La Religión Según Santiago

“El que se imagine ser religioso, sin poner freno a su lengua, engaña su corazón, y de nada le sirve la religión. Religión pura en inmaculada, ante Dios Padre es cuidar de los huérfanos y viudas en su tribulación, y conservarse limpio de las suciedades del mundo.”

Santiago, 1:26-27

Muchos autores antiguos usaron la palabra “religión” en hablar de la vida espiritual. En aquella época, el judaísmo consistía más bien de ritos religiosos aunque hoy en día La Religión todavía consiste de esos mismos ritos religiosos. La palabra “religión”, para Santiago, utilizada tres veces en estos dos versículos “se refiere a una religión exterior, de las formas, una religiosidad que se vive exteriormente en ritos y ceremonias.” (LIBRO) Sin embargo estos ritos no salvan el alma y lo alejan a uno de Dios. Para estar cerca de Dios, lo que hay que hacer es purificar el alma, es tener “acciones de amor y en la pureza del alma” (LIBRO)

La palabra ‘imagine’ o como en otros textos utilizan la palabra ‘parecer’ tenía un significado de “ser de la opinión, suponer, pensar, tener reputación de” (LIBRO) y si no lo era, era falso, porque por dentro, no lo es. Por fuera tiene la apariencia de que es algo, pero por dentro, no es nada.

La religión pura se manifiesta por la ayuda a los necesitados: ya sean huérfanos, enfermos, abandonados, solos en el mundo, etc. Debemos estar conscientes de todos ellos, porque algún día a nosotros nos tocará ser esos hijos, nietos, viudos, enfermos, solo, que necesitaremos del amor y atención de los que nos rodeen: seremos “bienaventurados” como dirían Mateo, Lucas, Juan en sus escritos.

Lo que quiere decir Santiago, es que aquel que se considere (sea de la opinión de ser) una persona devota a la adoración de Dios y sus enseñanzas, sin ver que lo que dice con palabras puede ser hiriente a los demás, no se domina, no es una persona que sea digna de llamarse religiosa, es vana, no vale nada, no tiene fuerza porque, de algún modo, se contradice y no es coherente lo que dice con lo que hace. Sino que más bien, aquél que lleve una religión y que ante Dios Padre cuide de los desvalidos, de los que están pasando por momentos de aflicción, se sienten solos y que además se mantenga alejado de los males del mundo terrenal, ese sí se puede considerar religioso.

Para superar los momentos difíciles, que son los que ponen a prueba la Fe de los creyentes, es necesario ser humildes y pacientes. Pero sobre todo es necesario orar; una oración que sea sincera y coherente con el compromiso cristiano. Orar como es debido, significa estar atentos a La Palabra que tiene poder para salvar; aunque no basta con ser oyentes; es necesario poner en práctica esa Palabra con todas sus exigencias, ayudar al desvalido y ser coherentes con lo que pensamos.

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