Personalidad Psicopatica
millencolika5 de Octubre de 2011
5.363 Palabras (22 Páginas)873 Visitas
Prólogo
La agresión sexual en general y la violación en particular, son los delitos que más controversia suscitan en la opinión pública y que más reacciones sociales contradictorias generan. Por una parte, porque son los delitos que la gente califica como más graves, siendo fuertemente rechazados en la comunidad en que vivimos. Y por otra, porque es el acto más horroroso que una persona puede sufrir, en el que la víctima, que además de padecer el delito, queda indefensa ante un sistema de justicia que según los ciudadanos no castiga duramente como debiera a estos sujetos.
Esta conmoción, se ha visto incrementada en la actualidad por el papel que cumplen los medios de comunicación al difundir de manera masiva y sensacionalista hechos cargados de crudeza y violencia, ejecutados por seres humanos, que atentan contra la dignidad e integridad de sus semejantes. Hace unas décadas, cuando las agresiones terminaban en lesiones y, sobre todo, en atentados contra la libertad sexual, era un hecho común que las víctimas y testigos no hicieran la denuncia, con lo cual la impunidad del actor se prolongaba en el tiempo. En la actualidad se observa, en los tribunales, mayor número de denuncias que tiempo atrás y, la colaboración más eficiente de los testigos, que favorece que el delincuente sea apresado mas rápido.
Muchas personas mantenidas en cárceles, correccionales y lugares de detección psiquiátrica forense, e incluso libres obrando una vida “normal” son psicópatas. La psicopatía esta indudablemente relacionada con la criminalidad y, especialmente con el crimen violento. Estos antecedentes enfatizan la importancia de efectuar un diagnóstico lo más exacto posible de la psicopatía.
El examen psiquiátrico general de los delincuentes sexuales seriales nos ha demostrado que el grupo mayoritario (80 al 90 %) no presentan signos de alienación mental franca, es decir, que son jurídicamente imputables. Excepcionalmente se han registrado seriales con características "lombrosianas" y de escaso nivel intelectual como el recordado "petiso orejudo".
La mayoría está compuesta por individuos con trastornos de la personalidad, psicópatas antisociales y/ o sexópatas con o sin perturbaciones sexuales manifiestas ya sea disfunciones sexuales y/o parafilias o desviaciones sexuales. Sólo algunos de este grupo, (excepción) hemos visto que presenten alteraciones neuróticas sobre todo de tinte obsesivo-compulsivas.
El grupo minoritario, (10 al 20% aproximadamente) está constituido por individuos que presentan graves problemas de personalidad de características psicóticas enajenantes, es decir, jurídicamente inimputables.
En este trabajo, nos enfocaremos en la personalidad psicopática y sus características, ya que es una de las más frecuentes de encontrar en individuos que comenten delitos sexuales como veremos más adelante.
Antes de empezar a desarrollar este tema, hay que tener muy en cuenta
conceptos claros sobre términos como agresión y violencia, sobre todo para comprender, desde el punto de vista sexológico, la problemática de la violencia sexual.
• Agresión: implica el ataque a una persona con la intención de causarle daño, es decir, es la conducta por la cual una persona inflige daño a otra.
• Violencia: es, como la agresión, una conducta que produce daño, pero existe la tendencia a utilizar el término violencia cuando la acción es muy intensa e involucra a múltiples víctimas.
Entonces, de acuerdo a estos dos conceptos, surge la definición de “conducta violenta” que es el resultado de una interacción entre la personalidad previa del actor, su estado actual, su situación interpersonal y el contexto social en que desarrolló el acto agresivo.
Marco histórico
Antiguamente, al psicópata, se lo ha denominaba “loco moral”. La denominada “Locura moral” es - en un criterio más extendido- un sujeto que teniendo todas sus funciones psíquicas aparentemente normales y poseyendo una inteligencia normal, o incluso superior, se comporta de un modo contrario a las normas morales, premeditadamente y sin necesidad, porque aun conociendo el código moral, necesita sentirlo para creer en él. En otras palabras, poseen capacidad de juicio conservada, saben la diferencia entre lo que está bien o mal, pero no les importa, esos límites no son para ellos.
En 1809, Pinel, designa a los individuos que van en contra de las normas con el término ‘manie sans délire' o “manía sin delirio”, para describir un patrón de conducta caracterizado por la falta de remordimientos y una ausencia completa de restricciones, luego de darse cuenta que algunos de sus pacientes tendían a realizar actos impulsivos y arriesgados, a pesar de que su capacidad de razonamiento se encontraba conservada y de que eran capaces de darse cuenta de la irracionalidad de lo que hacían.
