Sueño Y Vigilia (Julia P. Mancebo)
bandrui19 de Noviembre de 2012
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SUEÑO Y VIGILIA
INTRODUCCION
Las actividades diarias normales del ser humano le exponen a diversas circunstancias tanto físicas (movimiento en el que hay un desgaste normal), como mentales (absorción de nueva información), que deben ser compensadas de manera adecuada por un proceso de recuperación que se da durante el sueño.
Al sueño se lo puede definir como un estado normal, recurrente y reversible de disminución de la percepción y de la capacidad de respuesta al medio ambiente. La actividad motora cesa y se adopta una postura específica. El sueño también está presente en mamíferos, pájaros, probablemente en reptiles, anfibios y peces.
El sueño es una conducta, un estado de reposo contrario al estado de vigilia, un proceso activo del sistema nervioso que presenta características específicas. Aunque es un estado contrario a la vigilia, existe una estrecha relación entre ambos y sus mecanismos neurofisiológicos no pueden ser separados.
Las dos principales explicaciones del sueño son, que cumple una función adaptativa o que proporciona un período de restauración. El hecho de que todos los vertebrados duerman, incluidos algunos que parecen que estarían mejor sin hacerlo, sugiere que el sueño es algo más que una respuesta adaptativa.
A diferencia de lo que se cree comúnmente, el sueño es un estado dinámico donde grupos de neuronas siguen activas desempeñando un papel diferente al de la vigilia y es, además, necesario para la salud en general del organismo, por sus propiedades de consolidar las distintas formas de la memoria, regular la temperatura y la función de ciertos neurotransmisores, así como de almacenar energía y mantener la inmunocompetencia.
El sueño es un estado fisiológico en el que el nivel de vigilancia está disminuido y el individuo reposa o descansa. Pero esta apariencia externa de depresión funcional es engañosa. En realidad, la fisiología del sueño es tan compleja como la de la vigilia en su regulación neurológica, endocrina, metabólica o cardiorrespiratoria. El estado de sueño puede sufrir alteraciones por motivos físicos o psíquicos, que ocasionen trastornos potencialmente graves.
Por otro lado, se han hecho investigaciones de la relación que guarda el sueño y las funciones cognitivas, encontrando evidencia de que el sueño ejerce efectos específicos en particular en los procesos mnésicos. De aquí la investigación de la actividad mental y de qué sucede durante el sueño, cómo se manifiesta y qué relación guarda con la actividad mental de vigilia.
RITMOS BIOLOGICOS
Enright (1981) clasificó a los ritmos biológicos de acuerdo con la frecuencia de su oscilación:
Ritmos Ultradianos: ciclos que ocurren varias veces en un día, tienen períodos menores a 19 hr, p.e. el ritmo respiratorio, el ritmo cardíaco, las ondas eléctricas cerebrales, etc. Conciernen a conductas como momentos de actividad, ciclos de sueño, alimentación y liberación de hormonas. Parecen relacionados al tamaño cerebral y corporal.
Ritmos Circadianos: ciclos cuyo período es cercano a las 24 horas, en el intervalo de 19 a 29 horas. Algunos ejemplos son los ciclos sueño vigilia, actividad reposo, secreción hormonal como el cortisol, la melatonina y la prolactina. La utilidad de estos ritmos es la sincronización de conducta y estados corporales a cambios del entorno, están dados por las fluctuaciones de luz y oscuridad durante el día.
Ritmos Infradianos: su período es mayor a 29 horas, algunos ejemplos son: el ciclo menstrual de mamíferos y los ciclos reproductivos.
Ritmos Circanuales: La conducta de numerosos animales se caracteriza por ritmos anuales, algunos de los cuales son en parte dirigidos por factores exógenos, como la disponibilidad de comida.
RITMOS CIRCADIANOS
El mecanismo sueño-vigilia, es más que una función básica que permite al organismo la oportunidad de reponerse del desgaste de las horas de vigilia, es un proceso complejo donde intervienen múltiples factores.
La conducta de sueño-vigilia es regulada por los ritmos circadianos, que son ritmos diarios en la conducta y procesos fisiológicos, que tienen un ciclo de aproximadamente 24 horas o un día, y que funcionan como un reloj biológico que regula, además del sueño-vigilia, procesos como la temperatura corporal, la secreción de hormonas y muchos más. Estos ritmos, de los que se conocen más de 100, dependen de la interacción de los estímulos externos, el más importante de los cuales es la luz, y de estructuras internas que actúan como «marcapasos» de la entrada en juego de las diferentes funciones.
