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Globalización: Origen, Teorías y Características


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2013  •  9.218 Palabras (37 Páginas)  •  359 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Superior

Universidad Bolivariana de Venezuela

P.F.G Estudios Jurídicos

Isnotú Estado Trujillo

Globalización

Triunfadores:

María Moreno C.I 19.427.678

Profe: Nelly García

JUNIO 2013

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.

Globalización.

Globalización: Origen, Teorías y Características.

Bases Conceptuales de la Globalización.

El Desarrollo Histórico de la Globalización.

Teorías de la Globalización.

Análisis Neoliberal del Fenómeno de la Globalización.

Mundialización.

Mundialización: Retos, Desafíos y Alternativas.

La Mundialización: Alternativa para el Desarrollo y Herramienta para el Acercamiento de los Pueblos.

Los Movimientos Sociales y los Gobiernos Frente a la Globalización.

CONCLUSIÓN.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

INTRODUCCIÓN.

En la actualidad, el término globalización está ampliamente difundido y el proceso que designa se discute acaloradamente en todo el mundo. La opinión pública se siente directamente afectada por ella en su vida cotidiana. Los políticos la mencionan repetidamente en sus discursos y es uno de los objetos preferentes del debate político. Los académicos se esfuerzan por analizarla y entender sus implicaciones. Las empresas preparan sus estrategias productivas en función del nuevo fenómeno, supuestamente imparable e irreversible. Algunos sectores de la sociedad civil se oponen a ella y manifiestan su postura con protestas públicas ampliamente difundidas por los medios de comunicación.

Se percibe la globalización como algo que está remodelando el mundo que conocemos y, en ocasiones, se aprecia cierto desconcierto ante sus posibles efectos. Las sociedades son conscientes de la imposibilidad de refugiarse tras las fronteras nacionales pero, por otra parte, no parece dispuesta a admitir que la economía, la política y la cultura deban someterse sin más al dictado de los mercados internacionales. Los propios gobernantes parecen desorientados ante una realidad en la que sus márgenes de maniobra son cada vez más reducidos y en la que la frontera entre lo internacional y lo nacional cada vez resulta más difusa. La globalización, además, deja en segundo plano otros procesos como la regionalización y la localización, simultáneos pero menos espectaculares. Todo ello, supuestamente a expensas de la pérdida de influencia del Estado-Nación, al menos tal y como lo hemos conocido hasta ahora. La globalización se entiende principalmente como un fenómeno económico, pero se da igualmente, a veces con mayor fuerza, en el terreno político, militar, social, cultural, científico y tecnológico. Son muchas las variables involucradas, y muchas las disciplinas que las estudian.

Se entiende por mundialización la progresiva integración de las sociedades y de las economías nacionales en diferentes partes del mundo. Está impulsada por la interacción de los avances tecnológicos, las reformas en el comercio y la política de inversiones, y las cambiantes estrategias de producción, organización y comercialización de las empresas multinacionales. El ritmo y la profundidad de la mundialización difieren según los países y las regiones, pero los principales aspectos económicos del proceso son básicamente idénticos.

La mundialización es la aldea planetaria provocada por el acercamiento de los hombres y de los lugares a causa de la desaparición (en sentido metafórico) de las distancias y por la información generalizada. Es una fase superior de la internalización de la vida humana, económica, social, política, cultural, y de la interdependencia entre países y entre continentes.

Globalización.

La globalización es un fenómeno de carácter internacional: su acción consiste principalmente en lograr una penetración mundial de capitales (financieros, comerciales e industriales), ha permitido que la economía mundial (mecanismos que la integran: el comercio, la producción, y las finanzas) moderna abra espacios de integración activa que intensifiquen la vida económica mundial y surge como consecuencia de la internacionalización cada vez más acentuada de los procesos económicos, los conflictos sociales y los fenómenos político-culturales.

Ha sido definida como el proceso de desnacionalización de los mercados, las leyes y la política en el sentido de interrelacionar pueblos e individuos por el bien común. Aunque puede ser discutible que ello lleve a este bien, puede definirse como la fase en que se encuentra el capitalismo a nivel mundial, caracterizado por la eliminación de las fronteras económicas que impiden la libre circulación de bienes servicios y fundamentalmente de capitales.

También es un proceso histórico, el resultado de la innovación humana y el progreso tecnológico. Se refiere a la prolongación más allá de las fronteras nacionales, a la creciente interdependencia entre los países, a la creciente integración de las economías de todo el mundo ( esto en todos los niveles de la actividad económica humana), especialmente a través del comercio y los flujos financieros, abarca además aspectos culturales, políticos y ambientales más amplios.

Entonces se puede decir que la globalización es un concepto que pretende describir la realidad inmediata como una sociedad planetaria, más allá de fronteras, barreras arancelarias, diferencias étnicas, credos religiosos, ideologías políticas y condiciones socio-económicas o culturales, o sea un intento de hacer un mundo que no esté fraccionado, sino generalizado, en el que la mayor parte de las cosas sean iguales o signifiquen lo mismo.

Globalización. Origen, teorías y Características.

El Proceso de la Globalización.

Desde el punto de vista económico, la globalización es un proceso de integración de los mercados a escala mundial.Para ello, ha sido indispensable la formación de bloques económicos orientados bajo la lógica de libre comercio, con el fin de reproducir el capital. Este proceso, ha implicado la creciente interconexión de los mercados de todo el mundo. De ese modo, los eventos, crisis del sistema económico cada vez afectan con mayor velocidad y fuerza a todos los países del mundo.

En el campo social, implica la reducción de las distancias entre todos los países. Juega un papel primordial el desarrollo de las comunicaciones, ejemplo de ello es el uso de Internet.

Ese proceso ha tomado mayor fuerza a partir del fin de la guerra fría, hecho que permitió que el poder y las relaciones económicas estén dominados por los Estados Unidos, pero esta hegemonía se enfrenta hoy a bloques como la Unión Europea, y otros bloques en Asia, América Latina y África.

Características de la Globalización.

1. Se trata de un proceso universal, pues afecta a todos los países del planeta, independientemente de la posición que ocupen dentro de la economía mundial y del orden político.

2. Al existir un proceso irreversible de integración de los mercados, se parte de la existencia de países mejor posicionados que otros, es decir que su naturaleza económica es excluyente, porque aquellas naciones o regiones que no pueden ser competitivas, quedarán a la saga del desarrollo,

3. Al ser en mercado el elemento primordial de la globalización, el Estado como unidad política y como espacio en el cual se desarrolla el gobierno y la soberanía de los países, queda en segundo plano,

4. Al ser el mercado el mecanismo que rige las relaciones entre los países y regiones, la capacidad de consumo determinará su valor y no su condición humana. Por esa razón se dice que la globalización es deshumanizante;

5. Está cimentada por los Medios Masivos de Comunicación, y su influencia es sobre los aspectos socio-culturales, políticos y económicos de los involucrados (el mundo entero, en otras palabras), porque permiten difundir ideas a cientos o miles de millones de personas.

