Las Madres

Cómo amar a nuestras madres

De niños, mostrábamos amor a nuestra madre con abrazos, dibujos y mimos. Pero ahora que somos adultos, algunos no estamos seguros de cómo demostrarles amor. A veces, esto se debe a que la relación es problemática. Atender sus necesidades a medida que envejece puede ser agotador emocionalmente y requerir mucho tiempo. Quizás resentimientos o experiencias de conflictos en el pasado, de maltratos o rechazo en la niñez, han creado una barrera.

Sin embargo, a pesar de las historias del pasado y de las dificultades en el presente, no podemos ignorar el mandamiento bíblico de honrar a nuestros padres (Ef 6.2). Hay cuatro maneras de respetar y amar a nuestras madres, a pesar de lo que haya sucedido en su relación.

1. Ámala con paciencia. Todos cometemos errores. Piensa simplemente en cuán paciente es Dios contigo, y has lo mismo con tu madre.

2. Trátala con amabilidad. La rudeza sólo revela nuestras propias imperfecciones y en nada ayuda a tu madre o mejora la relación.

3. Actúa con generosidad. Estamos llamados a seguir el ejemplo de Cristo de servir con generosidad, en vez de lo que nos convenga o resulte cómodo.

4. Recuerda que el amor requiere perdón. Guardar resentimiento no solamente nos envenena; también impide que se cultive una buena relación.

Ahora bien, todo esto suena imposible, y lo es —si Cristo no está viviendo en ti. Él sabe exactamente cómo amar a tu madre. El Señor te guiará y te dará el poder para responder como Él lo haría, si le das el control de tu vida.

Lee: 1 Corintios 13.4-7

"4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta."

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