En el individuo completamente aislado de influencias exteriores, sin modificaciones de temperatura ni de luz y sin indicaciones externas de horarios convencionales (trabajo, comidas), los ciclos de sueño se van alargando a medida que entra en juego su «marcapasos» interno de manera autónoma. En condiciones normales, el indicador externo más poderoso para sincronizar los ritmos circadianos es la hora de despertarse y levantarse, que puede fijarse estrictamente. La hora de irse a la cama también es importante, pero la de dormir no puede fijarse a voluntad.
MECANISMO DE LOS RITMOS CIRCADIANOS
La estructura cerebral decisiva en la organización de estos ritmos circadianos, neurológicos, metabólicos y endocrinos, es el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, cuya lesión altera profundamente el acoplamiento de la vigilancia, el sueño, el apetito, la temperatura, la secreción hormonal y otros ritmos. La hormona del crecimiento, el cortisol y otras hormonas se segregan durante la noche. Así ocurre también con la melatonina, cuya secreción por la glándula pineal es inhibida por la luz; al disminuir la luz se incrementa la liberación de melatonina. Esta favorece la entrada en el sueño, quizá permitiendo el descenso de la temperatura corporal que va ligado a la entrada en sueño NREM. La exposición prolongada a la luz, por ejemplo en los viajes transoceánicos en dirección oeste, inhibe la secreción de melatonina y puede ser la causa del síndrome del jet lag.
CICLO SUEÑO-VIGILIA EN CONDICIONES ARTIFICIALES
Nuestro organismo está acostumbrado a un ciclo sueño-vigilia regido por la rotación terrestre y por lo tanto por la luz solar; pero cuando esos estímulos son suprimidos, se ha encontrado que los ritmos de sueño-vigilia cambian dependiendo de cada individuo. Hay quien adopta un ciclo de 25 hrs. y hay otros que se van hasta un ciclo de 35 hrs. y en ocasiones algunos, muy pocos, adoptan un ciclo menor de 24 hrs.
En experimentos realizados por Weitzman et al (1981) en 10 sujetos, hombres adultos, que pasaron 25-105 días individualmente en un apartamento totalmente carente de pistas temporales y en donde podían dormir y levantarse cuando quisieran sin tomar siestas. (Los parámetros tomados incluían temperaturas corporales, niveles de hormonas circulantes, así como EEG durante los períodos de sueño), los resultados fueron los siguientes:
•Todos los sujetos presentaron un ritmo de sueño-vigilia mayor a las 24 horas, y de los 10 sujetos del experimento:
3 presentaron ciclos de entre 24.4 y 26.2 hrs. y
3 presentaron ciclos mayores a 37 hrs.
En estos últimos, su ciclo de temperatura corporal siguió siendo de 24 hrs. También presentaron algunos períodos de sueño corto (menos de 10 hrs.) y otros de larga duración (hasta de 20 hrs.). Tanto los ciclos cortos como los largos estuvieron relacionados con la temperatura corporal. Los cortos se dieron cuando la temperatura corporal estaba en su nivel más bajo y los largos cuando estaba en su nivel más alto. Las fases de sueño MOR (REM) también se vieron afectadas, ya que éstas aparecían antes durante el período de sueño, aunque su porcentaje total sobre el sueño permaneció igual. Se encontró que el sueño MOR (REM) básico, tiene una relación temporal específica con la temperatura corporal más que con el sueño de ondas lentas.
RELACION ENTRE LA OCURRENCIA DE ENSOÑACIONES
Y EL PERIODO DE SUEÑO MOR (REM) O PARADOJICO
FASES DEL SUEÑO
La regulación de la vigilia y del sueño implica al conjunto del SNC, aunque ciertas áreas tienen una importancia crítica. En el tronco cerebral, diencéfalo y prosencéfalo basal, existen centros cuya influencia es contrapuesta sobre el tálamo y la corteza cerebral; cuando predomina el sistema activador reticular el individuo está alerta, y cuando su influencia decae los sistemas inhibidores inducen el estado de sueño. Pero el sueño no es un estado neurofisiológico único, sino que hay dos grandes tipos de sueño:
El sueño lento (sin movimientos oculares rápidos MOR o NREM, en el que se distinguen las fases I, II, III y IV, según la actividad progresivamente más lenta del EEG, y
El sueño rápido o paradójico (con movimientos oculares rápidos MOR o REM, que se caracteriza por una actividad del EEG similar a la de vigilia, la hipotonía muscular y la aparición de movimientos oculares rápidos y en salvas
En el sueño NREM el tono muscular persiste y los movimientos oculares son lentos y esporádicos. Durante el sueño REM hay erecciones de los órganos genitales y ocurre la actividad onírica (los ensueños).
Fase I
El sujeto cierra los ojos y sus músculos se relajan. En el EEG aparecen ondas con una oscilación
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