6. Los mercados, el capital, la producción, la gestión, la fuerza de trabajo, la información, el conocimiento y la tecnología se organizan en flujos que atraviesan las fronteras nacionales.

7. La competencia y las estrategias económicas, tanto de grandes como de pequeñas y medianas empresas, tienden a definirse y a decidirse en un espacio regional, mundial o global.

8. La globalización empuja a las empresas y mercados a organizarse en redes estrechamente hilvanadas a escala planetaria.

9. La ciencia, el conocimiento, la información, la cultura, la educación, entre otros. Tienden a escapar de los límites o controles nacionales y a asumir, al igual que los mercados, una lógica de red transnacional y global.

Causas:

1. La importancia de las multinacionales. Las empresas requieren el apoyo de sus Estados para el financiamiento de la infraestructura científica y tecnológica, los incentivos fiscales, un acceso privilegiado a los mercados públicos, y protección en las negociaciones comerciales. Simultáneamente la misma legitimidad política del Estado depende de su capacidad para atraer a los capitales financieros y las empresas innovadoras y creadoras de empleo.

2. La revolución tecnológica en los procesos productivos, la información, las telecomunicaciones y el transporte. El "toyotismo" o sistema de producción flexible permite combinar las ventajas de la producción artesanal (calidad de producto) con aquellas de la producción de masa (velocidad y bajos costos unitarios). El modelo se basa más en la organización (trabajo y producción) que en la capacidad técnica.

3. El predominio de la esfera financiera. Un reducido número de operadores controla las transacciones sobre el conjunto de mercados mundiales interconectados por un sistema que permite ejecutar órdenes de compra y venta en tiempo real.

Bases Conceptuales de la Globalización

El concepto de «globalización» permitía explicar a los analistas y políticos hechos tales como la eliminación de puestos de trabajo en países desarrollados o la casi bancarrota de México en 1993, o Indonesia y Brasil en 1998. Una lectura de los «informes mundiales» de organismos internacionales como el Banco Mundial, la FAO, la ONU, la OCDE o el FMI de aquellos años, parecía demostrar que la globalización, lejos de ser una tendencia ideológica o una estrategia del capital, era un hecho histórico y natural ante el que sólo cabrá la adaptación. Hoy no escapa ya a nadie, este proceso es mucho más complejo e influyente de lo que en sí mismo parecía cuando se inició el uso de dicho termino y que no basta con un análisis sobre sus consecuencias, sino que es también preciso ofrecer un estudio en profundidad sobre la construcción del mismo y sus significados.

Pero es precisamente a la hora de intentar definir la globalización cuando nos encontramos con tantas definiciones como disciplinas hay interesadas en su estudio, las cuales definen el objeto en función de sus propios intereses. Así, en economía, la globalización señala la creciente internacionalización de la economía y el aumento de las relaciones capitalistas de mercado. Para las disciplinas cuyo objeto de estudio son las relaciones internacionales, este concepto revela sobre todo el incremento de la densidad de las relaciones interestatales y el desarrollo de políticas globales. Para el derecho y las ciencias jurídicas, la globalización significa la intensificación de reglas y normas que rigen la emergente sociedad mundial, así como la transformación de éstas.

En sociología, se define la globalización como el proceso por el que se da un aumento significativo de las relaciones sociales a nivel global y por la emergencia de la llamada «sociedad mundial». Otra visión de la globalización la ofrecen las disciplinas dedicadas al estudio de los problemas culturales, que ponen de relieve su significado en cuanto a proceso de estandarización de las pautas culturales. En historia, la globalización ha transformado la disciplina en un intento por construir la «historia global».

A la vista de todas estas definiciones no cabría sino afirmar que no existe una única globalización, sino múltiples globalizaciones. Que se trataría de un proceso en el que convergen diversos factores: el cultural, el económico, el político, el social, el jurídico, entre otros., y del que se ocupan diferentes disciplinas.

Sin embargo, como señala Beck, la globalización es seguramente «la palabra (a la vez eslogan y consigna) peor empleada, menos definida, probablemente la menos comprendida, la más nebulosa y políticamente la más eficaz de los últimos -y sin duda también de los próximos- años». Definirla es pues en primer lugar intentar acotar su significado, analizar aquellas cualidades que la definen per se, y respecto de otros conceptos. Una de las formas en que podemos conseguir este objetivo es abrir una ventana al debate en torno al concepto mismo de globalización, sobre el que hay una intensa reflexión teórica y crítica que llega hasta hoy en día.

La globalización está siendo hoy estudiada desde distintos autores, diferentes disciplinas y orientaciones teóricas, que pretenden ofrecer su propia visión de la misma. Estos esfuerzos, concentrados en los últimos diez años, no deben hacernos olvidar la larga tradición de estudiosos que han dirigido su trabajo a comprender las tendencias globalizadoras en sus diversos aspectos.

El Desarrollo Histórico de la Globalización

La semántica de la globalización, es decir, el estudio del significado de una palabra que en los años noventa ha entrado a formar parte del lenguaje común prestándose a una multiplicidad de interpretaciones, induce a definir la globalización como un concepto polisémico. La expresión globalización otorga unidad lingüística a una pluralidad de significados, esto es lo que constituye la riqueza interpretativa y disciplinar también su intrínseca ambigüedad política. En una primera aproximación, por globalización se entiende la liberalización del comercio y la desregularización de los movimientos de capitales a escala mundial con el fin de universalizar el modelo de crecimiento económico y de sociedad occidental. Con la expresión pensamiento único, acuñada por Ignacio Ramonet, director de "Le Monde Diplomatique", se entiende concretamente, como el proceso de occidentalización del planeta, la reducción de las diversidades locales (económicas, culturales, étnicas, ambientales) a la única racionalidad tecno-científica de los países desarrollados con la generalización y la implosión de la lógica de las empresas transnacionales y del capital financiero.

Los organismos internacionales encargados de imponer la racionalidad occidental son el Fondo Monetario Internacional ( FMI), el Banco mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (4to). Las crisis financieras de los años noventa, en particular la crisis mejicana (1994-95) y la asiática (1997), han dado impulso a la organización de la resistencia internacional contra los efectos desbastadores de la globalización sobre las poblaciones de los países pobres y de reciente industrialización. El intento fallido de la millennium round del Wto (Seattle, 2 de diciembre de 1999) gracias a las movilizaciones militantes de las más diversas organizaciones no gubernativas (sindicatos, organizaciones de consumidores, ecologistas, ATTAC), ha demostrado que la organización de una "globalización desde la base" es posible sobre el propio terreno de las tecnologías más sofisticadas (Internet) que han contribuido a acelerar los procesos de "globalización desde arriba".

