COMENTARIO PERIODISTICO -VIDA ESPIRITUAL

Drogadictos mataron a su hijo: ella lo superó acogiendo adictos y ayudándoles a convertirse

“El alcohólico o el drogadicto es el Cristo que está caído, y que se debe restaurar, se debe levantar. Si Él no se manifestara a través de las personas, ¿dónde lo iba a ver? ¿Dónde lo iba a buscar?”

Este artículo periodístico narra como una mujer llamada Nancy Orellana Salazar a quien la vida la golpeo constantemente, ella desde pequeña conoció el dolor a pesar ello nunca se desanimó y siguió delante primero logro que su padre dejara el alcoholismo, la drogadicción y también rehabilito a su madre de la farmacodependencia y todo gracias a que desde joven conoció y compartió el amor a Dios. Ella conocía muy bien el dolor que causan los adictos en quienes les aman.

Nancy creció, se casó, fue madre y su amor a Dios continuaba orientando la vida en familia. Pronto vendría una nueva y traumática prueba. Su madre falleció de un momento a otro, después unos drogadictos asesinaron a su hijo al producirse este gran dolor ella sintió derrumbarse espiritual y psicológicamente, a pesar del grab dolor que le causo este hecho no logro vencerla ni hacerla renegar o reclamar a Dios por lo sucedido. Esto acrecentó más su fe. A partir de esa fecha en vez de odiar y buscar venganza, se dedicó con mayor fuerza ayudar a los adictos para que los demás no pasaran por lo que ella había vivido.

Con la fe de los grandes y “confiando en oración a la misericordia de Dios”, Nancy continua adelante recibiendo a un adicto tras otro en una precaria construcción aledaña a la capilla Jesús Nazareno en el sector de Lo Espejo, en la capital chilena,

Junto a sacerdotes, conocidos y familiares atiende a los drogadictos dándoles la oportuna atención para la desintoxicando. Comparte y lee juntos a estas personas el evangelio, los lleva a misa, realiza jornadas de conversión, logrando la rehabilitación de estas personas que se encontraban presas de estos vicios. Quienes agradecen a Dios y a ella por el apoyo brindado. Todo gracias a la Fe y amor a Dios.

Esto nos enseña a que no debemos actuar con rencor, si no compartir con quienes más lo necesitan, muchas veces por alguna dificultad o pérdida de un familiar nos dejamos vencer y renegamos de Dios, ello sucede porque nuestra fe es mínima cuando debería ser mayor. Teniendo fe podemos lograr buenas cosas en bien nuestro y de los demás.

Con esta actitud Nancy Orellana nos enseña el amor al prójimo, que es un amor limpio desinteresado. Y el amor Dios Sobre todo las cosas.

Cita bibliográfica

 Articulo Periodístico de Danilo Picart / PortaLuz

Religión en Libertad “VIDA

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