Porque No Me Dejan Estar A Tu Lado
neonsan15 de Febrero de 2015
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Sae se hace para atras gritando mientras se tapaba la cara, como si asi fuera a mitigar un poco el terrible ardor en sus ojos. Un grupo de policias pasa a un lado de Rei llendo a inmovilizar a los guaruras de la mujer, quienes no tuvieron tiempo de reaccionar, pero ya cuando lo hicieron tenian a los uniformados apuntandoles con un arma, cosa que hizo que no les quedara mas remedio que subir las manos en rendicion.
Uno de los uniformados se acerca hacia Sae que aun se encontraba con alaridos en una esquina de la sala y sin ninguna consideracion le toma los brazos para poder ponerle unas esposas.
-NOOOOO ¿A DONDE ME LLEVA! GYAAAAA -. se la lleva hacia el exterior para subirla a una de las patrullas.
El castaño ve sorprendido toda la situacion, mientras un sentimiento de alivio lo empieza a embargar al ver que habian llegado a salvarlos, aunque no entendia ¿como llegaron ahi? . Se sobresalta al sentir como alguien lo empezaba a desatar, observa extrañado como ese sujeto vestido por completo de negro era el que lo estaba ayudando a soltarse.
-¡PAPAAAA!-. La pequeña castaña baja corriendo en direccion a su progenitor quien la recive con los brazos abiertos, abrazandola fuertemente.
-¿Hiyo, estas bien? ¿¿donde esta ese maldito bastar...??-.
Hiyo lo abraza mas fuerte negando con la cabeza-. Estoy muy bien-. Sonrie, pero su sonrisa desaparece al ver a quien estaba parado a un lado del castaño.
-no tengas miedo Hiyo, nos esta ayudando.
El otro asiente, pero no dejaba de ver para la direccion de donde habia venido la pequeña, esperando que llegara tambien su primo.
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respira ondo el osito tratando de que con eso el malestar que empezaba a sentir desapareciera, se levanta intentando ir tras la castaña, pero el otro no deja de apuntarlo con el arma disparandole al suelo para que Takafumi no avanze ni un solo paso.
-diablos-. Murmura, habia estado observando antes de entrar y penso que ese chico no era una mala persona.
-no se quien diablos sea usted, pero no dejare que tambien vaya a lastimar a Hiyori-chan.
-te equivocas yo solo estoy.....-. El otro lo apunta directamente a la cabeza impidiendole que siguiera hablando-. ¿acaso morire asi?-. Observa la mirada del chico, estaba dispuesto a dispararle a cualquier movimiento que realizara-. Yuki.... Kyo-.la cara de sus bebitos pasa por su mente.
-de rodiyas., le habla con voz demandante-. ¡rapido!-. Grita al ver que el osito no hacia ni un solo movimiento. Por su parte Takafumi lentamente se arrodiya, pero su mente no dejaba de buscar una salida.
Ajenos a ellos se encontraba el padre de Sae entreabriendo sus ojos, su cara se encontraba llena de sangre, su cuerpo le dolia como si un camion hubiera pasado encima de el, se endereza un poco sonriendo a la situacion frente a el, aprovechando que no estaban atentos a el, se abalanza hacia Takafumi tomandolo por detras, poniendo un brazo por el cuello de este ejerciendo presiona para que no se pudiera mover.
-no puede ser....-. Eso lo tomo desprevenido, penso que lo habia golpeado hasta casi matarlo-. Maldicion-. No sabia de donde sacaba toda esa fuerza ese bastardo, intentaba sin esfuerzo hacer le soltara ese viejo, pero parecia que el se estaba quedando sin fuerzas y el otro ganaba mas energia.
-dispara ahora-. Habla el mayor haciendo mas fuerte su agarra llegando hasta el punto que para Takafumi ya era dificil el respirar.
-¿que?
-si disparas ahora, lo que ocurrio antes lo olvidare y tu volveras a ser mi hombre de confianza.
El menor no sabia que hacer, voltea a ver al osito, pero se extraña al ver que este asiente-. ¡¿acaso le estaba dando consentimiento para disparar?!-. Con duda apunta directamente hacia Takafumi.
El pelinegro sentia como se mareaba por la falta de aire, pero era ahora o nunca, sabia que era solo cuestion de segundos para que el menor disparara, por lo que usando sus ultimas fuerzas da un fuerte codazo en un costado del anciano por lo que este lo suelta de inmediato y Takafumi se deja caer al suelo justo en el momento en que chico dispara directamente en la cabeza del padre de Sae, matandolo al instante.
Takafumi se quita el pasamontaña aventandolo sin poder dejar de toser, respirando agitado tratando de recuperar el oxigeno perdido.