La victoria de Seattle (Stop Wto Round, Paremos la "Ronda del milenio" de la OMC, Nada será como antes), también ha revelado la insuficiencia política de los análisis de la globalización en la óptica del "pensamiento único". Según sus teóricos, el significado de la victoria de Seattle se resume en el retorno de la primacía de la representación democrática sobre las lógicas mercantiles, financieras y tecnocráticas. La salida política de la resistencia a la globalización consiste en la constitución de grupos parlamentarios llamado a trabajar sobre problemas del comercio, de los derechos de propiedad intelectual, de los bosques, de los recursos hidraúlicos, de la enseñanza, de la sanidad, de la explotación infantil. El objetivo político es construir una "verdadera democracia internacional".

El análisis crítico que sostiene el éxito político de la revuelta (parlamentarismo supranacional) contra una globalización que privilegia la circulación de las mercancías y del capital: la exportación de bienes, de servicios financieros y de capital es una ventaja exclusiva para los países del centro; en consecuencia, la resistencia política contra la globalización es interpretada como una primera victoria de los países del Sur contra las organizaciones monopolísticas y las clases parasitarias del Norte. El límite de este planteamiento, que pertenece a la totalidad de la historia de las teorías del imperialismo, es el separar el estudio de las perversiones del mercado global, del análisis de los procesos productivos que están en el origen de estas mismas disfunciones de la circulación de las mercancías y de los capitales. El eslogan anglosajón "Fixitornixit", "ajusta o elimina" es la regla de des-organización de instituciones como el Wto, revela la combinación irresuelta de crítica reformista y de iniciativa política que caracteriza el esquema de interpretación de la globalización según los teóricos del imperialismo.

La globalización se inscribe en la constitución del mercado mundial, definida por Marx como el máximo resultado histórico del capital. La generalización de la explotación de la fuerza de trabajo a escala planetaria como "presupuesto y resultado de la producción capitalista" es el elemento de continuidad de la globalización en el interior del desarrollo histórico del mercado mundial. En esta trayectoria histórica, el crecimiento del comercio exterior y del dinero mundial contribuye en la globalización del capital como relación social, una relación que se articula con la división internacional del trabajo y con las relaciones jerárquicas entre estados-nación.

La actual fase de la globalización está marcada por un mercado mundial en plena recomposición sobre la base de la intensificación de los flujos de comunicación, de la deslocalización y concentración industrial, de la internacionalización de los mercados de bienes y servicios (aldea global), de la financiación de los procesos de acumulación (multiplicación de los mercados bursátiles), del desmantelamiento del estado social y de la redefinición del peso específico de las potencias económicas. En este proceso de globalización de las relaciones capitalistas de producción, la división técnica del trabajo converge en el espacio más rápidamente que el costo de reproducción de la fuerza de trabajo, de tal forma que los diferenciales salariales son utilizados para la construcción reticular de las empresas a escala transnacional como indicación de la "concentración sin centro", para la descentralización flexible, controlada y coordinada de las empresas de los países-centro.

La economía mundial nunca ha sido solamente una economía internacional, es decir, una economía fuertemente orientada hacia el exterior sino que las principales entidades son las economías nacionales. La determinación de relaciones asimétricas, vehiculadas por el sistema monetario y financiero internacional, entre Centro y Periferia, Norte y Sur, desarrollo y subdesarrollo, representa de siempre, incluso en el periodo del gold estándar, el elemento global para el crecimiento económico internacional. No es ni siquiera imaginable, en contraposición al esquema de la economía puramente inter-nacional, una economía completamente globalizada, un sistema mundo en el que las economías nacionales aisladas son sometidas y rearticuladas por el sistema de procesos y transacciones que se autonomizan completamente de los enraizamientos sociales de las economías locales.

Con la globalización la determinación local (metropolitana) y regional de los procesos de producción y de distribución de la riqueza mantiene y además refuerza de manera conflictiva la dimensión Inter-nacional en el interior de la economía global. La hibridación entre dimensión inter-nacional y la vocación global del desarrollo económico mundial explica el paradójico resultado del análisis evolucionista de estudiosos como P. Hirst, G. Thompson [Hirst, P., Thompson, G., La globalizaciones dell” economía, Editor reuniti, Roma 1997], según los cuales la economía mundial era, comparativamente, más "global" en el periodo entre el 1870 y el 1914 (mayor intensidad del movimiento de capitales para inversiones directas en el exterior y mayores flujos migratorios) y aún más "internacional" en el periodo entre el 1980 y los años noventa (mayor concentración productiva y logística en los países de origen de las propias empresas multinacionales).

El mérito de las interpretaciones "continuistas" de la globalización, más que en la propuesta de reforzar la gestión institucional y la regulación inter-nacional de la economía mundial, consiste en demostrar a que impasse conducen los análisis de la globalización que no ponen en el centro de atención las modificaciones de los modos de producción y las transformaciones de la naturaleza del trabajo. Las consecuencias de la globalización sobre la vida de las personas en los países desarrollados, más que en los países pobres o en vías de desarrollo, las especificaciones de los movimientos de capitales y del nuevo capital financiero desde el punto de vista del ahorro obrero (renta de pensiones) y el financiamiento de las economías domésticas, el análisis de las nuevas formas de la violencia organizada en la edad global, son interpretaciones del fenómeno de la globalización que tienden a individuar los elementos de discontinuidad en el proceso histórico de creación del mercado mundial.

En el modelo de crecimiento postfordista la esfera de la circulación de las mercancías está sometida directamente a los procesos de producción y valorización del capital, es decir, que a la vez define en términos de biopolítica las modalidades de control, de regulación y de reproducción de la fuerza de trabajo a escala planetaria. La crisis de la relativa autonomía de las regulaciones monetarias del ciclo económico, la subordinación de las políticas de los bancos centrales, en primer lugar, de la Reserva federal a las dinámicas de los mercados bursátiles y a la valorización de los fondos de pensiones, son la otra cara de la subsunción directa de la circulación a la producción de la riqueza social. Con la liberación de los fondos de pensiones y del ahorro colectivo para los títulos de deuda del estado social y los títulos de acciones y obligaciones de los mercados bursátiles se certifica el carácter omnívoro de los procesos post-fondistas de producción de riqueza, la "puesta a trabajar" de la propia vejez con la superación de la separación keynesiana entre ahorro e inversión.

La naturaleza lingüística del trabajo post-fondista y la virtualización de los procesos técnico-productivos (digitalización de los sistemas productivos, aceleración de los flujos de información y superposición de la dimensión producto y de la dimensión servicio de las mercancías) modificando radicalmente el cuadro de procesos de producción de riqueza a escala mundial. Bajo este perfil, la globalización es definible como paso de las clásicas dinámicas del imperialismo a la lógica del Imperio. La globalización como imperio es la organización mundial de la subsunción de la circulación en la producción, la "puesta a trabajar" de la vida de la fuerza de trabajo en la fábrica global. La cara oculta monetaria de la subsunción real es la desinflación, el crecimiento no-inflacionista, la producción de una excedencia estructural de riqueza social que las tradicionales maniobras sobre tasas de interés para la regulación de los ciclos económicos ya no logran vehicular sin agravar la inestabilidad del sistema financiero global. Con la globalización del imperio las crisis financieras están circunscritas, aunque eso no corta de ninguna manera la gravedad de sus efectos sobre las poblaciones locales.

