Psicologia
bertisleal21 de Noviembre de 2013
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Intervención en crisis
En cualquier situación de crisis, sea circunstancial o vital, nos
sentimos más frágiles, pero al mismo tiempo se puede convertir en
un trampolín para crecer. Es una de las ideas motrices de este libro.
En la adversidad el sujeto se hace más receptivo al cambio y a la
toma de decisiones, y es por esto que es necesario conocer cómo
actuar para disminuir la angustia del consultante.
En el amplio espectro de actuación en los comportamientos suicidas
nos situamos en los que acuden a una sala de Urgencia Psiquiátrica
o a un Centro de Atención Primaria o a los propios Servicios
Telefónicos de Urgencia. La característica común es que solamente
se va a realizar una sola intervención y lo fundamental es que se pueda
contener la vivencia suicida, posibilitar un tratamiento convencional
posterior (psicoterapéutico o/y farmacológico) y en todo caso
facilitar al usuario la posibilidad de exteriorizar su deseo de muerte
y la comprensión de su comportamiento suicida.
Conductas suicidas
La OMS (2000a) afirma que “el suicidio no es en sí una enfermedad,
ni necesariamente la manifestación de una enfermedad, pero los
trastornos mentales son un factor muy importante asociado con el
suicidio”. En este mismo documento la OMS estima que el riesgo de
suicidio en personas con trastorno del humor (principalmente depresión)
es 6-15%; con alcoholismo, 7-15%; y con esquizofrenia 4-10%.
Así mismo señala que alrededor de un 80%-90% de los suicidios consumados
lo realizan personas que padecían un trastorno psiquiátrico.
Es por esto que en este libro dividimos los comportamientos suicidas
en dos grandes bloques: aquellos que no se ha comprobado la existencia
de una psicopatología anterior (suicidio y salud mental) y los que
tienen como base un trastorno mental (suicidio y psiquiatría).
Por otra parte, en este texto el concepto de suicidio abarca desde
la ideación suicida hasta el suicidio consumado, pasando por los
gestos suicidas, los intentos de suicidio y el suicidio frustrado. De
20 INTERVENCIÓN EN CRISIS EN LAS CONDUCTAS SUICIDAS
ahí de que hablemos de conductas (en plural) pues el abanico de la
vivencia suicida tiene un amplio recorrido y es importante, por esto,
en la labor terapéutica, saber en qué punto nos encontramos.
Estrategias terapéuticas
Es el tercer concepto básico de este libro: formar a los terapeutas
para facilitar su labor clínica en las conductas suicidas. Conocer las técnicas
terapéuticas es el deber primero de todo buen terapeuta, pero más
importante es saber cuándo, con quién y cómo ejecutarlas. Es lo mismo
que nos ocurre en cualquier juego de naipes: es importante tener buenas
cartas, pero lo que decide si ganamos o no la partida es la forma que
administramos esas cartas. Aquí ocurre lo mismo: el terapeuta además
de tener una amplia formación en los comportamientos suicidas precisa
un adiestramiento para aprender a utilizar las diversas técnicas. Este
libro quiere contribuir a ese primer objetivo: el formativo.
Intervención inmediata
Es una de las condiciones necesarias e imprescindibles que Caplan
(1964) requiere para toda intervención en crisis. De nuestra inmediatez
en ofrecer la ayuda va a depender, en parte, el éxito de la misma.
Como veremos, la inmediatez temporal y la proximidad espacial, junto
con la expectación favorable de la ayuda que se recibe, son las condiciones
básica de este tipo de ayuda (Caplan, 1964). Si se deja pasar el
tiempo
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