Telekinesis

1: Terminología.

I. 1. A. Descubrimiento.

Tal ves no tenemos fecha exacta de cuando se descubrió la telequinesis pero podemos afirmar que se dio a conocer de forma masiva con el caso de Nina Kulagina, Uri Geller.

El termino telequinesis, fue puesto en 1890 por el psicólogo e investigador ruso Alexander N.

I. 1. B. significado.

La palabra telequinesis es un término neologismo compuesto por el escritor ruso: Aksakov Alexander en 1980 usando elementos griegos:

Τηλε (tele = lejos), Kινείν (Kinein = mover), σης (sis = acción) de aquí su significado: donde supuestamente es posible mover objetos mediante el uso de la mente.

En particularidad se refiere al movimiento de objetos sin el uso de fuerza física aplicada visiblemente y aunque mucha gente piensa que la telequinesis es una practica obscura esto no es así en realidad su significado es solo: el mover objetos con el poder de la mente y sin el uso de fuerza física.

La Telequinesis es Natural

La habilidad de telequinesis es una habilidad natural, la cual se está haciendo muy conocida y todos nosotros tenemos la habilidad de realizarla, y solo lo que tenemos que hacer es aprender a controlar esta habilidad

I. 1. C. Origen.

Su origen no es algo definido asta aun es decir que no se tiene una fecha exacta y menos una aproximación.

Se dice que hace un tiempo en la india se utilizaba la telequinesis, al igual que en Egipto, China y Corea pero no se sabe a ciencia cierta desde cuando es que existe pero podríamos decir que es un poco después que el ser humano obtuvo conciencia.

I. 2. Aceptación En La Vida Humana.

I. 2. A. Aceptación científica.

Una teoría común es que la TK (abreviación de telekinesis) trabaja por campos de energía (magnético o eléctrico) o por "ondas" de energía psíquicas que son lo suficientemente densas para empujar un objeto, creando así, su cierto movimiento.

No hay mecanismo por el cual la telequinesis podría funcionar. Quienes creen (o no saben si creer o no) en las capacidades telequineticas exponen, básicamente, dos nociones distintas. Una es simplemente la creencia en una capacidad mágica, es decir, una “no explicada” basada en que simplemente somos capaces de mover objetos a distancia, “concentrando nuestra energía”. Esta noción mágica es irrefutable porque el poder puede tener cualquier característica que se desee y es por lo tanto, imposible de demostrar su inexistencia. En este campo es sumamente arrogante y muestra una profunda ignorancia del tema. Por el otro lado, se argumenta que uno puede manejar los campos electromagnéticos producidos por su cuerpo para lograr mover un objeto. En este caso se suelen referir al “magnetismo del cuerpo” y a mencionar fenómenos como la atracción y repulsión de cargas eléctricas. Luego de peinarse, es posible usar el peine para recoger pedazos de papel a distancia. De acá se infiere que entonces, yo debería ser capaz de mover objetos a distancia.

Este es un clásico concepto pseudocientífico. Por un lado está la noción del “magnetismo del cuerpo”. El cuerpo no es una única cosa, está compuesto de miles de cosas distintas. Algunas de ellas magnéticas y otras no. Así que, ya de entrada esa noción es incorrecta o al menos, poco precisa. Por otro lado, inferir algo sobre las capacidades humanas a partir de un peine cargado eléctricamente es un error. Se subestima la importancia de la distancia y se exagera la capacidad del peine de mover objetos. El peine levanta los papeles porque tiene un exceso de carga positiva o negativa. Luego de levantarlos, pierde esta capacidad. También la pierde al cabo de poco tiempo debido al roce con el aire.

Supongamos que de alguna manera uno pudiese concentrar carga eléctrica o alinear moléculas en su cuerpo de forma tal de crear un imán. Inevitablemente, encontraríamos algunos de estos problemas:

1) Uno estaría alterando la biología de su cuerpo. ¿Cómo puede uno alterar la organización molecular básica de su cuerpo y no sufrir al menos un efecto visible?

2) Reorganizar moléculas requiere de fuerza. Para ejercer una fuerza hace falta transformar energía. ¿Que energías están en juego acá? Para dar una idea, en un experimento, usaron un imán para hacer flotar una araña minúscula. La energía que usaban era similar al consumo energético de un pueblo pequeño. El ser humano simplemente no produce los miles de watts de energía necesarios para llevar a cabo algo similar.

3) Para lograr un efecto magnético es necesario, no solo orientar dipolos si no también, concentrarlos. Es decir, uno necesitaría mover moléculas de tu cuerpo y concentrarlas en un punto específico del mismo para que sea posible empezar a producir un efecto.

4) La intensidad de un campo magnético decae con el cuadrado de la distancia. Fácil: si a 1m tengo X magnitud, al doble de esa distancia la intensidad es x/4, a 4 metros tendré X/16 y así… Y eso sin contar que pasa si hay algo en el medio. Si agarro un imán y me lo coloco en el brazo, el campo magnético no llega a atravesar las primeras capas de mi piel. Es decir, aún si tuviera la capacidad de transformarme en un imán, tendría que estar sumamente cerca del objeto para poder moverlo, sacando así el “tele” (mover) de “telequinesis”.

5) El objeto que quiero mover generalmente no es magnético, por lo cual moverlo usando un imán es casi imposible y por obvia razón si intento mover una pelota de plástico con un imán es obvio que no se va a mover.

Estas explicaciones de la telequinesis usando campos electromagnéticos son muy interesantes para entender cómo funciona la física y la biología, pero no logran ni por asomo hacer de la telequinesis algo posible. Son lindos ejercicios mentales y esta bueno pensar como podría funcionar y después ver por qué no funciona. Realmente es muy interesante.

Sin embargo, el “true believer” va a agarrar las partes de la ciencia que le sirven y descartar las que no. Por ejemplo, va a decir que nuestros cerebros producen campos electromagnéticos (¡cierto!) pero van a negar que estos campos son tan débiles que ni siquiera son perceptibles a centímetros de nuestra cabeza.

Verdadera telequinesis

Ha pesar de todo lo anterior regularmente: la telequinesis

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