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Pio Y El Angel

jbarrios96019 de Octubre de 2013

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P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.

SAN PÍO DE PIETRELCINA

Y SU ÁNGEL CUSTODIO

LIMA – PERÚ

SAN PÍO DE PIETRELCINA Y SU ÁNGEL CUSTODIO

P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.

Primera edición,

3.000 ejemplares

Nihil Obstat

P. Ignacio Reinares

Vicario Provincial del Perú

Agustino Recoleto

Imprimatur

Mons. José Carmelo Martínez

Obispo de Cajamarca (Perú)

Hecho el Depósito legal en la Biblioteca nacional del Perú Nº

ISBN:

Dirección: Parroquia La Caridad - Pueblo Libre

Teléfono: 4615894

LIMA – PERÚ

ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN

PRIMERA PARTE: SU VIDA

Su familia. Infancia y adolescencia

Noviciado. Sacerdocio

San Giovanni Rotondo. El diablo.

Su carácter. Llamado a filas

Las llagas. Calumnias

Dones sobrenaturales a) Bilocación

b) Perfume sobrenatural c) ¿Vivir sin comer?

d) Fiebre altísima e) Conocimiento sobrenatural

La misa. La Virgen María

Casa Sollievo della Sofferenza

Grupos de oración. Su muerte

SEGUNDA PARTE: RELACIÓN CON SU ÁNGEL CUSTODIO

Ángel traductor. Ángel enfermero

Ángel proveedor. Ángel chofer

Recomendaciones sobre el ángel

Ángel defensor. Ángel predicador

Mándame tu ángel. Ángel viajero

Otros servicios. Ángel acólito

Ángeles cantores. El perro guardián

REFLEXIONES

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN

San Pío de Pietrelcina es un santo místico y estigmatizado que tuvo una comunicación frecuente y familiar con su ángel custodio. Es por esto que deseamos manifestar la relación con su ángel y con los de sus hijos espirituales. Ellos ya sabían que, en caso de cualquier dificultad, debían enviar a su ángel al padre Pío para comunicarle la necesidad y él proveía lo más conveniente.

Su ángel le comunicaba los pecados de sus penitentes, le traducía cartas, lo llevaba a veces en bilocación a otros lugares y le hacía multitud de servicios, cuando estaba enfermo. Era ciertamente, un verdadero amigo que estaba siempre a su lado para ayudarlo. Por ello nosotros debemos recordar que también tenemos un ángel puesto por Dios para ayudarnos y que, si no lo invocamos, nos perderemos muchas bendiciones que Dios quiere darnos por medio de él.

Los datos del presente librito los hemos obtenido especialmente de la Positio super virtutibus, una compilación de los testimonios de los que lo conocieron que, en 7 tomos (I/1; I/2; II; II/1; III/2; IV; IV/A), fueron presentados a la Sagrada Congregación para las Causas de los santos con toda la información auténtica y abundante de los testigos para el Proceso de la beatificación y canonización del padre Pío de Pietrelcina.

PRIMERA PARTE

SU VIDA

SU FAMILIA

Vivía en el pueblecito de Pietrelcina a 12 kilómetros de Benevento y 50 de Nápoles, en Italia. Actualmente, el pueblo tienen unos 3.400 habitantes y está situado en una zona agrícola ondulada de colinas a unos 351 m. sobre el nivel del mar. Sus padres se dedicaban a la agricultura y tenían un terreno de una hectárea en un lugar llamado Piana Romana, a media hora a las afueras del pueblo.

A su padre Grazio Forgione le llamaban tío Horacio o tío Razio. Era analfabeto, pero enérgico, inteligente y hábil para el trabajo. Buscando ayuda económica para hacer estudiar a nuestro futuro santo, tuvo que emigrar, primero a Estados Unidos de 1898 a 1903, y más tarde en 1910 a Argentina, donde estuvo siete años.

Su madre se llamaba María Giuseppa di Nunzio y todos la llamaban Mamma Peppa. Era de agradable figura, de carácter decidido y muy religiosa. Ambos formaban un matrimonio muy unido en medio de los trabajos y limitaciones de la vida diaria. Tuvieron siete hijos: Miguel, Francesco (que no vivió ni un mes), Amalia, Francesco (nuestro padre Pío), Felicita, Pellegrina y Grazia (Sor Pía).