Cien años después, E. Kraepelin (1909), propuso el término que hoy en día se utiliza como “personalidad psicopática”, para referirse a aquellas “personalidades pobremente dotadas por influencias hereditarias, dañadas en sus procesos germinativos y otras influencias físicas tempranas en el desarrollo”, cuya condición era parte de un proceso irreversible, idea que perdura hasta nuestros días. Luego de una serie de modificaciones de sus postulados, define a los psicópatas como “personas con déficit de los afectos o de la voluntad”, a los cuales dividió en dos grupos: por un lado, sujetos que poseían una disposición mórbida, obsesiva, impulsiva y desviada sexualmente, y por el otro, sujetos que manifestaban peculiaridades en su personalidad, dentro de los que distinguió a los excitables, los inestables, los impulsivos, los mentirosos y timadores, los pendencieros y los antisociales.
En la historia de la Criminología se han perfilado diversas corrientes que intentan comprender el origen y las razones del crimen desde diferentes puntos de vista. Tres son los principales enfoques:
1. El biológico (Posición Intrínseca): sostienen que existe una “predisposición genética considera que la conducta delictiva es consecuencia de alguna patología o trastorno orgánico. También existen corrientes que, como por ejemplo algunas de las corrientes anatomistas, sostienen que se pueden dar por una insuficiencia subcortical, alteraciones del lóbulo frontal primarias, traumatismos, o Síndrome de alcoholismo fetal, etc.
2. El psicológico (Posición psicoanalítica): busca la explicación del comportamiento delictivo en el mundo anímico, en procesos psíquicos anormales o en vivencias subconscientes. Gracias al genio de Freud, se está empezando a sondear las profundidades del psiquismo humano para buscar los motivos que dirigen la conducta criminal. Según él, todos nuestros actos son expresión de nuestras inclinaciones ideacionales, afectivas y volitivas profundamente arraigadas, las cuales constituyen nuestra personalidad. Nosograficamente, posiciona a la psicopatía dentro de las perversiones sexuales, no genitales, sino más en relación al “LIEBEN”, al afecto de otras personas. Existiría una no superación del Complejo de Edipo, una no asunción del complejo de castración y una negación de la prohibición del incesto, internalizando una resolución edípica patológica.
Para otras corrientes psicoanalíticas, éste busca un complementario, que lo trata de encontrar en la víctima y al no conseguirlo le sobreviene la tensión, probablemente angustia, por lo que la hace sentir culpable de esta causa y a modo retaliativo, descarga en ella su desprecio.
Tratando de simplificarlo, el psicópata no siente culpa debido a que no tiene núcleo yoico, no lo pudo desarrollar. Es alguien que desde chico fue tratado como objeto, no le permitieron percibirse como sujeto ni que percibiera la subjetividad ajena, con la cual poder construir su propia subjetividad. No aprendió que no somos objetos, que somos distintos a una piedra o a un animal, no fue estimulado en sus sentimientos de empatía, entonces no puede ponerse en el lugar del otro y suponer que adentro de ese otro hay un ser humano igual a él. Y por ende, aprendió que los vínculos humanos son una serie de actos y no una serie de emociones.
3. El sociológico (Posición extrínseca): que contempla el hecho delictivo como “fenómeno social”, afirmando que la sociedad contribuye a la emergencia de sus criminales; incluye por supuesto a los factores ambientales, así como también a los vínculos primarios y secundarios.
En la inmensa mayoría de los casos se observa que la psicogénesis (traumas psíquicos personales) tiene mayor predominancia que la sociogénesis (factores ambientales). No obstante ello se debe investigar el marco social donde el delincuente se crió, es decir, su grado de educación y escolaridad, su relación parental, el grado de marginalidad social, experiencias laborales, abandono familiar, antecedentes delictivos de menor, etc.
Sin entrar en polémicas, se puede decir que es evidente que existe en el delincuente una historia personal con determinadas características, un contexto social y ciertas disposiciones que fallan en determinadas circunstancias que explicarían las conductas delictivas en general y las sexuales en particular.
Características generales
Haciendo una revisión de todos estos factores más la presentación de muchos casos actuales con las características que se leerán a continuación,
...