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Lectura Del Dia


Enviado por   •  2 de Julio de 2014  •  771 Palabras (4 Páginas)  •  228 Visitas

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Curación de dos endemoniados

Mateo 8, 28-34. Tiempo Ordinario. Nos entusiasma ver cómo Jesús vence al demonio y nos acerca a su Padre.

Curación de dos endemoniados

Del santo Evangelio según san Mateo 8, 28-34

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos. Vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: -¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo? Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo. Y le suplicaban los demonios: -Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos. Él les dijo: Id. Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas. Los porqueros huyeron, y al llegar a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados. Y he aquí que toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase de su término.

Oración introductoria

Señor, porque creo en Ti y te amo, quiero vivir hoy, y siempre, muy cerca de Ti, así el pecado no tendrá cabida en mi vida. En este momento de oración quiero renovar mi total adhesión a Ti, ayúdame a pensar, hablar, actuar y amar como Tú, te lo pido por intercesión de María, tu santísima madre.

Petición

Jesús, te pido que nunca te alejes de mi vida y que reines siempre en mi corazón.

Meditación del Papa Francisco

Siempre debemos vigilar contra el engaño del diablo. No se puede seguir la victoria de Jesús sobre el mal en el miedo, no hay que confundir, relativizar la verdad en la lucha contra el demonio.

Jesús echa fuera demonios, y alguien empieza a dar explicaciones para disminuir la fuerza del Señor. Siempre existe la tentación de menospreciar la figura de Jesús como si fuera, en el mejor de los casos, un curandero, que no debe tomarse muy en serio. Una actitud que ha llegado a nuestros días.

Jesús vino a destruir al diablo, a darnos la liberación de la esclavitud del diablo sobre nosotros. Y, no se puede decir que exageramos. En este punto no hay matices. Hay una lucha, y una lucha en la que se juega la salud, la salud eterna, la salvación eterna para todos nosotros. Siempre debemos vigilar, vigilar contra el engaño, contra la seducción del mal... (Cf. S.S. Francisco, 11 de octubre de 2013, homilía en Santa Marta).

Reflexión

¿Qué harías si al entrar en un

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