La Oracion
sorayadgz22 de Octubre de 2012
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Qué es la oración.
Para orar, es necesario querer orar.
La oración es buscar a Dios, es ponernos en contacto con Dios, es encontrarnos con Dios, es acercarnos a Dios.
Orar es llamar y responder. Es llamar a Dios y es responder a sus invitaciones. Es un diálogo de amor.
Santa Teresa dijo en una ocasión: “Orar es hablar de amor con alguien que nos ama”.
La oración no la hacemos nosotros solos, es el mismo Dios (sin que nos demos cuenta) el que nos transforma, nos cambia. Podemos preguntarnos, ¿cómo? Aclarando nuestro entendimiento, inclinando el corazón a comprender y a gustar las cosas de Dios.
La oración es dialogar con Dios, hablar con Él con la misma naturalidad y sencillez con la que hablamos con un amigo de absoluta confianza.
Cuanto más profunda es la oración, se siente a Dios más próximo, presente y vivo. Cuando hemos “estado” con Dios, cuando lo hemos experimentado, Él se convierte en “Alguien” por quien y con quien superar las dificultades.
Quien tiene el hábito de orar, en su vida ve la acción de Dios en los momentos de más importancia, en las horas difíciles, en la tentación, etc. 15min diarios, el habito de cuarto de h
En cambio, si no oramos con frecuencia, vamos dejando morir a Dios en nuestro corazón y vendrán otras cosas a ocupar el lugar que a Dios le corresponde. Nuestro corazón se puede llenar con:
Lo que no es la oración
Si no se dirige a Dios, no es propiamente oración.
En la oración nos comunicamos con Dios. Si no buscamos una comunicación con Dios, sino únicamente una tranquilidad y una paz interior, no estamos orando, sino buscando un beneficio personal.
Si no interviene la persona con todo su ser (afectos, inteligencia y voluntad) no es oración.
Si no hay humildad y esfuerzo no es oración. Para orar es necesario reconocer que necesitamos de Dios.
Si no hay un diálogo con Dios, no es oración. Si únicamente hablamos y hablamos sin escuchar, nuestra oración la reducimos a un monólogo
Cuando retamos o exigimos a Dios tampoco estamos orando, pues nos estamos confundiendo de persona. Dios es infinitamente bueno y nos ama. No podemos dirigirnos a Él con altanería.
Si no nos sentimos más identificados con Jesucristo no hemos hecho oración. Se trata de poco a poco en la oración identificarnos con Cristo para poder actuar como Él actuaba.
Si no tenemos un fruto de más amor a Dios, al prójimo y a nosotros mismos, no hemos hecho oración. La oración debe verse reflejada en nuestras vidas.
Características de la oración y consejos para orar.
San Ignacio de Loyola dijo: “Orar es gustar las cosas internamente; saborear íntimamente las cosas de Dios.
Características de la oración:
La oración se dirige a Dios y no necesita de muchas palabras. Él conoce lo que nos pasa. Si no logramos escuchar a Dios, volver a intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo.
La oración debe ser perseverante: tener paciencia en establecer ese diálogo con Dios.
La oración debe ser insistente, es decir, no abandonar la oración a la primera sino insistir.
Para orar es necesario ser humildes.
La oración es poderosa:
La oración es confiada: .
La oración, siempre debe estar precedida del perdón
La oración es necesaria para no caer en tentación
Consejos para la oración:
Cuando comencemos a orar es muy conveniente hacer un ejercicio de reflexión para preparar nuestro corazón. Consiste en detenernos un momento a pensar que es lo que estamos haciendo, con quién estamos hablando. Tomar conciencia de que la oración es un diálogo con un Padre que nos ama y que nos ha dado todo lo que somos y tenemos. Todo lo que viene de Dios es bueno, es para nuestro bien.
Para que la oración sea auténtica se necesita buscar con sinceridad a Dios, un clima de silencio interior y exterior quitando el ruido de las pasiones, de los llamados de sensualidad, del orgullo. Tener humildad y deseos de amar a Dios. San Juan de la Cruz nos dice “Olvido de lo creado, memoria del Creador, Atención a lo interior y estarse amando al Amado”.
Dedicar cada día unos minutos a la oración personal. Así como dormimos, comemos, trabajamos y descansamos, la oración debe formar parte de nuestra vida diaria.
Algunas recomendaciones prácticas que cada persona puede adaptar a su estilo de vida:
Lugar: Escoger un lugar específico para orar. No importa cuál sea, mientras nos ayude a obtener el silencio interior que necesitamos.
