CATEQUESIS

CATEQUESIS

Los sacramentos son signos sensibles que nos ayudan a alcanzar el reino de los cielos. Son escalones que van de acuerdo a las etapas de nuestra vida y estos son: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden sacerdotal y Matrimonio.  

1. Bautismo: este es el sacramento que nos hace hijos de Dios, miembros de la iglesia y os limpia el pecado original.

 Bautizo: Es el fundamento de toda vida cristiana, lo recibimos todos el día de que nos bautizaron y le abrimos las puertas a los demás sacramentos. Por el pecado somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios.

1. Confirmación: es el sacramento que nos convierte en soldados y apóstoles de cristo. Aquí se nos concede la gracia de recibir los siete dones; sabiduría, entendimiento, concejo, piedad, fortaleza, y temor de Dios.  

En el sacramento de la confirmación  renovamos nuestra renovamos nuestra promesa bautismal, aquélla que adquirimos el día de nuestro bautizo y la que no recordamos porque éramos muy niños. Este sacramento viene a presentar el segundo si al señor, es decir por nosotros mismos que queremos seguir a cristo y predicar su palabra.

1. Eucaristía: Este sacramento, recibimos por primera vez y por siempre el cuerpo y la sangre de cristo que nos alimenta nuestra vida espiritual y nos recuerda la historia de nuestra salvación; es decir que Jesús murió y resucito, que fue entregado como cordero y todo para redimir nuestros pecados.
   Este es el sacramento que nos deja ver y sentir que Dios esta siempre con nosotros y quiere estar siempre dentro de  nosotros como signo de unidad para que seamos uno solo en ÉL.

1. Penitencia o confesión: El sacramento de la penitencia nos sirve para reconciliarnos con Dios y pedir perdón por las faltas que hemos cometido.

             Para hacer una buena confesión necesitamos seguir 5 pasos.

• Examinar nuestra conciencia.
• Arrepentirnos de nuestros pecados.
• Proponernos de no volver a pecar.
• Confesar neutros pecados.
• Cumplir la penitencia que nos manda el sacerdote.

Cumplir estos paso ayuda a tener una conversación más sincera y leal a Dios porque tenemos el tiempo para recordar nuestros pecados que en el momento no tenemos en la mente.

Para alcanzar una buena confesión  también es importante que sepamos cómo vamos a decir nuestros pecados y para eso tenemos unas características.

• No decir pecados del prójimo si no los propios.
• No redundar en el pecado decirlo tal y como es sin brindar detalles, no es necesario.
•  Escuchar al sacerdote si nos interrumpe con algún concejo.

Recordemos que en ese momento el sacerdote se convierte en Jesucristo, por lo que debemos mostrarle respeto y confianza para sacar todo lo que llevamos dentro, y que nos deje vivir.

...