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Sistema nervioso


Enviado por   •  3 de Febrero de 2014  •  7.216 Palabras (29 Páginas)  •  216 Visitas

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Sistema nervioso

El sistema nervioso está formado por una serie de órganos que se encargan de coordinar y regular las funciones de todos los aparatos y sistemas del organismo. De alguna manera, se puede decir que el sistema nervioso es el director de orquesta del organismo. Sin embargo, en el ser humano el sistema nervioso está muy evolucionado y es muy complejo, de manera que no solo es capaz de cumplir con los requisitos de la percepción, procesamiento y generación de órdenes, sino que también, y de forma muy particular, tiene la posibilidad de realizar lo que se denomina como funciones superiores, o intelectuales, como la memoria, la capacidad de abstracción, pensamiento y lenguaje.

Esta constituido fundamentalmente por un conjunto de células nerviosas, llamadas neuronas, provista de unas prolongaciones más o menos largas llamadas, respectivamente, dendritas y axones mediante las que se interrelacionan. Es decir que cada dendrita está conectada con otra dendrita de una neurona colocada a su lado, o con el axón de una neurona situada más lejos.

Encéfalo

Cerebro

Sistema nervioso Cerebelo

Central Tronco encefálico

Medula espinal

Sistema nervioso Sistema nervioso Nervios craneales

Periférico Nervios espinales

Sistema nervioso Sistema simpático

Autónomo Sistema parasimpático

Sistema nervioso central

El cerebro

En el cerebro se generan el pensamiento, las creencias, los recuerdos, el comportamiento y el estado de ánimo; además, es el centro de control del resto del organismo. Coordina las facultades del movimiento, del tacto, del olfato, del oído y de la vista, y permite la formación del lenguaje, entender y realizar operaciones numéricas, componer y apreciar la música, visualizar y entender las formas geométricas, comunicarse con los demás y hasta crea fantasías.

El cerebro analiza todos los estímulos procedentes de los órganos internos, la superficie del cuerpo, los ojos, los oídos, la nariz y la boca. Y reacciona a estos estímulos corrigiendo la postura corporal, el movimiento de las extremidades y la frecuencia del funcionamiento de los órganos internos.

La capacidad del cerebro humano es única; ni siguiera las computadoras se aproximan a sus aptitudes. Sin embargo, tal sofisticación tiene su precio. El cerebro necesita una nutrición constante, exige un flujo de sangre y de oxigeno muy elevado y continuo, alrededor de 20% del gasto cardiaco.

A pesar de su alta exigencia de oxígeno y de nutrientes suministrados por la sangre, el cerebro está aislado del flujo sanguíneo por una barrera funcional llamada barrera hematoencefalica. En el cerebro a diferencia de casi todo el cuerpo, las células que forman las paredes de los capilares están herméticamente selladas, por lo que forman la barrera hematoencefalica. ( los capilares son los vasos sanguíneos más pequeños, donde se produce el intercambio de nutrientes y oxigeno entre la sangre y los tejidos del cuerpo.) La barrera hematoencefalica limita los tipos de sustancia que puedan pasar al cerebro y así protege a las células cerebrales de las sustancias potencialmente toxicas.

La actividad del cerebro se debe a los impulsos eléctricos generados por las neuronas, que procesan y almacenan información. Estos impulsos recorren el cerebro a través de las fibras nerviosas. La cantidad el tipo y el origen de la actividad dependen del nivel de conciencia de la persona y de la actividad específica que esté realizando.

El cerebro se divide en dos mitades, los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo, conectados entre sí por un conjunto de fibras nerviosas conocidas como cuero calloso. Cada hemisferio se divide en cuatro lóbulos: el frontal, el parietal, el occipital y el temporal.

Los lóbulos frontales inician numerosas acciones voluntarias, desde mirar hacia un objeto de interés, a travesar una calle o relajar la vejiga para orinar. Además, controlan las actividades motoras aprendidas, como escribir, tocar un instrumento musical o atarse los zapatos, y procesos intelectuales complejos, como el lenguaje, el pensamiento, la concentración, la capacidad de resolver problemas y la planificación del futuro. También controlan las expresiones faciales y los gestos de las manos y los brazos y coordinan las expresiones y otros gestos variables como el humor y los sentimientos.

Los lóbulos parietales interpretan la información sensorial del resto del cuerpo y controlan el movimiento corporal. Combinan las impresiones respecto a las formas, la textura y el peso y las convierten en percepciones generales. Estos lóbulos ejercen su influencia en las capacidades matemáticas y del lenguaje, que son controladas más específicamente por zonas adyacentes a los lóbulos temporales. Los lóbulos parietales almacenan la memoria espacial, que permite a la persona orientarse en el espacio (saber dónde está) y mantener el sentido de la dirección (saber dónde va).

Los lóbulos occipitales procesan e interpretan la visión, permiten la formación de recuerdos visuales y hacen que las percepciones visuales se integren con la información espacial aportada por los lóbulos parietales adyacentes.

Los lóbulos temporales controlan la memoria y las emociones. Procesan los hechos inmediatos en la memoria reciente, a la vez que almacena y recupera viejos recuerdos

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