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Fracción Del Pan


Enviado por   •  26 de Mayo de 2013  •  5.471 Palabras (22 Páginas)  •  445 Visitas

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LA FRACCIÓN DEL PAN

Entre los dos acciones más importantes de la celebración eucarística -la consagración y la comunión- está ubicado un rito al que en nuestras celebraciones frecuentemente no se acostumbra dar aquella importancia y relevancia que sin duda merece: nos referimos al gesto de romper el pan. Para subrayar la importancia de este rito bastaría recordar, por ejemplo, que se trata de uno de los gestos realizados por el mismo Señor en la Cena; o bien aludir al hecho de que nos hallamos ante un rito que se encuentra en la liturgia eucarística por lo menos de cuatro siglos antes que el Padrenuestro, oración que hoy nos parece imprescindible en la misa. A este gesto, pues, a su importancia, a su significado, a su relevancia espiritual y a las maneras de revalorizarlo y mejorarlo vamos a dedicar, nuestras reflexiones en este artículo.

1.Un gesto importante

Una nota que subraya por si misma la importancia de la fracción del pan es el hecho de que lo hallamos en todas las liturgias cristianas y situado precisamente en el corazón mismo de la misa, entre el final de la plegaria eucarística y la comunión. Se trata además de un gesto realizado siempre por el que preside la celebración como figura del mismo Señor -ayudado a veces de otros ministros- nunca por un ministro secundario. Es verdad que el gesto tiene también, por lo menos algunas veces, una finalidad utilitaria (en el caso, por ejemplo, de que un sólo pan o unos pocos panes hayan de servir para la comunión de muchos); pero más allá de esta finalidad utilitaria la fracción del pan en la misa es principalmente un gesto litúrgico importante por su significatividad, por su antigüedad, porque deriva de uno de los gestos que realizó el mismo Señor y porque nos referimos explícitamente al gesto cuantas veces celebramos la Eucaristía: «Tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos». A todo ello podemos añadir que el Nuevo Testamento para referirse a la celebración de la Eucaristía usa precisamente la expresión «Fracción del pan» 1.En una celebración de la Eucaristía que quiera ser expresiva del misterio que contiene no puede, pues, permitirse que el gesto de romper el pan que nos mandó realizar el mismo Señor -en el «haced esto en conmemoración mía» se incluye la fracción del pan- pase desapercibida casi y se realice sin realce alguno.

2. Un gesto sacramental

La fracción del pan no sólo es un gesto importante sino también un gesto sacramental. A este respecto conviene recordar que en la liturgia se dan elementos utilitarios, elementos ambientales y elementos sacramentales. La naturaleza de cada uno de estos elementos es muy distinta y por ello es necesario distinguirlos para valorizarlos según su propia finalidad e importancia. El pan y vino de la eucaristía o el agua del bautismo, por ejemplo, son elementos sacramentales, es decir, elementos sin los cuales no habría sacramento. El misal, en cambio, o el micrófono, son simples elementos utilitarios que facilitan al ministro la proclamación de determinados textos que no sabe de memoria o ayudan a los participantes a oir mejor las perícopes y oraciones de los ministros. Las luces, por ejemplo, o las flores y la música instrumental, por su parte, son simples elementos ambientales destinados únicamente a dar solemnidad y matiz festivo a la celebración. Ahora bien en el conjunto de elementos litúrgicos presentes en la celebración es evidente que los simbólicos o sacramentales tienen la primacía absoluta -son los únicos que se buscan por sí mismos- y por ello deben ser subrayados por encima de todas las demás acciones u objetos.

La fracción del pan pertenece sin duda a la categoría de elementos sacramentales o simbólicos, es decir, se trata de una de aquellas acciones que forman parte del núcleo sacramental de la Eucaristía, no de una ceremonia utilitaria ni de un gesto simplemente ambiental 2

El gesto, en efecto, de romper el pan lo encontramos ya en el mismo Nuevo Testamento y con un innegable matiz simbólico en dos direcciones por lo menos: romper un mismo pan para que todos coman de él significa por una parte la unidad de los comulgantes y de la misma Iglesia y es, por otra parte, como un gesto profético del cuerpo del Señor que será «roto» y «partido» por la muerte de cruz.

3. Un gesto que significa la unidad de los comulgantes en la unidad del Cuerpo de Cristo

El gesto de romper el pan simboliza la unidad de los comulgantes que forman con el Señor un solo cuerpo. El gesto no consiste, como algunos modernamente han imaginado, en comer el pan eucarístico todos al mismo tiempo a la manera como pueden hacerlo los concelebrantes 3 -éste comer todos a la vez no se hace en los banquetes- y, por otra parte, resulta un gesto forzado y ridículo; lo propio del rito sacramental consiste en comer en una misma celebración y de un mismo pan partido o compartido.

El gesto cristiano -fracción y participación de un mismo pan roto- se deriva de los usos judíos entre los que la acción de romper el pan y repartirlo era privilegio del jefe de familia; este gesto comunitario lo realizó pues el Señor en la Cena como jefe de su grupo y hoy lo repite el mismo Señor representado por el obispo o presbítero que preside la eucaristía: «Tomó el pan, dijo al bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos»4. En este rito los apóstoles vieron desde el principio el signo comunitario por excelencia de la unidad de la familia eclesial: «El pan que partimos nos une a todos en el Cuerpo de Cristo» (1 Co 10, 17)

4. Un gesto profético de la muerte del Señor

Pero además de un signo de unidad en el pan partido el mismo Nuevo Testamento, desde la primera carta a los Corintios, ve también otro simbolismo, que más tarde se irá intensificando en las diversas liturgias. Este nuevo simbolismo de la fracción no se centra en la comunidad sino que alude a la muerte de Cristo actualizada en la eucaristía: de la misma manera que el pan se rompe en la celebración, así se rompió el Cuerpo del Señor al ser despedazado en la cruz.

Este matiz -vale la pena notarlo- aparece explícito en muchos de los antiguos manuscritos de Lc 22, 20 y de 1 Co 24 en los que la frase «Esto es mi Cuerpo entregado (didomenon) por vosotros» figura con una palabra cuyo significado es, por lo menos parcialmente, distinto -palabra por otra parte, que encontramos también en no pocas anáforas antiguas-; en lugar de decir «entregado por vosotros» aparece «roto (ekjunnmenon) por vosotros». Aunque en su contexto el sentido de ambas redacciones no sea muy diverso, la variante, con todo, es testimonio de como se interpretaba

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