Las exportaciones de mercancías y capitales que han caracterizado al imperialismo histórico, la globalización añade la exportación del ahorro colectivo en búsqueda de rendimientos tales como contrabalancear los efectos monetarios del crecimiento no-inflacionista (no intermediación bancaria como resultado de la reducción progresiva de las tasas de intereses). En este proceso, la inestabilidad financiera y monetaria global está determinada por movimiento de capitales a corto plazo, movimientos condicionados cada vez menos por la especulación "en sí", pero cada vez más determinadas por tasas de envejecimiento y por los ciclos de vida de las poblaciones de los países-centro. La presión demográfica de los países de las periferias del imperio aumenta con el aumentar de la subsunción real.

El paso del imperialismo al imperio problematiza el esquema jerárquico de la división internacional del trabajo y las asimetrías entre Centro y Periferia porque con los flujos de valores a escala mundial, con la distribución desigual de la riqueza, efectúa resistencia el cuerpo de la fuerza de trabajo global, su multiplicidad. Para funcionar, el imperio debe ejercitar un control sobre la reproducción de la fuerza de trabajo que tiende a anular la diversidad identitaria (étnica, religiosa, cultural) generando comunidades de la indistinción. La lógica financiera que caracteriza la globalización imperial balcaniza el cuerpo de la fuerza de trabajo global en el momento mismo en el que dicta las políticas económicas de los gobiernos de los estados-nación.

La ejemplaridad de la "guerra humanitaria" de los Balcanes consiste en haber puesto en evidencia la contradicción entre las políticas financieras globales, las intervenciones del FMI y de la comunidad financiera internacional que a partir de los primeros años ochenta, han llevado a la progresiva disolución de la vertiente institucional de la ex Yugoslavia, generando altas tasas de paro y pobreza, y la explosión de la multiplicidad del cuerpo de la fuerza de trabajo de los Balcanes con la forma de la guerra étnica. El carácter humanitario de la intervención de la NATO ha puesto en crisis la centralidad del cuerpo de la fuerza de trabajo, la centralidad del tenerse cuidado del cuerpo en todas las dimensiones de la época imperial de la globalización, el conflicto irresuelto entre la determinación supranacional de los procesos de acumulación y la ontología del cuerpo colectivo, su naturaleza irreductiblemente múltiple.

En el imperio de la globalización los derechos humanitarios son similares a los elementos inmateriales, la componente de servicio de los productos, con la diferencia que para los productos el elemento inmaterial define relaciones de reciprocidad, mientras en el caso de los derechos el elemento inmaterial los define como conceptos sin cuerpo, actos lingüísticos que se realizan disolviendo los lazos de reciprocidad, balcanizando la naturaleza colectiva del cuerpo humano. Después de Seattle, solamente la república de las multitudes puede contraponerse a la globalización.

Teorías de la Globalización

Además de la globalización, las otras teorías que tienen un papel central en los estudios del desarrollo son:

a.- Modernización;

b.- De sistemas mundiales

c.- De la dependencia.

Desde una óptica más comparativa, la teoría de la globalización coincide en ciertos aspectos con la teoría de la modernización. Uno de esos aspectos es que ambos enfoques establecen que la "dirección orientativa" del desarrollo son las condiciones propias de Europa Occidental y de Estados Unidos. Se enfatiza el hecho de que los avances tecnológicos y los patrones de acumulación que se establecen en esos polos de desarrollo son los instrumentos para alcanzar mejores niveles de vida.

No obstante, la perspectiva de la modernización difiere de la globalización en varios aspectos, incluyendo el que se refiere a que la modernización sigue una exposición más normativa - el desarrollo debiera ser un seguimiento de la "ruta" de los países más desarrollados. Indica cómo el desarrollo debiera ser. La globalización por su parte contiene un carácter más descriptivo e interpretativo con base en una aproximación más "positiva" de los fenómenos que se hacen evidentes.

En cuanto a que la globalización enfatiza que los aspectos económicos y culturales determinan los procesos sociales, esta teoría ofrece rasgos similares a los de la "sociología comprehensiva" de Máx. Weber. Desde esta óptica, el sistema de valores, creencias y los patrones de identidades son aspectos claves para entender la dinámica social. Ya sea que esos caracteres se refieran a los grupos dominantes o a grupos subalternos dentro del contexto social. Para la globalización, los planteamientos weberianos de los años veinte deben ser adaptados a las actuales condiciones de principios del siglo XXI tomando en cuenta la difusión de ideas, valores culturales y la influencia en general de los medios de comunicación en las sociedades.

Las anteriores consideraciones dan base para afirmar que la teoría de la globalización y la teoría de los sistemas mundiales toman como unidad fundamental de análisis lo global, más que la categoría de estado-nación, la cual es más utilizada en los estudios de modernización y de dependencia. El sentido contrastante entre la globalización y la teoría de los sistemas mundiales se refiere, no obstante, a que esta última contiene adaptaciones de principios de materialismo dialéctico e histórico, mientras que la globalización acentúa sus fundamentos más bien estructurales y funcionalistas. De allí que los globalitas consideren formas de transformación más tendientes a las secuencias graduales de sucesos, que a saltos revolucionarios de intensa y rápida transformación. Para la globalización el reto de las sociedades es adaptarse secuencialmente a las innovaciones que plantean los nuevos escenarios con sus cambios en las esferas de comunicación y la economía.

La teoría de la globalización, la de los sistemas mundiales y hasta cierto punto la teoría de la dependencia toman en cuenta los cambios que más acentuadamente han ocurrido en la esfera económica.

Análisis Neoliberal del Fenómeno de la Globalización.

El mundo avanza aceleradamente en el proceso de globalización. Constantemente, se escuchan discusiones sobre cómo el mundo debe orientarse. Unos plantean que las naciones deben abrirse a una economía de mercado, donde el intervencionismo del Estado debe reducirse al mínimo, específicamente, a los aspectos de seguridad, administración de los recursos fiscales, salud y educación, como los más importantes. Otros sostienen que debe reforzarse el poder del Estado, promoviendo el intervencionismo estatal en todas las facetas de la vida ciudadana, en otras palabras, imponiendo mayores controles en la economía, entre múltiples aspectos que conforman este cuadro ideológico.

Estos debates, discusiones y estudios sobre tan importante tema se realizan en las academias, en los círculos o agrupaciones protestatarias, así como en los centros de desarrollo financiero y económico del mundo. Estos últimos no lo plantean como posiciones ideológicas sino como parte de su estrategia de negocios en todo el mundo.

