ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LA ESCATOLOGÍA DE LA IGLESIA CATÓLICA ¿CAMBIO REAL O APARENTE?


Enviado por   •  25 de Marzo de 2020  •  Tesis  •  4.635 Palabras (19 Páginas)  •  213 Visitas

Página 1 de 19

LA ESCATOLOGÍA DE LA IGLESIA CATÓLICA ¿CAMBIO REAL O APARENTE?

Resumen:

En la presente investigación se analizará a la Iglesia Católica y su infalibilidad desde su nacimiento como incambiable; puesto que así se ha catalogado así misma en sus constituciones a través de la historia.  A su vez se considerará a tres importantes exponentes católicos que según lo que se evidencia en sus más de un escrito, han abandonado sus conceptos de inmortalidad del alma en los temas escatológicos según la Iglesia Católica. Se tendrá como objetivo descubrir que la Iglesia realmente no se ha permeado por los conceptos de dichos exponentes, sino que mantiene sus constituciones intactas desde su nacimiento; como resultado de su infalibilidad papal.

Abstract

This research will analyze the Catholic Church and its infallibility from birth as unchangeable, since it has been catalogued as such in its constitutions throughout history. At the same time, three important Catholic exponents will be considered who, according to what is evidenced in more than one of their writings, have abandoned their concepts of the immortality of the soul in eschatological themes according to the Catholic Church. The objective will be to discover that the Church has not really been permeated by the concepts of these exponents, but that her constitutions are kept intact from birth; as a result of her papal infallibility.

 Introducción

Desde sus orígenes, ocurrido a mediados del siglo V[1] la iglesia católica se ha considerado la depositaria de la verdad,[2] se ha definido así misma como una, santa, apostólica, católica;[3] que  no se ha equivocado ni se equivocará jamás, según el testimonio de la Sagrada Escritura,[4] que forma parte de uno de los pilares de su teología: la profesión de fe.[5] A través de su historia ha mantenido este concepto, aunque, y eventualmente, ha generado algunos maquillajes o ha introducido unas variables que aparentemente indican un cambio, pero sustancialmente mantiene teológica y doctrinalmente su inmutabilidad.

Este artículo procura demostrar que posiblemente, la iglesia católica esté experimentando un cambio en los últimos 50 años[6], en su concepto de inmortalidad del alma.

Un sucinto análisis bibliográfico de tres importantes figuras de la teología católica   Católica, podrían evidenciar ese aparente viraje en su escatología, son : Karol Józet Wojtyta (Juan Pablo II), Benedicto XVI  (Joset Ratzinger) y Juan Luis Ruiz de la Peña, considerado uno de los teólogos de Escatología más importantes de la iglesia católica de los últimos años.

Al parecer la iglesia católica está dando un viraje en cuanto a su escatología y de ser así, la profecía dada por Elena White: “Merced a los dos errores capitales, el de la inmortalidad del alma y el de la santidad del domingo, Satanás prenderá a los hombres en sus redes. Mientras aquél forma la base del espiritismo, éste crea un lazo de simpatía con Roma. Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en tender las manos a través de un doble abismo al espiritismo y al poder romano; y bajo la influencia de esta triple alianza ese país marchará en las huellas de Roma, pisoteando los derechos de la conciencia”[7]. Quedaría sin fundamento y se ubicaría a su autora dentro del grupo de falsos profetas, con el análisis de este pensamiento se llegará a la conclusión de esta investigación.

Escatología católica: definición

 Vale la pena aclarar que tal concepto e interpretación será tomado a partir del Concilio Vaticano II hasta nuestros días. En consecuencia la escatología católica según Madard Kehl es un discurso de lo último y definitivo[8] , un “tratado de realidades y acontecimientos que guardan al hombre después de su muerte (juicio individual, purgatorio, cielo o infierno) y que pone fin a la historia universal (retorno de Cristo resurrección de los muertos y juicio universal)”,[9] considerando de manera amplísima al hombre y el fin de toda la historia del hombre[10].

En la constitución dogmática sobre la iglesia Católica Lumen Gentium del Concilio Vaticano II sobre la naturaleza escatológica de la iglesia peregrinante y su unión con la iglesia celestial, se contempla que hasta que el Señor regrese con majestad y gloria acompañado con sus ángeles y, destruida la muerte, todas las cosas se le sean sometidas, unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican, otros gozan finalmente de la gloria[11]. Al igual se debe mantener con gran piedad la fe de los antepasados acerca de la unión vital con los hermanos que se encuentran en la gloria celeste o que aún están purificándose después de la muerte[12].

En la misma constitución se expresa que la muerte es uno de los enigmas de la humanidad, y que el hombre vive en este mundo con dolor y constante degradación del cuerpo, más aun, al vivir en esas consecuencias del pecado; su máximo tormento es por la desaparición perpetua, entonces juzga con instinto eficaz cuando se resiste a aceptar la perspectiva del desastre total y del adiós irreversible. La semilla de eternidad que en sí lleva, irreducible a la sola materia, se levanta contra la muerte[13].

Para todo hombre que reflexione, la fe, apoyada en sólidos evidencias, responde satisfactoriamente al interrogante angustioso futuro sobre el destino futuro del hombre y al mismo tiempo ofrece la posibilidad de una comunión con nuestros mismos hermanos arrebatados por la muerte, dándonos la esperanza de que poseen ya en Dios la vida verdadera[14] y por lo tanto, no deben de tener temor por lo posterior.

Por su parte, la constitución pastoral Gaudium et spes  se menciona sobre la naturaleza del hombre como una  unidad de cuerpo y alma, quien por su misma condición corporal, es una síntesis del universo material[15]. No se equivoca el hombre al afirmar su superioridad sobre el universo material, por su interioridad es superior al universo entero por lo tanto no debe despreciar su vida y debe honrar su propio cuerpo, como criatura de Dios que ha de resucitar en el último día[16]. Por su parte el Catecismo designa al hombre como un ser débil y mortal[17], explicando que después de la muerte, no habrá solamente vida del alma inmortal[18], sino que también su cuerpo mortal volverá a tener vida[19]. Igualmente responde a la pregunta ¿Qué es resucitar? En la muerte, separación del alma y el cuerpo, donde el cuerpo del hombre va a corrupción, mientras que su alma va al encuentro con Dios, en espera de reunirse con su cuerpo glorificado[20], donde Dios obrando con su omnipotencia dará cuerpos incorruptibles que se unirán con las almas por la virtud de la resurrección de Jesucristo[21].

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (28.5 Kb)   pdf (178.9 Kb)   docx (26.1 Kb)  
Leer 18 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com