna lucha, emoción vs. razón, que tiene que ver con manifestar o no nuestras reacciones emocionales (sean primarias o secundarias). Es en este contexto donde surge el verdadero problema: el cambio de la estructura mental del hombre que lo aleja de la sabiduría natural y del presente, debido a diversas fluctuaciones que hace que no nos concentremos en el hoy, sino en el futuro o el pasado. La solución a esto requiere aquietar la mente, es decir, mejorar el equilibrio mente-cuerpo para que nuestro yo salga fortalecido; frente a esto existen tres tipos de personalidades (A, B y C), pero la única forma de lograrlo es a través de la personalidad B, que se encuentra en el medio de la personalidad A y C.

La personalidad tipo A es de aquellas personas que siempre buscan alcanzar lo que quieren en el menor tiempo posible, por eso siempre están apurados, adelantan fechas y no tienen paciencia; y a costa de cualquier cosa, ya que para ellos, los resultados son lo mas importante y consideran pecado, abandonarlos. Por eso crean climas de alta tensión y se encuentran en un estrés constante; y cuando no lo logran, se llenan de frustración y se convierten en personas agresivas. Siempre quieren tener el control en todo momento y tienen una ambición desmedida que los arrastra a la codicia y a la destrucción. Esa necesidad de querer cada día mas, los aleja del presente y los mantiene en el futuro; en cambio la personalidad de tipo B puede manejar su tiempo personal sin angustias, ambiciona sin caer en la codicia, sabe que no puede lograr todo y aunque conoce la importancia de los resultados, sabe perder y retirarse a tiempo para no ilusionarse inútilmente, aprende a enfrentar el miedo al futuro, se entrega a Dios y acepta lo peor que pueda ocurrir. De esta manera abandona el futuro improductivo por el presente.

La personalidad tipo C es de aquellas personas que bloquean sus emociones y no dejan ir sus culpas pasadas, se castigan en ves de arrepentirse y aceptar las consecuencias de sus actos; son personas queridas y amables, pero sumamente frágiles y prudentes que solo buscan la aprobación de los demás, ya que actúan y hablan como esperan que lo hagan, no expresan sus propios pensamientos. Lo único que hacen es postergar decisiones importantes, tratando de evitar lo inevitable y además son sumisos en extremo, tanto que no defienden ni ejercen sus propios derechos. No logran resolver su pasado y se alejan del presente; en cambio la personalidad de tipo B no posterga, enfrenta todo en el momento, es prudente y moderado, no es sumiso, no se deja afectar por la culpa autodestructiva ya que considera el perdón como una forma de purificar el mundo interior, evacuando malos recuerdos de la memoria; y además habla acerca de sus problemas sin avergonzarse, compartiendo sus secretos. De esta manera abandona el pasado improductivo por el presente.

Así

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