Horario: Revisar nuestro horario y escoger para la oración un momento en el que nos encontremos en paz y no tengamos muchas ocupaciones y que tampoco nos encontremos muy cansados. Procurar que esta hora sea siempre la misma y mantenerla fija lo más que se pueda.
Postura: La postura es importante, mas no indispensable. La oración no es cuestión de ejercicios físicos, es algo espiritual. Cada quien puede adoptar la postura que quiera, ya que cada persona experimenta las cosas de manera distinta. Nos pueden ayudar algunos ejercicios de relajación y de respiración, pero sin convertirse en el fin de nuestra meditación.
Antes de la oración: Decirnos a nosotros mismos, ¿con quien voy a hablar?, ¿con qué actitud voy a comenzar?, ¿de qué le quiero hablar el día de hoy?
Al principio de la oración: Dejar de hacer lo que estábamos haciendo para dedicar este tiempo a la oración. Dejar a un lado todo lo demás por un tiempo. Ponernos en presencia de Dios Padre, al persignarnos hacerlo pausadamente. Después, ofrecernos a Dios diciéndole “Aquí me tienes Señor, con mis cualidades y defectos”. Aquí se puede tener algún detalle de delicadeza.
Llevar a cabo la oración: Escoger el tipo de oración que se quiera llevar a cabo. Adentrarse en ella. Turnar momentos de hablar y escuchar a Dios a lo largo de la oración.
Propósito concreto para nuestra vida: Sacar como fruto de la oración un propósito concreto a seguir en ese día. Debe ser muy concreto para poderlo cumplir. Por ejemplo, en lugar de decir “hoy voy a ser un buen padre de familia” decir “hoy voy a tener paciencia, no gritándoles a mis hijos a la hora de la cena en la que ya todos estamos cansados”.
Duración: Cada persona sabrá del tiempo que dispone y del tiempo que quiera dedicar a la oración. Es indispensable un mínimo de 15 minutos. Hay que estar conscientes de que mientras más dificultades y preocupaciones tengamos, se debe orar más, pues necesitamos más de la presencia de Dios en nuestras vidas.
Tipos de oración.
Existen distintos tipos de oración:
Oración de alabanza: Es alabar, elogiar a Dios, es “echarle flores” a Dios. Un ejemplo de este tipo de oración son los salmos que forman parte del Antiguo Testamento de la Biblia. Los salmos son ”alabanzas” a Dios. Nosotros podemos utilizar los salmos para rezar, pero también podemos alabar a Dios con nuestras propias palabras.
Oración de agradecimiento: Es agradecer a Dios por todo lo que hemos recibido de él o por algo en particular. Día con día tenemos algo que agradecer a Dios tanto en plano material como en el plano espiritual.
Oración de confianza: Es ponernos en las manos de Dios con la confianza con que un niño pequeño brinca desde la mesa a los brazos de su padre. Es confiar en que Él siempre estará presente para ayudarnos, para darnos las gracias que necesitemos en cada momento. Es tener presente que Dios, que es Todopoderoso, nos conoce y nos ama. Es quitar todo el miedo y la inseguridad de nuestra vida. ¿A qué podemos temer si tenemos un Padre Todopoderoso?
Oración de arrepentimiento y perdón: Dios nos tiene un gran amor y tiene un plan para cada uno de nosotros: Él quiere que seamos felices ahora y para siempre junto a Él. Cuando pecamos, nos negamos a seguir sus planes de felicidad para nosotros. El pecado es decirle a Dios que no nos interesa su plan, que preferimos hacer lo que se nos antoja. En la oración de arrepentimiento, le decimos a Dios que nos sentimos mal de haberlo ofendido, de haber despreciado su invitación a la felicidad eterna, que queremos volver a ser sus amigos. Le pedimos que nos perdone y nos vuelva a aceptar en sus planes de salvación. Todos los días podemos pedir perdón a Dios por nuestras faltas haciendo un acto de contrición y una penitencia que escojamos. En esta oración también podemos abrir nuestro corazón para perdonar a los que nos han ofendido, pidiendo por ellos.
Oración de petición e intercesión: Consiste en pedir a Dios todo lo que necesitemos, lo que más nos haga falta. Podemos pedir cosas materiales o espirituales, con la confianza en que Dios escogerá concedernos sólo aquello que nos haga bien y no nos concederá aquello que nos pueda hacer daño o que se pueda convertir en un obstáculo para nuestra salvación.
Distintas formas de hacer oración.
Los caminos de la oración son muchos. Se puede orar de varias formas. Existen muchos modos de entrar en contacto con Dios. Cada quien elegirá el suyo de acuerdo a su personalidad, a sus circunstancias personales, a lo que le llene más espiritualmente en cada momento determinado.
Éstas son:
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