CRUZ DE CHALPON

EL MADERO DEL FRAY AGUSTIN

En el cerro Chalpón, una mañana muy cálida el fray Juan Agustín de Abad religioso de la orden franciscana, tenía por costumbre orar todas las mañanas, así que él para estar más tranquilo se encerraba en su pequeña cueva y se arrodillaba frente a la cruz que el mismo elaboro ya que no tenía una imagen que adorar, de pronto ¡¡pumm!! se escucho un fuerte ruido y quejidos desde afuera, el fray inmediatamente salió y encontró a un hombre tirado con una herida en la rodilla que no paraba de sangrar, entonces el fray se acerco y le dijo:

- Ven hijo, te ayudo a levantarte, ¿Cómo te hiciste eso en la rodilla?

- Gracias…pero quien es usted?, soy ciego y no sé cómo me ocurrió esto, por eso andaba buscando ayuda.

- Ahora entiendo, bueno yo soy el fray Juan de Abad, puedes confiar plenamente en mí, no temas; vamos allá dentro, te curare esa herida.

- Está bien.

Al entrar a la modesta cueva, el fray saco su pequeño botiquín, limpio y curo la herida; después de esto le ofreció comer, ya que él tampoco había comido aun.

- Ahora, quisiera saber más sobre ti, ¿Cómo te llama?...¿qué haces aquí solo?

- Me llamo Sebastián, estaba viajando con mi padre a Londres para que me operen las vistas, pero el avión en el que íbamos se estrello y mi padre falleció, pues por más que gritaba su nombre no me respondía, entonces decidí buscar ayuda, pero lo único que logre fue perderme… y ahora estoy aquí; extraño mucho a mi padre…

El fray muy conmovido, abrazo a Sebastián; ya era las 12:00 a.m, y el fray tenía que dar misa, así que llego acompañado de Sebastián a la capilla, lo hizo sentar en la primera fila para pode verlo y evitar cualquier incidente.

Por la tarde el fray le conto a Sebastián sobre la cruz que hizo para el cerro Chalpón y le dijo que sería muy milagrosa ya que tendría la bendición de Dios dentro de ella, también le recomendó que sea cual sea el problema que quiera resolver, si se lo pide con mucha fe a la cruz se lo cumpliría.

De esa manera fueron pasando los días y ellos se llevaban cada vez mejor, de pronto Sebastián sorprendió al fray diciéndole:

- Padre Juan, si yo quisiera hablar con la cruz, que debo hacer?

- Es muy fácil, solo dime cuando y yo te llevare recuerda ayuda al resto, y Dios te ayudará.

- Vayamos ahora mismo.

Entonces lo llevo hasta la cruz y lo dejo solo a Sebastián frente a la cruz, el empezó pidiéndole que el alma de su padre este en paz, luego le pidió con mucho fervor recuperar la visión ya que él quería ser

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