Popol Vuh
ffrf16 de Mayo de 2013
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BREVE NOTICIA
El Popol-Vuh, que puede traducirse Popol, comunidad, consejo, y
Vuh, libro, Libro del Consejo o Libro de la Comunidad, fue pintado. Lo
dice el texto: "Este libro es el primer libro pintado antaño". ¿El primer
libro? ¿Querrá significarse con esto el más importante, algo así como la
Biblia? "Pero su faz está oculta", sigue el texto. ¿Oculta, por qué? ¿Fue
destruido? ¿Fue quemado? ¿Se consumió en la ciudad de Utatlán,
entregada a las llamas, reducida a cenizas por el Conquistador? "Su faz
está oculta al que ve", añade el texto, lo que mueve a pensar que no está
oculta para el que, sin ver, conserva dicha faz en la memoria y la
transmite oralmente.
Originalmente, el Popol-Vuh fue pintura, memoria, palabra, y en esta
forma de tradición oral se conserva hasta mediados del siglo XVI, época
en que vuelve a ser escrito, por un indígena, antiguo sacerdote quizá, en
lengua quiché, con caracteres latinos. Este manuscrito, que constituye el
verdadero original del Popol-Vuh, llega a manos de Fr. Francisco
Ximénez, cura párroco de Santo Tomás Chuilá, población guatemalteca
llamada actualmente Chichicastenango, a principios del siglo XVIII. Por
eso se conoce el Popol-Vuh con el nombre de "Manuscrito de
Chichicastenango".
Descubrirlo el Padre Ximénez, varón versadísimo en lenguas
indígenas, y entregarse a su estudio y traducción del quiché al
castellano, todo es uno. Pero el perilustre dominico no se contenta con
traducir el Popol-Vuh. Para dar testimonio incuestionable de la
autenticidad del texto y curarse en salud ante las autoridades religiosas,
tal similitud hay entre el Génesis indígena y algunos pasajes de la Biblia,
hace algo que la posteridad jamás le pagará bastante: al par de su
versión castellana, en columna paralela, copia del texto quiché, es decir,
que no sólo nos lega su traducción, sino la transcripción del texto
indígena.
El Padre Ximénez realiza dos versiones. Una primera literal, que no le
satisface, y una segunda, más cuidada, que incluye en el primer tomo de
la "Crónica de la Provincia de Chiapa y Guatemala", obra monumental
que del archivo de los dominicos pasa en 1854 —con otros documentos
del Padre Ximénez—, a la Biblioteca de la Universidad de San Carlos
Borromeo. A partir de ese momento el libro sagrado de los quichés va a
ser traducido a otras lenguas. El Dr. Carl Scherzer copia el texto en la
Biblioteca de la Universidad de Carolina, y traducido al alemán lo publica
en Viena, en 1857, bajo el título de "Las historias del origen de los indios
de esta Provincia de Guatemala". El abate Carlos Esteban Brasseur de
Bourbourg llega a Guatemala, desde Francia, atraído por la luz de ese
manuscrito prodigioso, se afinca en el país, estudia y profundiza la
lengua quiché y traduce el Popol-Vuh al francés, versión que publica en París, en 1891, con el título de "Popol-Vuh, le livre sacre et les mythes de
l"antiquité américaine".
Varias otras traducciones se han hecho desde entonces, y se han
publicado algo más de treinta y dos volúmenes, en todas las lenguas,
interés que crece de día en día por tratarse de uno de los documentos
milenarios de la humanidad.
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