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Rei se iba a quitar el pasamontañas para que la castaña dejara de esconderse detras del castaño mayor, pero, ciertamente tenia un lado sadico y le encantaba asustar a los niños- razon por la que Takafumi podria no tener momentos agradables de su infancia-
un disparo en la planta alta alerto a los presentes.
Rei sube asustado hacia el origen del disparo entrando de golpe, ve sorprendido como uno de los hombres de Sae y su padre tenia apuntando a su primo quien se encontraba en el suelo con una terrible tos ahogada, se acerca hacia el muchacho dandole una fuerte patada en la espalda mandandolo a volar hacia donde se encontraba muerto el anciano.
-¡Takafumi!-. Exclama asustado enderezandolo un poco, tambien se quita el pasamontañas-. ¿estas herido?
Agarra un poco de aire ya mas calmado-. Estoy bien-. Se recarga en su primo-. Solo un poco cansado
-caray-. Suspira-. Por eso mi tio y yo no queriamos que vinieras, yo pude hacerme cargo de todo.
El osito fruce el ceño recordando lo que ese asqueroso viejo estaba a punto de hacerle a la pequeña-. No me arrepiento
-eres un maldito terco Takafumi
-y tu un sadico de mierda
-no olvides que compartimos la misma sangre-. Le sonrie al osito que solo cierra los ojos suspirando.
Zen acompañado de Hiyori entran a la habitacion quedando sorprendidos en el marco de la puerta al ver a Rei y sobre todo al ver quien se encontraba a su lado.
-¿onii-chan?....-camina lentamente-. ¡ONII-CHAN ERAS TU!-. Exclama emocionada corriendo hacia el osito tirandosele encima
-Hiyo-.susurra con una sonrisa, mientras que Rei lo ayuda a sentarse y le da soporte para que no callera para atras ante el fuerte abrazo de la menor.
-si viniste-. Lo tenia fuertemente abrazado por el cuello mientras lagrimas de felicidad rodaban por su mejillas.
-prometi protegerte ¿no?-. Le sonrie dulcemente a la vez que la envolvia suavemente entre sus brazos.
El castaño se encontraba inmovil, sentia que su corazon se iba salir, era como si hubiera pasado una eternidad que no veia a su lindo osito, cuanto tiempo anhelo tenerlo frente a si, estaba mucho mas hermoso de lo que recordaba, aunque se le veia algo palido, eso no quitaba el brillo especial que tenia su mirada, una mirada que mostraba mucha calidez y ternura -parecia que el oso gruñon habia sido cambiado por un osito de peluche- , se encontraba mas delgado y la ropa que traia lo resaltaba, su cabello estaba mas largo.... simplemente hermoso.
Rei sonrie parandose alejandose un poco de Takafumi, para despues alejarse, habia notado el cuerpo inerte del viejo, tenia que taparlo antes de lo viera la menor. Zen camina embelesado hacia la escena de su osito e hija, tanto mirada miel como azul se conecta, viendose fijamente.
-porque tienes esa cara de tonto, parece como si estuvieras viendo un fantasma-. Habla burlon el menor.
Zen no puede soportarlo mas, arrodiyandose para estrechar fuertemente entre sus brazos el delgado cuerpo del osito, como si se le fuera la vida en ello, mientras que Hiyo reia feliz estando en medio de ambos hombres, quienes son lo mas importante en su vida, al fin estaban juntos los 3.
-te extrañe, te extrañe tanto-. Susurra el castaño
-...........-. el menor sonrie cerrando suavemente sus ojos dejandose envolver por la calidez que le proporcionaba el editor.
-¿huh? ¡Hikaru-san!-. La castaña de reojo observa al que la estuvo cuidando todo este tiempo que estuvo en el lugar inconsciente en una esquina de la habitacion. Se separa de sus papas llendo hacia el muchacho para asegurarse que estuviera bien-. ¿quien te hizo esto Hikaru-san?-. Pregunta sin obtener respuesta, mientras que Rei voltea hacia otro lado tosiendo un poco.
-ese es uno de los que trabajan para Sae y su padre ¿no?-. Le pregunta su castaño padre, pero sin soltar al osito.
-pero desde que llegue ha cuidado de mi.... hay que ayudarlo, no dejen que tambien se lo lleven, el no es como los demas.
-pero Hiyori el.....-. El castaño detiene sus palabras al sentir la mano de su gatioso-. ¿Takafumi? ., observa como este niega con la cabeza.
-Rei, ayudale a esconderlo
-¡que! -. exclaman sorprendidos.
-¡GRACIAS ONII-CHAN!-. Exclama
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