Pareciera que el enfrentamiento comentado ha permitido que las sociedades estuvieran en conocimiento de lo que es la globalización y de la manera de cómo las afecta. Sin embargo, esta postura dista mucho de ser verdad, al menos, de lo que se observa en la mayoría de la población de los países. Puede sostenerse que sobre la materia existe un desconocimiento generalizado.

El tema no es fácil, aunque si cotidiano. Implica demasiado porque aborda todas las facetas de la sociedad. No es sólo que el mundo se abre o se cierra aún más. La globalización lo involucra todo, es hasta un modo de existir. Se puede decir que es hasta un sacar de su cultura y folklore al ser humano de su hábitat natural, es decir, sus costumbres, modos de ser, gustos, incluso maneras de comer. En síntesis, esta forma de organización mundial lo involucra todo.

Hay autores que poco profundizan en la búsqueda de la esencia de la globalización. Apenas, plantean que es un fenómeno mediante el cual las naciones se abren al mundo. Qué manera superficial de tratarla. Ahora, hay un grupo de tratadistas que plantean lo contrario. Empiezan por la dificultad de su definición, entre ellos se encuentra Sánchez (2004) quien sostiene lo complejo del tema y sin embargo, cree que lo determinan dos variables.

De acuerdo al citado autor, la primera variable se refiere al carácter financiero que se ha venido desarrollando en el mundo a partir de dos hechos: uno de los cuales es los avances tecnológicos y, el otro, la apertura de los mercados de capitales. Bajo el amparo de estas dos columnas, la globalización evoluciona de manera impresionante en la transformación de todas las relaciones sociales donde participa el hombre.

Los avances tecnológicos han permitido que los negocios se lleven a efectos en fracciones de segundos, con lo cual se realizan operaciones financieras en cualquier parte del mundo. En este sentido, hoy en la mañana se puede tener un gran capital en Alemania y, ya en la tarde, haberlo transferido a China. Estos movimientos financieros, que solo se pueden realizar por el desarrollo en el que se encuentran las telecomunicaciones, son productos del manejo especulativo del dinero internacionalmente.

El Banco de Pagos Internacional, según Sánchez (2004), estimó que el movimiento financiero en los diversos mercados de divisas mueve alrededor de un billón novecientos mil millones de dólares ($ 1.9 billones) que, aunque no aclara si es diario, mensual o anual, representa cuatro veces el producto interno bruto (PIB) de España, por ejemplo. Desde luego, debe considerarse que esas entradas y salidas de capitales han causado la ruina de muchos países y, por ello, se pueden así explicar las crisis mexicana, rusa y del sudeste asiático, por citar solo algunos ejemplos. (Es de acotar que el autor citado expresa que esta situación ha reivindicado la tasa Tobin, la cual se refiere a la creación de un impuesto para gravar impositivamente a los movimientos de capitales).

La otra variable que maneja Sánchez (2004) es la globalización de las transacciones de bienes y servicios que se viene realizando en el orbe terráqueo. Debe considerarse que los países pobres y exportadores de materia prima son los que demandan una mayor apertura de las fronteras, ya que los Estados Unidos de América y la Comunidad Europea son los que ejecutan más el proteccionismo. Países como las repúblicas bananeras de Centroamérica constantemente lo plantean. Por su parte, muchas organizaciones no gubernamentales (ONG’s), que luchan contra la globalización, plantean la necesidad de la apertura del comercio, pero no la de los capitales.

Todos estos cambios que se operan en el mundo, desde las modificaciones en el mundo de los negocios hasta la manera de vestir, justifica el interés que se pueda despertar para el conocimiento de la globalización. En este sentido, también, se ha despertado una motivación especial en el autor del presente trabajo.

Venezuela es una nación importante para los objetivos estratégicos de Estados Unidos de América; no con ello se dice que es de una importancia trascendental. La posición de proveedor seguro y confiable de petróleo, unido a la cercanía geográfica con la primera potencia mundial, hace que este país sea un blanco de la globalización. Es decir, es imposible que no sea considerada dentro del ajedrez mundial.

Mundialización

La mundialización es un proceso que se ha venido desarrollando, aunque no de forma regular, durante un largo periodo. La mundialización posterior a la Segunda Guerra Mundial tiene numerosas facetas. En el ámbito económico y financiero, ha estado caracterizada por una fuerte expansión del comercio de bienes y servicios y, más recientemente, por una fuerte expansión de los flujos de capital. Diversos factores explican este proceso de crecimiento, tales como el progreso tecnológico, que ha llevado a importantes reducciones del coste de transporte y a un incremento sin precedentes de la capacidad de tratamiento de la información, y medidas económicas, entre las que cabe citar una reducción de las restricciones cuantitativas y arancelarias al comercio y la liberalización de los movimientos de capital.

La Mundialización: Alternativa para el Desarrollo y Herramienta para el Acercamiento de los Pueblos.

Cuando 850 millones de personas en el mundo viven debajo de la línea de pobreza, cuando millares de niños mueren diariamente de hambre, cuando casi todos los días desaparecen culturas y modos de vida, cuando diariamente atentan contra el futuro del planeta, nadie puede pensar que lo que el mundo requiera hoy sea de nuevas regulaciones.

Se requiere de alternativas, es preciso un mundo nuevo socialmente justo y ecológicamente sostenible, hay que transformar el curso de este viejo orden económico, político, social, ambiental, generador de impactos ecológicos, climáticos y sociales que pagan las mayorías populares y amenazan la supervivencia en nuestro planeta. Las crisis sociales de esta debacle capitalista ya se siente en todo el mundo: desempleo, exclusión, vulnerabilidad de las clases medias.

La lógica de acumulación se impuso sobre las necesidades de los seres humanos. Hay una crisis de la civilización; riesgo incluso de la extinción del planeta y la desaparición de la especie humana.

Es preciso y urgente aclarar objetivos, vislumbrar la visión a largo plazo (la necesaria utopía, que luego deberá transformarse en práctica), y luego precisar propuestas a corto, medio y largo plazo. Para ello, hará falta afinar estrategias para lograr las correlaciones de fuerzas políticas, sociales y culturales que permitan avanzar en las alternativas, derrotando las lógicas y las propuestas de los causantes de la crisis.

FrancoisHoutart propone cuatro ejes para articular la visión de largo plazo: a) un uso renovable y racional de los recursos naturales, b) privilegiar el valor de uso sobre el valor de cambio, c) generalizar la democracia, también dentro del sistema económico, d) el principio de la multiculturalidad, que reúne a todos los saberes en la construcción de las alternativas necesarias.

