Navidad

¿Cómo pasamos de tener un espíritu navideño a un espíritu de interés material?

Por: María Camila Bolaños.

Comenzaré recordando cuando llegaba el mes de diciembre, sentía que me llenaba de alegría al pensar que estaría compartiendo con las personas que amaba y que volvería a ver aquellos que estaban lejos, era tan emocionante el saber que aunque sea por un solo día mi familia se reuniría y las diferencias que existían entre nosotros, ese día desaparecían.

Ahora solo puedo decir que son bellos recuerdos, porque aunque las personas nos reunamos a celebrar tan maravillosa fecha, estamos pensando en: ¿qué me regalaran?

Si le preguntas a alguien que es Navidad, te encontraras frecuentemente la respuesta: “es cuando el niño Dios te trae regalos”; si, lamentablemente esa es la idea que se nos ha infundado, pues los padres en su gran mayoría han puesto la Navidad como excusa para que los niños “se comporten bien”, por así decirlo, pues se les introduce la idea que si no se portan bien el niño Dios no les traerá regalos, pero lo que se está logrando con ese tipo de ideas es que los niños vean la Navidad como simplemente el recibir regalos y nada más.

En lugar de implantar tan absurdas ideas, nosotros deberíamos enseñarles que la Navidad es una época de hermandad, de dejar los rencores atrás y pensar en nuevos proyectos, de compartir en familia y amigos, que aunque no se reciban obsequios lo más importante es estar con salud y alrededor de las personas que se ama.

Hoy en día se piensa que la Navidad es recibir obsequios, y no vemos que la Navidad es más que eso; es estar en intimidad familiar alrededor de aquel gran árbol lleno de adornos y luces, contemplando ese pesebre que mamá pasó horas en elaborar, para recordar no sólo el nacimiento de Jesús, sino además ver más allá del quebranto, las desilusiones, las adversidades y el interés económico; logrando que el espíritu se fortalezca en medio de una celebración tan mágica y majestuosa como la Navidad.

La Navidad debiera significar ocupar tiempo precioso con tu familia y amigos. Tiene que ver con acariciar y celebrar el amor que compartes, pero, tristemente el amor puede perderse entre el movimiento y el bullicio, a veces está tapado por las decoraciones y regalos, las compras sin fin, y la cena de Navidad y su contenido.

Las festivas decoraciones, los deliciosos alimentos, los muchos regalos, caerán en el olvido la mayor parte de ellos, perdidos entre los recuerdos de muchas Navidades; pero el amor que habrás compartido y alimentado vivirán por siempre, trayéndote felicidad a tu vida y a la de tus seres amados.

Ahora pregúntate: ¿Te está haciendo a ti y a tus amados más feliz esta Navidad? , ¿O estás dejando fuera las cosas verdaderamente importantes en la vida para así seleccionar los regalos perfectos,

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