Psicología Anormal: Ficha de análisis de textos

Universidad Patria[pic 1]

Licenciatura en psicología

Ficha de análisis de textos

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Nombre del alumno: Diana Fabiola González Palacios

Materia: Psicología Anormal  

Fecha: 08 de octubre de 2014

1.-Datos del texto[pic 3]

Autor: D. L. Rosenhan

Publicación: Facultad de Psicología

Páginas: 1 a 14

Año: 1973

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2.-Contenido:

Ideas o contenido principal:

• Si la locura y la cordura existen ¿Cómo las reconoceremos? Por muy convencidos que estamos personalmente de que podemos diferenciar la gente normal de la anormal, la evidencia no es, sencillamente, convincente.
•  De modo más general, hay un buen montón de datos contradictorios sobre la fiabilidad, utilidad, y significado de términos tales como “cordura”, locura”, “enfermedad mental, y “esquizofrenia”.
• Por último, ya en 1934, benedict sugirió que la normalidad y la anormalidad no son universales. Lo que se ve normal en una cultura puede que se vea como bastante aberrante en otra.
• Ni tampoco el suscitar tales preguntas deniega la existencia de la angustia personal que frecuentemente conlleva la “enfermedad mental”, la ansiedad y la depresión existen.
• La normalidad y la anormalidad, la cordura y la locura y los diagnósticos que fluyen de elles, puede que sean menos sustantivos de lo que muchos creen.
• Basadas en parte en consideración antropológicas y teórica, pero también en filosóficas, legales, y terapéuticas, ha tomado fuerza la visión de que la categorización psicológica de la enfermedad mental es, en el mejor de los casos, inútil, y en el peor, notoriamente dañina, engañosa, y peyorativa.
• La normalidad es lo bastante distinta como para ser reconocida donde quiera que ocurra ya que la propia persona es su portadora.[pic 5]
• A pesar de su “demostración” publica de cordura, los psedopaciente jamás fueron detectados. Admitido, excepto en un caso, baja un diagnóstico de esquizofrenia, todos fueron dados de alta con un diagnóstico de esquizofrenia “en remisión”.
• La etiqueta de “en remisión” no debería ser dada de lado como una mera formalidad, puesto que en ningún momento de la hospitalización se suscitó ninguna cuestión sobre la simulación de ningún pseudopaciente.
• Los médicos se inclinan más a llamar enfermada una persona sana que a llamar sana a una persona enferma. La razones de esto no son difíciles de hallar: es claramente más peligroso diagnosticar erróneamente la enfermedad que la salud.
• Los diagnósticos psiquiátricos, por el contrario, conllevan estigmas personales, legales, y sociales. Era por lo tanto importante ver si se podía dar la vuelta a la tendencia de diagnosticar como loco al cuerpo.
• Indica el experimento que la tendencia a denominar loca a gente cuerda puede ser cambiada cuando los premios son altos.
• Cualquier proceso diagnostico que se presente por sí mismo tan fácilmente a errores masivos de este tipo no puede ser in proceso muy fiable.
• Además de la tendencia de llamar enfermo al sano- una tendencia que explica mejor la conducta diagnostica en la admisión que tal conducta tras un periodo prologado de exposición los datos nos hablan del masivo papel del etiquetaje en la evaluación psiquiátrica.

Ideas secundarias:

• Habiendo sido etiquetado una vez como esquizofrénico, no hay nada que el paciente pueda hacer para superar la etiqueta. La etiqueta colorea profundamente las percepciones que otros tienen de él y su conducta.
• La psicología de la Gestalt defendió vigorosamente este punto, y asch demostró que existencia rasgón “centrales” de personalidad que son tan poderoso que colorean de la formación de impresión de una personalidad dada.
• “Loco”, “esquizofrénico”, “maniaco-depresivo”, e “insano” se encuentran probablemente entre los más poderoso de dichos rasgos centrales. Una vez que una persona es calificada como anormal, todas sus otras características y conducta quedan coloreadas por esa etiqueta.
• Todos los pacientes tomaban muchas notas en público. Bajo circunstancia ordinaria, tal conducta hubiese suscitado preguntas en las mentes de los observadores, como de hecho sucedió con los pacientes. [pic 6]
• Una enfermera que se encontrase con esta escena, raramente indagaría, aun superficialmente, sobre os estímulos ambientales de la conducta del paciente.  
• De modo muy semejante a como Zigler yPhillips han demostrado que existe un enorme solapamiento en los síntomas presentados por pacientes que han recibido diagnosticados diversos, existe un enorme solapamiento entre las conductas del cuerpo y del loco.
• Los cuerdos no están “cuerdo” en todo momento. Perdemos nuestra compostura “sin una buena razón para ello. Ocasionalmente estamos deprimidos o ansioso, de nuevo sin una buena razón.
• De modo semejante los locos no están siempre locos. De hecho, la impresión de los pseudopacientes mientras estuvieron viviendo con ellos era de que estaba cuerdo durante largos periodos de tiempo de modo que las conductas extrañas sobre las que sus diagnósticos presuntamente, constituían solo una pequeña fracción de su conducta total.
• El término de enfermedad mental es el origen reciente. Fue acuñado por personas de inclinación humanistas que, además, deseaban muchísimo elevar el estado del alterado psicológicamente desde el de bruja y locos a otro que fuese a fin ala del fiscalmente enfermo.
• Una perna rota es algo de lo que uno se recupera, pero las enfermedades mentales supuestamente duran para siempre. El enfermo mental es el leproso de la sociedad.
• El que tales actitudes infecten la población general quizás no es sorprendente, tan solo molesto. Pero que afecten a los profesionales (auxiliares, enfermeras, médicos, psicólogos y asistentes sociales) que cuidan y tratan al enfermo mental es mas desconcertante, tanto porque tales actitudes son manifiestamente perniciosas como porque son inconscientes.
• Las acristaladas dependencias que contienen a la plantilla, a las que los pacientes han dado en llamar “la jaula”, quedan fuera de las unidades de día.  
• Tal es la norma de segregación paciente –plantilla que, en cuatro hospitales públicos en los que se intentó medir el grado en que la plantilla y los pacientes se mezclaban, se hizo necesario usar el  tiempo-fuera de la jaula de la plantilla como mediada operativa.
• Recuérdese, sin embargo, que la adquisición de conductas apropiadas al rol sucede principalmente a través de la observación de otros y que además el más poderoso tiene la mayor influencia.
• El contacto verbal y ocular reflejan preocupación e individualización; su ausencia, rechazo y despersonalización. Los datos que he presentado no hacen justicia a los ricos encuentros diarios que surgieron en torno a las materias del rechazo y la despersonalización.[pic 7]
• Ya he mencionado dos. En primer lugar están las actitudes que todos mantenemos hacia los enfermos mentales incluyendo a aquellos que les tratan, actitudes caracterizadas por temor, desconfianza, y horribles explicativas, por un lado, e intenciones benevolentes por el otro.

Resumen general:

Se demuestra que no se puede distinguir al cuerdo del loco en los hospitales psiquiátricos. Los hospitales es que impone en si el mismo ambiente especial  en el que las conductas que se puede fácilmente malinterpretarse. En donde hay consecuencias para los pacientes hospitalizados en los ambiente impotencia, despersonalización, segregación, mortificación y auto etiquetamiento parecen indudablemente contra terapéuticos. Hay dos aspectos que el primero se refiere la proliferación de los centros comunitarios de la salud mental, de intervención para crisis del movimiento del humano y la terapia de conducta que son sus problemas, en evitar las etiquetas psiquiátricas, a evaluar la conducta del problemas específicos, y al individuo en su ambiente. La percepción distorsionada, es el que está presente ya que las sensibles a la conducta de los estímulos y se promueven.  El según aspecto es un incrementar la necesidad del trabajo e investigaciones de la salud mental a la situación de la salida en esta área ayuda a mucho de ellos.

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