Joseph Stiglitz, Nóbel economista estadounidense, señala que falló la gobernanza de las instituciones financieras internacionales como el banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Comité de Regulaciones Bancarias de Basilea: son inadecuadas y no representativas de las economías emergentes y menos aún de los países en desarrollo: “Hay que considerar una nueva estructura financiera internacional”, insiste.

El canciller alemán, AngelaMerkel, instó a una nueva arquitectura financiera mundial: “Sin duda, tiene que haber una coordinación de la política económica global más allá del FMI, que ha fracasado, y del Banco Mundial. Ya es inconcebible decir que debemos tener fronteras abiertas sin una regulación global”. Algo similar sostiene el primer ministro británico, Gordon Brown, para quien el FMI y el BM no sirven para su propósito y necesitan cambiar drásticamente.

Brown, hablando en un seminario para establecer la agenda de la cumbre de abril de líderes del G-20 en Londres, dijo a los académicos reunidos que un “audaz paso hacia adelante” era necesario si habría que prevenir futuras crisis. “Estas instituciones fueron creadas para un mundo de flujos de capital local, no flujos de capital global. Las instituciones que hemos heredado no están equipadas para las funciones que tenemos que abordar en el futuro”, agregó.

Para AmartyaSen, Premio Nobel de Economía 1998, economista y filósofo, cada vez está más claro que la estabilidad financiera es un bien común y que, por tanto, es necesario hacer un esfuerzo coordinado para conseguirla. Sen señaló que se trata de una crisis moral en el sentido de que la gente ha utilizado la codicia de manera imprudente, haciéndose daño a sí misma y a los demás. “Muchas instituciones han caído, mucha gente está en la ruina. Se trata de una crisis de prudencia, además de una crisis moral. También es una crisis de control social, ya que podía haberse evitado si hubieran existido controles”, indicó.

La nueva relación con la naturaleza, que propone Houtart, significa la recuperación por parte de los Estados de la soberanía sobre sus recursos naturales, el cese de monocultivos y la revalorización de la agricultura campesina.

La multiculturalidad se expresa en la abolición de las patentes sobre el conocimiento, la liberación de la ciencia del dominio del poder económico, la supresión de los monopolios de la información, el establecimiento de la absoluta libertad religiosa.

Privilegiar el valor de uso significa la no mercantilización de las semillas, el agua, la salud, la educación, los servicios públicos, la supresión del secreto bancario, la anulación de las odiosas e ilegítimas deudas externas, el establecimiento de acuerdos regionales basados en la complementariedad y la solidaridad, así como la creación de monedas regionales. Sin duda, la crisis capitalista es una oportunidad privilegiada para poner en práctica estas medidas.

Democratizar las sociedades va más allá de la aplicación de la democracia participativa y la cogestión local en los temas económicos; va hasta la reforma misma de las Naciones Unidas, significa la reivindicación de los derechos humanos en todas sus dimensiones, individuales y colectivas.

El Sur necesita diseñar, definir, una agenda común, que enfrente las lógicas dominantes en las respuestas y medidas de los gobiernos del Norte frente a la crisis, atacando los problemas más urgentes de las mayorías, fijando metas cuantificadas y diseñando los instrumentos para alcanzarlas. Sí, es movilizarse contra los “rescates financieros para incompetentes”, como los denomina Paul Krugman, y proponer en su lugar que las Naciones Unidas acuerden habilitar Fondos Urgentes para hacer frente a la crisis alimentaria en este 2009, tal y como lo reclama la FAO.

Es necesario definir acciones urgentes frente a los paraísos fiscales, por donde pasa hoy casi la mitad del comercio mundial, y a donde las grandes empresas trasnacionales desvían sus beneficios para evadir el pago de impuestos. No cabe duda que todas las transacciones económicas deben someterse a la regulación y tasación de los Estados. Estos centros offshore facilitan la corrupción, el lavado de dinero y la evasión fiscal, socavando, a su vez, la gobernanza democrática.

Significa, en definitiva, definir los principios sobre los que debe basarse un Nuevo Orden Económico y Social, con la paralela articulación de propuestas urgentes llenas de sentido común y con amplio respaldo social para que sean adoptadas por la gran mayoría de los Estados presentes en la Asamblea General de la ONU. Es hora que el llamado bloque BRIC –Brasil, Rusia, India, China- se coloque decididamente del lado de la construcción de este Nuevo Orden y no se alíe a las propuestas de los poderosos del G-20.

Es necesario abordar, también, el sistema mundial de reservas, ya que el actual, en base al dólar, se está desmoronando, y el sistema euro-dólar-yen que podría reemplazarlo, podría ser aún más inestable. Sin duda se debe crear un nuevo sistema mundial de reservas, o, mejor aún, sistemas regionales que coadyuven al desarrollo de sus países y sirvan para proyectos de integración y conservación ambiental y de sus recursos naturales.

Es hora de superar los diagnósticos y sin olvidar la utopía, unirse para ir avanzando hacia ese mundo nuevo, necesario, imprescindible que reclaman las grandes mayorías.

La Alternativa Bolivariana para la América (ALBA) es una iniciativa de integración para los países de América Latina y el Caribe, promovida por la República Bolivariana de Venezuela, inspirada en el más grande sueño de nuestro Libertador, Simón Bolívar: “ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria”.

La propuesta del ALBA la formuló por primera vez el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de Margarita, al noreste de Venezuela, en diciembre de 2001.

Esta propuesta de unir a los países de América Latina y el Caribe en un solo bloque económico, político y social resume los principios rectores de una verdadera integración latinoamericana y caribeña basada en la justicia, la solidaridad, la equidad, la cooperación, la complementariedad, la voluntad común de avanzar, el desarrollo equitativo y el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos, con énfasis en el desarrollo humano y social, además del político y económico.

Ideológicamente el Alba está sustentada en el pensamiento de los próceres latinoamericanos Simón Bolívar, José Martí, Antonio José de Sucre, Bernardo O’Higgins, José de San Martín, Augusto César Sandino, entre otros, sin nacionalismos egoístas ni políticas nacionales restrictivas que nieguen el objetivo de construir la Patria Grande Latinoamericana que soñaron los héroes de nuestras luchas emancipadoras.

La propuesta integracionista del Alba se contrapone a la neoliberal Área de Libre Comercio para las Américas (Alca), formulada por Estados Unidos en la primera Cumbre de las Américas, realizada en 1994. De entrar en vigor, el Alca constituiría desde el punto de vista político la desunión de los países latinoamericanos y niveles de dependencia y subordinación sin precedentes; desde el punto de vista económico contribuiría a la desnacionalización de las economías y significaría la profundización del neoliberalismo; y desde el punto de vista social traería mayor pobreza y desesperación para los sectores mayoritarios de nuestros países.

Frente al modelo capitalista, mercantilista, centrado en el desarrollo económico, depredador y profundizador de las desigualdades propuesto por el ALCA, el ALBA propone la búsqueda de un desarrollo en armonía con el entorno, sustentable en el tiempo, acorde con las potencialidades, sin discriminación y orientado fundamentalmente hacia la igualdad social.

