La Iglesia En Puerto Rico

La Iglesia en Puerto Rico: cinco siglos contra viento y marea, a impulsos del Espíritu Santo

Oficialmente, la Iglesia Católica fue fundada como institución en la Isla en 1511, mediante la bula Romanus Pontifex emitida por el Papa Julio II, con la cual se estableció la Diócesis de Puerto Rico, dependiente de la diócesis andaluza de Sevilla. En 1512, se fundó la primera iglesia en el primer asentamiento español de la Isla, llamado “Caparra”. El primer obispo lo fue Alonso Manso, quien también fue el primer Inquisidor General de las Indias Desde los inicios de la conquista y mediante los pactos de derecho canónico del Patronato Real y el Concordato, la corona española y la Santa Sede quedaron ligadas en la empresa colonial, de manera que la Iglesia cedía autoridad a los Reyes Católicos, quienes fungirían como una especie de delegados o vicarios del pontificado en América. Los sacerdotes y las instituciones religiosas apoyarían las gestiones del Estado y su misión en las Indias, fundando escuelas, hospitales y asilos de beneficencia. La fe católica conformaba la única religión permitida bajo la corona española. Esta relación de poder compartido entre Iglesia y Estado perduró durante 400 años. Cerca del 1530, los españoles comenzaron a importar esclavos a Puerto Rico, mayormente, de las regiones del Sudán Occidental y Guinea. Con ellos, se introdujeron nuevos elementos culturales, incluyendo sus creencias religiosas. El proceso de cristianización de los aborígenes y los esclavos africanos fue parte de la misión original de la Iglesia. La invasión norteamericana de 1898 impactó significativamente a la Iglesia puertorriqueña porque acarreó el éxodo de cientos de sacerdotes españoles a su tierra natal luego de que el gobierno estadounidense ordenara la incursión de denominaciones como los Discípulos de Cristo, la Iglesia Metodista y otras que, literalmente, se dividieron la Isla en cinco partes. “Uno de los primeros decretos del gobierno norteamericano fue el de la separación de la Iglesia y estado, dejándola sin ningún ingreso formal. Se confiscaron propiedades de la Iglesia, incluyendo casas parroquiales que, como resultado de procesos jurídicos, se recuperaron. Comenzó el nombramiento de obispos norteamericanos y muchos sacerdotes, religiosos y religiosas peninsulares dejaron la Isla. La fundación de las diócesis de Ponce (1924), Arecibo (1960), Caguas (1964), Mayagüez (1976) y Fajardo-Humacao (2008); las ordenaciones de Luis Aponte Martínez y Juan Fremiot Oliver, la creación del Partido Acción Cristiana, la organización de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, la contribución del Obispo de Caguas Rafael Grovas; la visita del Papa Juan Pablo II y la beatificación de Carlos Manuel Rodríguez son capítulos brillantes en la historia eclesial puertorriqueña, que entraña –naturalmente- la aportación de decenas de personas anónimas, como la hermana

...