JOSÉ LUIS SÁNCHEZ DEL RÍO
tenzun5 de Septiembre de 2012
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Nace en Sahuayo, Michoacán, el 28 de marzo de 1913, hijo de Macario Sánchez y de María del Río. Un año antes de su martirio, José Luis se había unido a las fuerzas «cristeras» del general Prudencio Mendoza, enclavadas en el pueblo de Cotija, Michoacán. El martirio fue presenciado por dos niños, uno de siete años y el otro de nueve años, que después se convertirían en fundadores de congregaciones religiosas. Uno de ellos es el padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, nacido en Cotija, quien en el libro entrevista «Mi Vida es Cristo» revela el papel decisivo que tendría para su vocación el testimonio de José Luis, de quien era amigo. “Fue capturado por las fuerzas del gobierno, que quisieron dar a la población civil que apoyaba a los cristeros un castigo ejemplar», recuerda el fundador que entonces tenía siete años. «Le pidieron que renegara de su fe en Cristo, so pena de muerte. José no aceptó la apostasía. Su madre estaba traspasada por la pena y la angustia, pero animaba a su hijo», añade. «Entonces le cortaron la piel de las plantas de los pies y le obligaron a caminar por el pueblo, rumbo al cementerio --recuerda--. Él lloraba y gemía de dolor, pero no cedía. De vez en cuando se detenían y decían: "Si gritas 'Muera Cristo Rey'" te perdonamos la vida. "Di 'Muera Cristo Rey'". Pero él respondía: "Viva Cristo Rey"». «Ya en el cementerio, antes de disparar sobre él, le pidieron por última vez si quería renegar de su fe. No lo hizo y lo mataron ahí mismo. Murió gritando como muchos otros mártires mexicanos "¡Viva Cristo Rey!"». «Estas son imágenes imborrables de mi memoria y de la memoria del pueblo mexicano, aunque no se hable muchas veces de ellas en la historia oficial», concluye el padre Maciel. Otro testigo de los hechos fue el niño de nueve años Enrique Amezcua Medina, fundador de la Confraternidad Sacerdotal de los Operarios del Reino de Cristo, con casas de formación tanto en México como en España y presencia en varios países del mundo. En la biografía de la Confraternidad que él mismo fundara, el padre Amezcua narra su encuentro --que siempre consideró providencial-- con José Luis. Según comenta en ese testimonial, haberse cruzado con el niño mártir de Sahuayo --a quien le pidió seguirlo en su camino, pero que, viéndolo tan pequeño le dijo: «Tú harás cosas que yo no podré llegar a hacer»--, determinó su entrada al sacerdocio. Más tarde, al seminario de formación de los Operarios en Salvatierra, Guanajuato lo bautizó como Seminario de Cristo Rey y su internado se llamó «José Luis», en honor a la memoria de este futuro beato mexicano. Los restos mortales de José Luis descansan en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en su pueblo natal.
CRONOLOGÍA DEL JOVEN MÁRTIR:
28-III-1913 Nació en Sahuayo, Michoacán. Sus padres se llamaban Macario Sánchez y María del Río.
03-IV-1913 Recibió el bautismo en la parroquia de Santiago Apóstol, en Sahuayo. Lo bautizó el sacerdote Luis Amezcua, vicario parroquial. Sus padrinos fueron José E. Ramírez y Angelina Ramírez.
12-X-1917 Fue confirmado por el obispo de Tehuantepec, Mons. Ignacio Plasencia.
1922 Hizo su primera comunión.
1927 En el verano fue admitido en las tropas cristeras de Cotija, como abanderado y clarín del General Guízar Morfín.
06-II-1928 En plena batalla, cedió su caballo al General y fue hecho prisionero por las tropas federales cerca de Cotija.
10-II-1928: A las 8.00 p. m. su tía Magdalena le llevó la Sagrada Comunión como viático. A las 11.00 p. m. le desollaron los pies y a golpes lo hicieron caminar hasta el panteón municipal. A las 11.30 p. m. lo apuñalaron y le dieron el tiro de gracia en la cabeza. Su último grito fue: ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
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