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Abraza A Tu Pedro


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2012  •  1.449 Palabras (6 Páginas)  •  383 Visitas

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Abraza a tu Pedro

“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte

en su presencia. (1 Cor 1:27-29)

Casi todo el mundo ubica a Pedro, el discípulo, en una de dos categorías: El que caminó sobre las aguas o el que negó a Jesús. Los cristianos tendemos a gravitar hacia Juan por la idealización implícita en el calificativo discípulo amado, pero pasamos por alto que Pedro fue el líder de los discípulos. Sabemos esto porque su nombre es el primero en todas las listas de los doce que aparecen el Nuevo Testamento y eso apunta a que Jesús vio cualidades en él que ningún otro poseía. John MacArthur, autor del libro Doce Hombres Comunes y Corrientes, describe a Pedro como un hombre ansioso, agresivo, valiente y franco, que hablaba demasiado… como yo. En los pasados años, el Divino Artista me ha ido moldeando a fuerza de cincelazos –porque su silbido apacible no es muy efectivo en mí. Dios se está esmerando en moldear al Pedro que me habita… y al que te habita. Sí, porque TODOS somos Pedro. Aunque, contrario a él, seas tranquilo, pasivo, tímido o comedido, todos tenemos características que necesitan ser transformadas -al fuego- para convertirse en herramientas efectivas para vivir nuestro propósito Me fascina Pedro porque aunque “estaba defectuoso” (y quién no!) es claro en la Biblia que Jesús lo amaba. Pienso que Él apreciaba en su impulsividad y pasión extremas las cualidades de un niño y se deleitaba en verlo crecer.

Estoy convencida de que todos los seres humanos debemos aceptar nuestra naturaleza pedrina, e incluso, abrazarla porque, ¡cómo no amar la obra del Creador! Además Filipenses 1:6 asegura Él perfeccionará la obra que comenzó en nosotros. El Pedro que nos habita siempre va a escaparse y armar un rollo, porque es impulsivo por naturaleza, pero cuando Dios termine con él, caminará sobre las aguas sin trastabillar. Mientras tanto, tenemos que estar atentos porque, con frecuencia, tendremos que sentárnosle encima a Pedro y someterlo a obediencia.

Según de grande era el amor de Jesús por Pedro, así fueron sus exigencias. Ningún otro discípulo fue tan reprendido como Pedro:

• Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.

Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:--¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mateo 14:30,31)

• Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola. Jesús dijo:

¿También vosotros estáis faltos de entendimiento? ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. (Mateo 15:15-18)

• Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirlo, diciendo:

Señor, ten compasión de ti mismo. ¡En ninguna manera esto te acontezca!

Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. (Mateo 16.22, 23)

• Volvió luego a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

(Mateo 26:40, 41)

• Cuando Pedro lo vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de este? Jesús le dijo:

Si quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti? Sígueme tú.

(Juan 21:21,22)

Pedro era impetuoso, no había desarrollado su dominio propio, hablaba sin pensar y por eso, fue amonestado hasta el último capítulo del libro de Juan. Dios no cesa de trabajar en nosotros, su fin

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