Multipolaridad y diálogo Sur-Sur

La Alternativa Bolivariana para la América responde a la concepción integracionista de la política exterior venezolana, que promueve un nuevo orden internacional basado en la multipolaridad, impulsa el diálogo Sur-Sur y se expresa en una dimensión política, económica, cultural y militar en concordancia con las siguientes estrategias:

-Promover la integración latinoamericana y caribeña para abordar con mayor eficacia las desigualdades sociales y los altos niveles de pobreza que afectan a los países de la región

-Consolidar y diversificar las relaciones internacionales, robusteciendo la cooperación Sur-Sur y ampliando las relaciones con otras regiones y países

-Fortalecer el posicionamiento de Venezuela en la economía internacional, contribuyendo así a la ampliación de nuestras exportaciones no tradicionales y añadiendo valor a las tradicionales.

Los Movimientos Sociales y los Gobiernos Frente a la Globalización.

A lo largo de su historia, los movimientos sociales han jugado un papel fundamental en la determinación de la dinámica política latinoamericana, a través de una especie de dialéctica del disentir (Sartori, 2001), estos movimientos han terminado por convertirse en verdaderos aglutinantes de identidad y fuente de organización política al desarrollarse como grupos en sí mismos que buscan convertirse en grupos para sí mismos en los términos de Poulantzas. Desde el grito de independencia de Tupac Amaru, que podría considerarse su antecedente más significativo, el movimientismo latinoamericano ha desarrollado esos “vínculos que se sienten” y que son su materia prima organizativa a partir de la cual es dable pensar en una nueva forma de construir sociedad.

El proceso de secularización vivido durante el siglo XX, que separó lo social de lo sagrado y que es considerado por algunos como el más importante cambio hemisférico de la pasada centuria (Hobsbawm, 2003), con la campesinización del movimiento indígena que convirtió lo que ha debido tratarse como una causa étnica en un problema de reparto mecánico de parcelas de tierra y subsidios agrícolas (Samper, 2004) impidieron, para bien y para mal, que los factores religiosos y étnicos jugaran un papel determinante en la construcción de un modelo de sociedad alternativo después de las guerras de independencia. Hoy aún sobreviven en la región más de cuatrocientos grupos étnicos de indígenas, reconocidos formalmente en su existencia en los tratados internacionales, pero reducidos, en la práctica, a ser tratados como ghettos sociales, asentados en resguardos territoriales que actúan como grandes cárceles geográficas; sobreviviendo como naciones sin Estado, estas comunidades aborígenes todavía reclaman el respeto a sus formas comunitarias de gobierno, la vigencia de normas de convivencia que forman parte de ”su” legalidad y la protección de sus cimientos culturales.

El factor religioso, que fue definitivo como modelo de colonización a través de la evangelización católica, no jugó luego el mismo papel determinante en la caracterización del movimientismo latinoamericano como sí sucedió con otros movimientos mundiales, por ejemplo los islámicos: en los pocos momentos estelares en que la Iglesia de la región, a través de su episcopado, se comprometió con una línea antropocéntrica doctrinaria - como sucedió con su oposición al modelo de desarrollo neoliberal a finales de siglo – contribuyó positivamente a legitimar los movimientos que se oponían a temas relevantes del modelo, como la apertura indiscriminada de mercados, las privatizaciones de empresas públicas sociales o la flexibilización de los regímenes laborales.

La lucha por la tierra ha sido una constante histórica en el movimientismo latinoamericano. Fue la reivindicación originaria de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que hoy sobreviven, solitariamente, como el único movimiento armado en América Latina después de las desmovilizaciones de los grupos armados centroamericanos a las cuales contribuyeron otros movimientos como la Coordinadora Revolucionaria de Masas del Salvador. El mismo elemento vuelve a aparecer en los propósitos reivindicativos del movimiento brasileño de los “Sin Tierra” que recuerda la epopeya mítica de Antonio Conselheiro al terminar el siglo XIX. La tierra reaparece también en el acta de nacimiento del movimiento zapatista mexicano y en la agenda de movimientos más actuales como los indígenas ecuatorianos y los cocaleros bolivianos. Años atrás, al comenzar el siglo XX, el programa de la izquierda boliviana conocido como “La justicia del Inca” planteaba la necesidad de “entregar las tierras al pueblo y las minas al Estado.”

Alrededor del tema específico de las tierras después se consolidaría el movimiento “katarista” boliviano del cual surgieron los partidos cocaleros y campesinos que eligieron, recientemente, a Evo Morales como Presidente de Bolivia. En el Ecuador el primer estallido social, detonante en buena parte de la situación de ingobernabilidad por la que atraviesa el país, se produjo por la aprobación de la Ley de Desarrollo Agrario que acabó con la propiedad comunal de la tierra que se convirtió, precisamente, en la principal consigna de movilización del movimiento Pachakuti cuyo nombre deriva de “pacha”(tierra) y “kuti”(retorno), el retorno a la tierra, un “retorno” que ha sido tan esquivo en América Latina que ha causado revoluciones, estallidos, revueltas, revoluciones y movimientos.

A finales del siglo pasado, la región conoció otro tipo de protestas asociadas a la vieja reclamación territorial: las denominadas “guerras del agua” iniciadas en Cochabamba (Bolivia) y Tucuman (Argentina) para protestar por la baja cobertura y sus altas tarifas. Estas mismas banderas resultaron coincidentes con los propósitos reivindicativos de la “coalición nacional de lucha por el agua integrada” de Nicaragua que logró convertirse en una gran contestación social regional, reconocida más tarde por la Conferencia Mundial de la Haya al declarar el agua como un bien público global.

Los movimientos sociales en Venezuela no es muy diferente a la de otros países de América Latina donde los partidos políticos fueron, poco a poco, fundando las organizaciones sociales, como el medio para organizar a la población, según diversos intereses y necesidades.

En las primeras décadas del siglo pasado, los fundadores de los primeros partidos políticos, antecesores de los actuales, generalmente provenientes del movimiento estudiantil, se dieron a la tarea de crear los primeros sindicatos y organizar a los campesinos, entre otros sectores de la sociedad.

Este modelo sustentado en el esquema leninista de los partidos, se afianzó, incluso en el caso de las organizaciones de izquierda que constituyeron diversos "frentes" para organizar a las masas. Y que en el caso venezolano también tuvo su fuente en las aulas universitarias que desembocaron en la lucha armada de los años 60.

A principios de la década de los años 90, la implementación del modelo neoliberal encuentra a los partidos políticos en su más bajo nivel de deterioro, en vista de su incapacidad para interpretar los nuevos tiempos y las necesidades de más del 80% de la población excluida de los beneficios de la renta petrolera. Era tal el deterioro, que no se podía entender que un estallido social como El Caracazo no tuviera un liderazgo político. Y mientras la abstención electoral aumentaba y la credibilidad de la democracia como sistema se resentía, el clímax de la crisis política lo constituyó el intento de golpe de estado de 1992 encabezado por el actual presidente Hugo Chávez.

