TRASTORNOS NEUROLÓGICOS, VERSUS, CALIDAD DE VIDA

TRASTORNOS NEUROLÓGICOS, VERSUS, CALIDAD DE VIDA

        Las alteraciones neurológicas afectan de manera significativa la calidad de vida de las personas que las padecen; aunque algunas sean más graves que otras, interfieren de manera directa en la capacidad para ejercer las funciones normales que demanda la vida cotidiana, tal y como se puede evidenciar en la película despertares, en donde todos unos conjuntos de personas viven como si estuvieran aisladas de la realidad, prisioneros en su propio cuerpo.

        Los pacientes del doctor Sayer presentan un estado catatónico, pudiéndose clasificar en el subtipo estupor, dado a la sintomatología que presentan como lo es la postura rígida, inmovilidad, la falta de reacción a los estímulos del entorno, ausencia de contacto visual, letargo; todo lo anterior presente la mayor parte del tiempo, ya que sólo presentaban reflejos ante ciertas situaciones que los hacían reaccionar produciéndoles actividad cerebral esporádica, ante cierta melodía musical, al percibir un objeto caer, al escuchar sus nombres, al observar algún patrón en el campo visual cómo en el caso de Lucy con las baldosas blancas y negras, o ante el contacto humano, cómo el paciente que sólo avanzaba caminando en compañía de alguien que lo guiara.

La mayoría de los pacientes también presentaban síntomas de Parkinson, dado a que esta sintomatología es originada a consecuencia de otro trastorno inicial, entonces se puede deducir que los pacientes presentaban un cuadro sintomatológico de parkinsonismo secundario, observándose en ellos los trastornos en el movimiento, deterioro cognitivo, alteraciones en la marcha, posturas rígidas, temblores, tics.

Según las investigaciones del doctor Sayer sus pacientes tenían antecedentes de encefalitis letárgica, la cual fue una epidemia que afecto gran cantidad de personas, esta enfermedad se caracteriza por una inflamación en el cerebro debido a una infección vírica. (Vilches, 1922); cuyos síntomas se pueden observar al inicio de la película cuando Leonard era un niño, presentaba un fuerte temblor en su mano derecha, y posteriormente en los síntomas que describe su madre en donde el temblor de sus manos empeoró, ya no podía escribir, entraba en periodos de trance de una hora o dos inmóvil  lo que limitó las funciones académicas hasta tener que abandonarlas, un día  dejó de hablar y se quedó en un estado de estupor, por lo que empezó a depender  totalmente de los cuidados de su madre.

         La conclusión a la que llegó el doctor Sayer después de todas sus investigaciones era que sus pacientes padecían actualmente  un síndrome  post encefálico, el cual fue  descrito por otro médico años atrás, y explicaban perfectamente los síntomas y las características de sus pacientes, sin embargo éste médico manifestaba que estas personas no pensaban, ya que el virus les había afectado las funciones superiores, a lo que él doctor Sayer estaba en desacuerdo, pues para él sus pacientes estaban vivos en su interior, aunque exteriormente  no hubiera manifestación alguna.

        En el afán por encontrar una cura el doctor Sayer experimenta con un medicamento llamado L-Dopa utilizado para la enfermedad de Parkinson, cuyo efecto a nivel cerebral es intentar compensar la pérdida de dopamina que se produce por la muerte neuronal dopaminérgica de la sustancia negra, la cual provoca la pérdida de control de los movimientos voluntarios; ( Salamone,2012)

 La dosis que tuvo que utilizar el Dr Sayer para Leonard fue muy alta, logró despertar del estado letárgico,  recupero la motricidad tanto fina como gruesa, volvió a hablar, y aparentemente sus funciones cognoscitivas eran normales e incluso logro adaptarse fácil a la sociedad y a los cambios que está ahora tenía después de los treinta años que estuvo ausente; al igual que los demás pacientes cuando empezaron a ser medicados; pero al cabo de unos días Leonard volvió a presentar síntomas de la enfermedad: trastornos motores, temblores, tics, dificultad para hablar, no podía fijar la mirada en un punto por lo tanto ya no podía leer, contracciones musculares, dificultad para la marcha, se quedaba inmóvil por momentos y reaccionaba cuando alguien lo tocaba, además de manifestar comportamientos impulsivos, como consecuencia del miedo que sentía al volver al estado en el que se encontraba antes de que le fuera suministrada la L-Dopa; el medicamento al parecer ya no hacia efecto, y volvió a quedar  en el estado inicial de estupor.

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