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La Catapulta


Enviado por   •  17 de Enero de 2015  •  4.414 Palabras (18 Páginas)  •  213 Visitas

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HOS

El 22 de noviembre de 1963 a las 12.30 minutos exactamente el 35ª Presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy caía asesinado en la Plaza Dealey de Dallas, Texas. Kennedy había viajado a Dallas como escala de su gira electoral para las presidenciales de 1964 y la idea de realizar un viaje en limusina descapotable a través de una ciudad tan hostil como era Dallas, en un país donde cualquiera puede comprar un arma no parece la mejor idea para proteger a un presidente.

Hay que decir que Dallas en 1963 era un bastión republicano con una gran influencia de los sectores de extrema derecha ,en los días anteriores a la visita habían sido repartidos por la ciudad más de 5000 carteles con la foto de Kennedy con la inscripción: "se busca por traidor". Para la extrema derecha Kennedy estaba vendiendo el país a los comunistas y a los negros. El mismo día del atentado, sin ir más lejos, estos grupos, que habían caldeado el ambiente, compraron una hoja entera de publicidad en el diario derechista de la ciudad, el Dallas News, en la que se criticaba duramente al presidente. Tal era el clima de tensión que el jefe de policía de la ciudad, Jesse Curry, apareció en televisión la misma mañana del 22 de noviembre para hacer un llamamiento al civismo.

También hacía poco tiempo que el representante norteamericano en la ONU, Adlai Stevenson, había sido agredido en Dallas por grupos de ultraderecha en el día de las Naciones Unidas, porque acusaban al gobierno de EEUU de haberse vendido a la ONU, "instrumento de los comunistas".

Volviendo al día del atentado, la comitiva no debía pasar debajo del Depósito de Libros desde donde supuestamente disparó Oswald contra el presidente, sino que debía continuar por la calle Main hacia el puente del Pontchartrain. La ruta de la comitiva, fue modificada la noche anterior y no queda claro quien tuvo la máxima responsabilidad en esto, si el Secret Service (protección presidencial) o el alcalde de Dallas, Earle Cabell, que era hermano del ex-vicedirector de la CIA James Cabell, cesado por Kennedy tras el fracaso de Bahía Cochinos.

Este dato es importante porque los diarios de Dallas, en su edición matinal, señalaban la dirección inicial del cortejo y no la modificada, lo que indica la nocturnidad y la sospechosa actitud con la que se había cambiado la ruta. Parece extraño que el Secret Service (SS) encargado de la protección presidencial, así como el FBI y la Policía de Dallas, pasaran por alto las más elementales medidas de seguridad que incluían un viaje en un vehículo totalmente descubierto, un cambio temerario de ruta, la inexistencia (según declara el SS) de agentes en toda la Plaza Dealey, la no vigilancia sobre numerosas ventanas abiertas durante todo el trayecto, etc. Los propios manuales del Servicio Secreto concernientes a la protección presidencial en los itinerarios indicaban el peligro de pasear al presidente en un vehículo descapotado por una ciudad tan hostil. En caso de haberse realizado, como se hizo, debería haber habido decenas (y hasta cientos) de agentes de seguridad y del Servicio Secreto apostados en los puntos estratégicos del cortejo, como sucedía en todos los viajes presidenciales.

Es inaudito que no hubiera ni un solo agente en toda la plaza y que el vehículo realizara aquellos giros tan raros (de Main Street a Houston y de Houston a Elm) cuando podía haber hecho ese trayecto en línea recta solo por Main. Estos giros, que no estaban previstos en el plan inicial, provocaron el descenso de la velocidad de la limusina y, por tanto, convirtieron al presidente en un blanco fácil. (Los manuales y prácticas del SS indicaban que cualquier curva o giro que hiciera la caravana presidencial en cualquier ruta debía ser inspeccionada y asegurada por la presencia de agentes).

A todo esto hay que unir un factor importante. Según la Comisión Warren, Oswald, un comunista convencido, procastrista, ex-desertor en la URSS, había sido el único asesino, disparando tres tiros contra el presidente desde el 6º piso del Almacén de Libros. Pero, si así fue, ¿cómo puede ser que la CIA, el FBI, el SS y la Policía de Dallas permitieran que la comitiva pasara a 12 Km/h sin protección debajo de la ventana del mayor "comunista" de Dallas? ¿Cómo puede el FBI reconocer ante la Comisión Warren que Oswald no había sido sometido a vigilancia antes y durante el viaje presidencial? ¿Por qué Jesse Curry, jefe de la policía de Dallas, aparece en televisión pocas horas después del atentado diciendo que tiene constancia de que el FBI tenía controlado a Oswald y minutos después se desdice públicamente?

En plena guerra fría, se podían contar con los dedos de una mano los desertores norteamericanos emigrados a la URSS y después retornados a EEUU. Menos todavía los que después llevaron una actividad política supuestamente procastrista en Nueva Orleans. Y se entiende mucho menos que toda la Comunidad de Inteligencia norteamericana no vigilara a Oswald.

Pero esa es la clave de todo el asunto, el elemento que contradice los argumentos de la Comisión Warren (CW): Oswald, como veremos después, no fue jamás un comunista.

Pocos segundos después del atentado, decenas de testigos en la Plaza Dealey corrieron hacia el montículo de hierba donde habían oído disparos. La policía de Dallas realizó varias detenciones de vagabundos sospechosos, pero lo curioso del caso es que ninguno de ellos ingresó en comisaría, para una simple identificación. Acababa de ser asesinado el presidente y esos sospechosos desaparecieron. No fueron identificados ni interrogados.

El presidente ingresó cadáver en el Hospital Parckland Memorial de Dallas pocos minutos después del atentado e inmediatamente el vicepresidente Johnson ordenó que la limusina, manchada de sangre y llena de pruebas, fuera limpiada por los agentes del SS en el aparcamiento de ambulancias del hospital. Resulta desconcertante que la máxima preocupación de Johnson 10 minutos después del asesinato de Kennedy fuese limpiar el coche, no sólo por lo absurdo de la premura, sino también por lo escandaloso de eliminación de pruebas que podían ayudar a esclarecer el caso.

Los médicos de Dallas que examinaron el cuerpo determinaron que la bala que Kennedy había recibido en el cuello era una bala entrante, realizada de frente y que, por tanto, más tarde entraría en contradicción con la teoría oficial de la CW. Legalmente, según la Constitución y las leyes del Estado de Texas, la autopsia debía haber sido realizada en Dallas, pero de repente estalló una discusión entre los médicos del Parckland y el SS sobre la custodia del cuerpo.

Entre empujones, en medio de una sonada pelea, los hombres del Secret Service tomaron el cadáver por la fuerza

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