Como en otras épocas de la historia, la sociedad venezolana voltearía la mirada hacia el sector militar como proveedor de salidas a las crisis, al mismo tiempo que éste mismo sector reclamaría para sí el liderazgo de los cambios por venir.

Hablar de los movimientos sociales es realizar una narración en paralelo con la historia de los partidos políticos. Es así como con cierto rezago con respecto al resto del continente, y coincidiendo con el deterioro de las organizaciones políticas se desarrollan en Venezuela algunos movimientos de trabajadores con enfoque clasista, surge el movimiento vecinal, el movimiento de mujeres, un movimiento por la defensa de los derechos humanos, especialmente de los DESC, pero también se producen algunas alternativas en el movimiento estudiantil, la mayoría reivindicando algunos niveles de independencia y autonomía.

Sin embargo, tanto en el Caracazo de 1989, como en el intento de golpe de 1992, estos movimientos quedan descolocados frente a las nuevas realidades. De hecho, las diversas agrupaciones políticas de izquierda que promovieron algunos de los movimientos mencionados quedan fuera de juego y posteriormente se van integrando, poco a poco, a la iniciativa bolivariana que propone el entonces candidato Chávez.

De hecho, el presidente Chávez, consciente de la situación del tejido social en Venezuela hizo una campaña total que abarcó a todos los sectores del país, inclusive más allá de la izquierda. Hasta tal punto que pudo captar a las bases de los partidos mayoritarios: Acción Democrática y el Partido Demócrata Cristiano (COPEI). En este caso la meta no era organizar a las masas, sino ganar las elecciones.

Sin embargo, una vez que llega el poder, el presidente ha seguido empeñado en re-construir el tejido social y organizativo de la población, especialmente en lo que respecta al liderazgo del proceso revolucionario. En el entendido que su Movimiento Quinta República y el resto de los partidos que lo apoyan sirvieron fundamentalmente para ganar las elecciones, pero no representaban cabalmente el partido de la revolución ni interpretaban la organización de los sectores sociales en Venezuela.

Frente a la Globalización

Aunque la mayoría de los movimientos latinoamericanos nacieron del conflicto dialéctico entre identidad y sistema, en los últimos años han surgido en América Latina movimientos nacidos de la globalización para protestar contra las privatizaciones temerarias, los tratados de libre comercio, el modelo neoliberal de desarrollo y la imposición de patrones de consumo alienantes. Se trata de la llegada de una nueva “ola global” de movimientos como las que vivió la región después de la Revoluciones soviética (1917), China (1949) y Cubana (1968). Por estas mismas razones el movimiento zapatista de México ha sido considerado como el precursor de la globalización latinoamericana y la Declaración de Lacandona que le dio origen como un grito de protesta al estilo de los gritos mexicanos de emancipación del siglo XIX pero con motivaciones del siglo XX como su denuncia del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, México y los Estados Unidos (NAFTA) o su exigencia de restablecer la Organización Internacional del Café para defender los precios internacionales del grano para los pequeños productores campesinos. Banderas zapatistas como la defensa de la soberanía alimentaria contra la competencia desleal de importaciones agrícolas subsidiadas, fueron retomados por otros movimientos regionales contra los tratados de libre comercio de la misma manera como, en su época, se extendieron como pólvora todas las banderas agraristas de Pancho Villa.

La presencia sistémica de estos nuevos movimientos sintonizados globalmente como su interrelación a través de las redes internacionales puede interpretarse como el principio de construcción de una nueva ciudadanía global nacida de una identidad multidiversa que busca superar la paradoja de un mundo cada día más integrado simbólicamente y más desintegrado socialmente. De alguna manera, estos movimientos sociales globales han representado la posibilidad de oxigenar, lejos del “reduccionismo socioeconomómico de la política” planteado por el debate neoliberal, la agenda política contemporánea. Esta última se ha visto en efecto renovada con la introducción de temas “frescos” como la defensa ecológica, la equidad de género o la propia preservación de la democracia a partir del respeto a los derechos humanos. Se trata, en suma, de defender unos derechos culturales - dentro del referente amplio de la defensa misma de los derechos humanos - como el derecho a la apropiación colectiva de ciertos bienes globales como la salud, la educación, el medio ambiente y el trabajo.

El aporte de los movimientos globales no termina allí, se extiende a la modernización de la gestión contestataria a través del empleo de medios de comunicación masiva como el INTERNET que ha servido, por ejemplo, a los indígenas latinoamericanos para crear un sitio web de encuentro. Las redes internáuticas de estos movimientos se parecen al tejido “jaroto”, propio de la región andina latinoamericana: un tejido totalmente asimétrico que sin tener una lógica en su conformación tiene una admirable coherencia en su conjunto.

La lucha del movimientismo latinoamericano por reivindicaciones específicas como tierra, paz y agua, ha nacido de una auténtica conciencia local que coincide con la idea de lo local para lo global que anima el nuevo pensamiento alternativo del mundo. Demuestra también que las luchas por la igualdad social no son incompatibles con las que defienden la diversidad cultural y que, de alguna manera, son inseparables. Hay quienes piensan inclusive que de una adecuada combinación de subjetividades determinadas como las que benefician a los sujetos económicos y subjetividades indeterminadas de impacto más colectivo podría salir una nueva propuesta alternativa global. En el diccionario de lo global, la sumatoria de los esfuerzos de todos estos movimientos constituyen un “capital social” para la región.

CONCLUSIÓN

En resumen, la globalización tiene algunos atributos de alcance, intensidad, velocidad y repercusión elevados, esto es en los flujos y conexiones políticas, económicas y culturales. Sin embargo, la trayectoria del desarrollo de estos procesos sigue siendo incierta, debido a que dependen tanto de una conjunción específica de las circunstancias, como de repercusiones históricas complejas y sumamente diferenciadas. En este aspecto el dominio actual de la globalización neoliberal no es tan seguro como lo insinúan muchos de sus defensores o de sus críticos más entusiastas.

Para comprender cabalmente la globalización contemporánea se debe de explorar la conjunción de las fuerzas de la globalización y la dinámica de su interacción. Por ejemplo, la pauta contemporánea de la globalización del comercio supone la existencia de infraestructuras globales políticas, legales y financieras, mientras que simultáneamente tiene consecuencias financieras, ecológicas, migratorias, políticas, culturales y militares.

La globalización no es un proceso automático o que se reproduce por sí mismo. Por el contrario, lo distintivo acerca de la globalización contemporánea es la magnitud y la institucionalización de su reglamentación política en todos los niveles y la multitud de fuerzas sociales que buscan un proyecto global definido ya sea por los lemas del mercado global.

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