Cruz Y Traición

Ponte frente al Señor que pende de la Cruz con el corazón desgarrado¸ Él derramó la sangre de su corazón para conquistar tu corazón.

Edith Stein

CRUZ Y TRAICIÓN

Autor: Freddy Mestra Arbeláez.

La Cruz y la Traición, dos realidades que circundan nuestra vida a diario.

Nuestra condición humana nos exige la realidad del amor, pero también enfrentamos realidad de la traición, del dolor, de la infidelidad, del desamor. A todo esto debemos estar preparados porque como lo dije anteriormente, son dos realidades que circundan nuestra vida todos los días.

Al hablar de Cruz y Traición, tenemos a un hombre que vivió en carne propia el más grande amor y las más grande traición que ningún otro ser humano pudo experimentar: Jesús de Nazaret, el hombre que amó al mundo, que entregó su vida por el mundo, y que fue traicionado por el mundo, y se ha convertido en el hombre más grande del mundo, el único que marcó, que dividió la historia en dos. Su recuerdo hoy sigue vivo en medio de nosotros, en medio de los hombres que día a día aceptamos su presencia en nuestra vida, de los que nos dejamos tocar y transformar por el amor más grande y sublime sobre el universo.

Cada año, para estas fechas, hacemos recuerdo del memorial del misterio, centro de nuestra Fe cristiana: la pasión, muerte y gloriosa resurrección de Jesucristo Señor nuestro. Cuyo misterio nos recuerda el amor, la traición, pero también la gloria del hijo de Dios. Nosotros, aunque en ocasiones no somos conscientes de lo que vivimos a diario, también experimentamos el amor y la traición. Como seres humanos somos muy buenos amando, nos entregamos sin medida, sin recelos, sin medir las consecuencias, practicamos muy bien lo que dice el apóstol Pablo: el amor lo soporta todo, no se engría, no es rencoroso, no se enoja. Cf 1 cor 13. Cuando amamos entramos en un armonía con los demás sentidos, sentimos una fuerza interna que nos mueve, que estremece, que nos envuelve y que pone luz y brillo en nuestros ojos; el amor es magnífico, maravilloso, extraordinario, fascinante, seductor, en fin, se reviste muy bien y hace que todos lo deseemos; lo que no sabemos, es que cuando aceptamos amar, también aceptamos la traición. Sólo al final de cada historia de amor, es cuando descubrimos el precio de la traición, es cuando abrimos nuestros ojos y nos detenemos a pensar: amé, pero también sufrí, y ese sufrimiento me llevó a ser más fuerte, a mirar el mundo con otros ojos, a entender que el único y verdadero amor

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