La penultima morada

LA PENULTIMA MORADA

  Por iniciativa de un matrimonio cristiano, conformado por Ramón e Irma Guerrero se dio inicio a la formación de un albergue para  personas desposeídas ocupando temporalmente una casa prestada en construcción en el Sector El Arado.  Posteriormente consiguieron una morada muy pequeña en el sitio denominado La Callejuela en las inmediaciones del Parque Carabobo, vereda de acceso a la vivienda con salida cerca del Cementerio Municipal de Tovar, y donde siguieron haciendo la labor de hospedar y cuidar a los ciudadanos en situación de calle,  y cuyo ambiente fue bautizado “El Buen Samaritano”.  Al transcurrir algún tiempo y en consideración a que crecía el número de  las personas que eran auxiliadas, el Dr. José Rafael Pulido Hernández cedió en calidad de préstamo una vivienda con historia.  Se dice con historia, porque en esa vieja casona se han desarrollado actividades de hotel, vivienda,  siendo sus últimos ocupantes un grupo de ahora renombrados artistas plásticos, que por años hicieron de esa sede su taller de creación artística.  Mudados a esa infraestructura  ubicada en el sector El Corozo en las inmediaciones del Centro Cultural Mocotíes, que si bien necesitaba urgentes remodelaciones, era céntrica y además cedida  con generosidad por su propietario Dr. Rafael Pulido Hernández, para que allí contaran gratuitamente con un techo. Este albergue se mantuvo por años recibiendo colaboraciones monetarias y en especies del pueblo de Tovar,  además de visitas de algunas personalidades que eventualmente venían a Tovar y Traian sus donativos para esta obra de beneficencia; igualmente se unieron personas que  consuetudinariamente colaboraban entre ellas la Señorita Gloria Salinas, persona preocupada por el trabajo social y quien decidió procurar un mejor ambiente para esta labor impagable que se estaba realizando.  El Propietario de la casona,  Dr. Rafael Pulido, “Arreglando las maletas” como lo dice él, invitó a un grupo de personas a su casa de campo en Chiguarà para conversar sobre la idea de donar esa infraestructura para que siga prestando beneficio a los más necesitados del pueblo de Tovar,  con la exigencia sin ecuanon de conformar una Fundación sin fines de lucro para la atención de personas mayores, desprotegidas;  lo cual se  logró el 19 de septiembre del 2007 con el nombre de FUNDACION CASA HOGAR TOVAR.    El Dr. José Rafael Pulido H. dotó a la Fundación con lo indispensable para que se cumpliera apropiadamente el objetivo, como son: con camas, colchones, cocina y nevera;  así mismo propicio la unión de voluntades  incorporando  MANOS MARAVILLOSAS que se dieron a la tarea de adecentar el lugar, asumiendo responsabilidades para el permanente crecimiento y fortalecimiento de la recién creada Institución.  No es fácil detallar nombres, pero si lo hacemos en cuanto a lo legal;  la primera Junta Directiva, a la que le tocó descorchar pisos, pintar paredes, cocinar alimentos que no habían, quienes vivieron las verdes (aun no están las maduras) estuvo conformada por Mario Vera, Ramona Salinas, Fanny Labrador, Ana Gómez, Ana Dolores Contreras de Jiménez, Ramón Guerrero, Maritza Pineda, Gloria Salinas, Yajaira Fernández, Margarita Contreras Gavidia.  Posteriormente, al poner en práctica el Estatuto surgieron cambios y entre incorporarse y retirarse la colaboración ha estado también en manos de: Jesús Carrero Morales, María Orozco, Luis Pulido Hernández, Digna Useche de Colón (+), Betty Medina Jaimes, Carmen Salas de Díaz, Ana Salinas Osorio, Edgar Contreras, Alfredo Salas Guerrero.  La Institución ha sufrido cambios sustanciales en cuanto a su infraestructura para adecuarla al fin que cumple, comenzando con una donación de la estrella del Béisbol Johan Santana, quien visito la Institución en algunas oportunidades y por medio de la Fundación que preside, realizó un importante donativo para comenzar  la construcción de nuevas habitaciones acordes con las necesidades de los residentes,  los cuales reciben diariamente todas las atenciones básicas y necesarias que precisa el ser humano, como es el alojamiento, alimentación, vestuario, atención medica y dignificación humana como si estuvieran en su propia casa.  Es cierta la fama de pedigüeños que tiene la CASA HOGAR TOVAR, pero en vista de que es una institución sin fines de lucro y sin peculio propio, se ha hecho encomiable los logros de la misma y se puede sentir orgullo cuando los colaboradores y familiares de los residentes son recibidos con las puertas abiertas y pueden constatar de primera mano que observan a detalle el DEBER CUMPLIDO al brindar una penúltima morada a los residentes de este sueño de muchos realmente hecho realidad

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