INSTRUCCIÓN DONUM VERITATIS SOBRE LA VOCACIÓN ECLESIAL DEL TEÓLOGO

Fundacion Universitari unicervantes

Luis Gabriel Reyes, OSA.

P. fr. Miguel Villamizar

INSTRUCCIÓN DONUM VERITATIS SOBRE LA VOCACIÓN ECLESIAL DEL TEÓLOGO

“La verdad”

La verdad une y da autonomía  a los hombres para separarlos de las oposiciones y los aislamientos. La Iglesia tiene la gracia de guardar y trasferir el don de la verdad y sólo con esta condición puede ser la sal de la tierra y la luz del mundo, es decir, puede desarrollar su acción pastoral.  Para llevar a cabo esta labor, el teólogo tiene que adaptarse correctamente en la relación entre fe y razón. La fe apela a la inteligencia y, por lo tanto, la ciencia teológica es la inteligencia de la fe. Los teólogos deben tener libertad de investigación, pero en el sentido verdadero de la libertad. La investigación debe respetar el método que se corresponde con el objeto de dicha investigación, que es la verdad revelada «Desatender estos datos, que tienen valor de principio, equivaldría a dejar de hacer teología»

“El teologo y el magisterio”

En la instrucción domun veritatis, el papa recuerda los principios del Magisterio de la Santa glesia católica: «vigilar para que el pueblo de Dios permanezca en la verdad que hace libres». El Magisterio orienta al pueblo de Dios para que vivan una vida digna, para que así puedan profesar sin errores la fe autentica, de esta tarea se hace cargo la doctrina pero también la moral y el magisterio pueden expresar, por un parte, juicios normativos para la conciencia de los fieles y, por la otra, juicios infalibles en relación con los actos que no son conformes a las exigencias de la fe. Las tareas del magisterio se extienden, por lo tanto, también a la ley moral natural. El teólogo, por lo tanto, debe servir a esta dinámica de la fe y, en consecuencia, debe tener la relación adecuada con el magisterio de la Iglesia; sobre todo, como subraya la Instrucción de la que estamos hablando, cuando este teólogo tiene también la tarea de enseñar. La actividad de la enseñanza se convierte, entonces, en «una participación de la labor del Magisterio al cual está ligada por un vínculo jurídico».

El disenso eclesial.

En esta parte del documento se trata sobre el disenso u oposición al magisterio no individual de este o aquel teólogo, pero organizada. Antes del concilio hubo muchas disensiones. Después del Concilio hemos asistido a muchas formas de disentimientos que han sido presentadas como aplicaciones del Concilio. Las observaciones de Donum veritatis sobre la disidencia son muy importantes porque aclaran el significado del pluralismo teológico, que a menudo se denomina causa: "En cuanto al pluralismo teológico, esto solo es legal si hay una unidad objetiva de fe. El pluralismo se basa en la fundamento esotérico del misterio de Cristo, pero al menos no puede cuestionar las verdades que las autoridades ya han dicho. Por otro lado, la razón de los disidentes se basa precisamente en esta profundidad incomprensible. Lo dice todo. Las declaraciones autoritarias son todas relativas.

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