Siguiendo A Perla

Siguiendo a Perla Zelmanovich, los adolescentes están construyendo una subjetividad, pidiendo en muchas ocasiones ayuda, que alguien se acerque y los proteja, de no incrementar el desamparo que la realidad social y el paso por esa etapa de la vida les ofrece. No hacernos a un lado o desafectarnos de una realidad que nos golpea tanto a adultos como a jóvenes, pero en el casos de los adolescentes su vulnerabilidad es mayor que la nuestra, tratando de comprender que ellos están ENSAYANDO un personaje, una identidad.

Debemos comprender que existe un cambio permanente en la sociedad, una crisis de valores en las cuales todos estamos inmersos, adultos y adolescentes, este cambio o crisis puede ser afrontado desde dos puntos de vista , por un lado tomado como un gran desafió, una apuesta a la invención, a lo nuevo, o por el contrario quedarnos paralizados por la crisis y pensar que el destino de los mismos ya esta jugado, que es un destino que no podemos cambiar y pensar que si no se educan o no quieren aprender no es un problema nuestro.

¿Qué pasa con la escuela cuando debe atender cuestiones tales como la contención, la falta de satisfacción de necesidades básicas, “alumnos complicados”, violencia, u otras. ¿Qué pueden hacer la escuela o los docentes en tales casos?

La pregunta ¿Cómo poner límites? En principio poner límites es una concepción de una escuela que fue, donde la escuela intervenía para ejercer su tarea formadora apoyada por una familia y sociedad que ya no está.

Poner límites hoy es como sostiene Kiel, es remar contra la corriente, es como dos caras de la moneda, por un lado prohíbe y por un lado habilita, tendríamos que pensar como habilitar otra forma o camino para lograr que lo permitido en la escuela sea la contracara de lo prohibido, pero para pensar los limites desde esta perspectiva nos lleva a asumir una posición decidida con respecto a lo que tenemos para ofrecer a los chicos y lo que queremos para ellos.

La escuela debe funcionar como un escudo o pantalla protectora de la realidad y de la vulnerabilidad en que se encuentran los chicos. Ofrecerles nuevas realidades a través de la lectura, el teatro, la música, pintura es nuestro mayor desafió.

Habilitar límites a través de la enseñanza que sea como un descubrimiento, a medida que ingresen a la cultura, cada uno podrá descubrir sus propios límites. Como termina Kiel, cada escena de enseñanza conlleva de manera implícita la internalización de ciertos límites y, a su vez, constituye como necesario cierto marco reglado para que un chico aprenda.

Desde nuestro rol de docentes tenemos que entender que para los chicos su pasaje por la escuela puede ser la única ocasión con la que cuentan para aprender que otro modo de vivir, diferente al de la calle, es posible. Que no podemos poner por delante nuestra propia vulnerabilidad por la del niño o adolescente, que son

...