¿Que pasa en nuestro cerebro cuando bailamos?

¿QUÉ PASA EN NUESTRO CEREBRO CUANDO BAILAMOS?

     La música y el baile han formado parte escencial en el desarrollo cultural y como actividad recreacional de la especie humana desde la antigüedad. Han sido utilizados con distintos fines, para diversas ocaciones y en todo tipo de eventos socio-culturales; existen una gran variedad de estilos de baile y diferentes géneros musicales. Bailar puede ser el mejor remedio para curar el estrés, prevenir y tratar varios tipos de enfermedades, se ha comprobado que es bueno para la salud y además a muchos les sirve para deshinibirse en sociedad.

     Al bailar una melodía nuestro cerebro realiza una serie de procesos fisiológicos que a travéz de impulsos eléctricos nos permiten escuchar la música, sentir el rítmo y seguirlo por medio de movimientos corporales.

     Todo comienza con la percepción auditiva. Ésta se realiza a travéz de los lóbulos temporales donde se recopila la información recibida por los oídos, se reconoce el rítmo, se recurre a la memoria en caso de tratarse de una canción que halla sido escuchada con anterioridad y se transfiere la información al sistema límbico para ser procesada y convertida en emociones. Las otras partes del cerebro relacionadas por el área de asociación parieto-teporo-occipital también interactúan en conjunto durante todo el proceso.

      La música provoca la liberación de dopamina que es captada por las neuronas produciendo placer y motivación de mover el cuerpo al rítmo de la música. De manera casi instantánea se manda la señal al lóbulo parietal; y en el área somatosensorial se comienzan a decodificar tanto las sensaciones que provoca la música al ser escuchada como los deseos de mover el cuerpo siguiendo su rítmo. En este lóbulo se premedita el estilo y los movimientos que serán utilizados en la expresión corporal que se pretende llevar acabo.

     El lóbulo parietal se encarga de traducir el rítmo en movimientos en el área asociativa sensorial y de mandar la señal a la corteza premotora del lóbulo frontal donde se preparan los primeros pasos, pero no serán ejecutados sino hasta que la corteza motora primaria mande la órden al cerebelo que a travéz del tallo cerebral se encargará de coordinar cada movimiento efectuado estirando y contrayendo cada músculo implicado, manteniendo el equilibrio, siguiendo el rítmo y regulando las emociones ya decodificadas por el sistema límbico de manera que ninguna emoción será demasiado fuerte como para hacer que se pierdan los estribos por tan sólo escuchar música para  bailar.

     Al mismo tiempo que todo esto ocurre, el lóbulo occipital nos permite tener una clara percepción espacial que nos ayuda a no chocar con otras personas o con algún objeto y tener un panorama de nuestro alrededor a travéz de la vista, que también juega un papel importante a la hora de bailar. De esta manera los cuatro lóbulos de nuestro cerebro junto con el cerebelo y el sistema límbico funcionan al mismo tiempo cuando bailamos.

     El sistema límbico es el encargado de definir la personalidad de cada quien y a travéz de él se desarrollará el gusto ó disgusto por algún género musical en particular . También es responsable de transmitir las emociones a todo el cerebro, así como del estado de ánimo. Por lo tanto la música pondrá sin duda alguna a trabajar al sistema límbico y nos mantendrá con ganas de bailar mientras que el cuerpo aguante.

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