SOCIOCOGNICION

SOCIOCOGNICIÓN

Para poder utilizar de la forma más ventajosa las habilidades lingüísticas, los niños deben comprender que la ambigüedad de un mensaje puede ser la causa del fracaso en la comunicación, y que para que se dé realmente, es necesario que exista un referente único. Al interrogar a niños de 7 años, sobre las causas de la ambigüedad, se observa que son capaces de dar una explicación correcta, en cambio a la edad de 5 años, los niños no han alcanzado ese nivel de comprensión; no analizan correctamente las causas del fracaso de la comunicación y no utilizan sus habilidades lingüísticas de modo tan eficaz como cuando hablan o escuchan.

Existen diferencias en las representaciones del proceso de comunicación verbal referencial en los niños más jóvenes y los mayores.

En todos los casos, para ser eficaces los locutores deben expresar de modo no ambiguo lo que quieren decir, sirviendo sólo de medios verbales.

Parece suceder pues, que los niños tienen acceso a varios de los elementos necesarios para llevar a cabo la identificación de un mensaje ambiguo sin ser capaces, no obstante de efectuar esta operación. Parece que ignoran simplemente el hecho de que los mensajes pueden ser ambiguos.

Para realizar con éxito ciertas tareas, es indispensable que sean comprendidos ciertos aspectos del proceso de comunicación.

Hemos mostrado que los niños más pequeños se comportan partiendo de una representación incorrecta del proceso de comunicación verbal; interpretan la información que les llega, por medio de las ideas que ya han recibido, acerca de a qué se asemeja el mundo y que sólo modifican cuando es necesario dar significado a una nueva información.

Son capaces de realizar una aplicación más amplia, a pesar de que, una vez más, aplican a las otras informaciones el mismo tratamiento que a los mensajes verbales; al inicio, los niños no disponen del concepto de información ambigua; tratan de realizar la mejor interpretación que pueden, partiendo de sus expectativas y de sus ideas sobre el mundo.

Las interacciones verbales con el otro, les enseñan que el mensaje verbal puede no traducir enteramente lo que una persona quiere decir y que, para que esté garantizada una interpretación correcta, puede necesitarse informaciones adicionales; los niños llegan a ser capaces de ver el mundo bajo una nueva perspectiva.

A medida que se desarrollan las habilidades lingüísticas de los niños pequeños, son capaces de utilizar estrategias que aumentan la probabilidad de que el resultado deseado se produzca.

Para que se logre el aprendizaje del lenguaje, y para que los niños se hagan locutores confiados, se debería permitirles creer que se comprende lo que dicen y seguir ignorando las diferencias entre locutor y auditor,

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