Eran pobres, pero no les faltó lo suficiente para vivir, aunque no tenían dinero en efectivo. El padre Pío dirá años más tarde: En mi casa era difícil encontrar diez liras, pero nunca faltaba nada .

Su padre murió en octubre de 1946 en san Giovanni Rotondo, cerca del convento de su hijo, en casa de María Pyle. El padre Pío pudo visitarlo varias veces en los últimos días de su enfermedad .

Su madre murió en enero de 1929, también en la misma casa de María Pyle. El padre Pío estuvo a su lado hasta el último momento, llevándole la comunión todos los días y administrándole los últimos sacramentos.

INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Nuestro santo, Francesco Forgione di Nunzio, nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina y fue bautizado al día siguiente en la iglesia de santa Ana. Le pudieron por nombre Francesco por la devoción de su madre al santo de Asís. Desde niño se le notaba inclinación a las cosas religiosas y se apartaba de los niños que mentían, blasfemaban o tenían malas costumbres .

El padre Agustín de san Marco in Lamis, su director espiritual, afirma en su Diario que los éxtasis y apariciones comenzaron en él a los cinco años, cuando tuvo el pensamiento de consagrarse para siempre al Señor .

Las vejaciones diabólicas comenzaron también a sus cinco años. A los seis años sus padres le encomendaron guardar dos ovejas y llevarlas a pastar. Con ellas se iba cada día a Piana Romana y allí jugaba con su amigo Luis Orlando, otro pastorcito, o se dedicaba a la oración. Amaba la soledad y entre los nueve y once años se hacía cerrar en la iglesia por el sacristán, fijando con él la hora en que debía irle a abrir, pero sin decirle nada a nadie .

Tendría unos diez años, cuando cayó gravemente enfermo, debiendo guardar cama durante un mes. Su madre le rezaba a la patrona de Pietrelcina, la Virgen de la Libera. Como estaban en tiempo de la siega, su madre preparó un plato de pimientos para los trabajadores. El padre Pío recordaba: Sentí el olor de los pimientos y se me abrió el apetito. Mi madre se fue con la mitad de los pimientos y dejó la otra mitad en casa. Me levanté y me comí los pimientos que había dejado mi madre. Me quedé profundamente dormido. Al regresar mi madre, me encontró todavía durmiendo con la cara roja y empapado en sudor. Los pimientos habían hecho de somnífero y poco después de purga. Al día siguiente, estaba restablecido y con salud .

Ya desde esos años se daba disciplinas (latigazos) para asemejarse a Jesús, a quien golpearon los judíos . Sus padres lo enviaron a la escuela. Estudió con el profesor Cosimo Scocca y Mandato Saginario, y también con Don Domenico Tizzani, que había sido sacerdote y estaba casado y tenía una hija; le cobraba cinco liras al mes. Siendo ya sacerdote, tuvo la alegría de reconciliar a Don Tizzani con la Iglesia. Cada vez que recordaba este episodio, levantaba los ojos al cielo y se emocionaba hasta no poder casi hablar, mientras imploraba la divina misericordia .

En la escuela era un buen alumno. Pero, como era serio y no seguía a sus compañeros en sus pillerías, un día le hicieron escribir a una compañera una carta de amor y se la pusieron en el bolsillo de Francesco, diciendo al profesor que estaba enamorando a su compañera. El maestro lo registró, encontró la carta y le pegó. Al día siguiente, la misma compañera, arrepentida, aclaró las cosas. Otro compañero, por envidia, escribió una carta, diciendo que Francesco cortejaba a la hija del jefe de la estación. El párroco lo creyó y le privó de ayudar a misa como acólito; pero, después de las investigaciones correspondientes, el acusador tuvo que admitir que la había escrito por envidia .

Hizo la primera comunión a los once años en 1899. El 27 de setiembre de ese mismo año recibió la confirmación. Cuando siendo joven sacerdote preparó a 450 niños de Pietrelcina para la confirmación, lloró de emoción al recordar lo que el Espíritu Paráclito me había hecho sentir el día de mi confirmación, día único e inolvidable para toda mi vida. ¡Qué suaves mociones me hizo sentir ese Espíritu consolador! Con el recuerdo de ese día me siento enteramente devorado por una llama muy viva que quema, consume y no causa dolor .

LA VOCACIÓN

Desde muy niño sintió inclinación a la vida religiosa y, para poder hacerle estudiar, su padre emigró para obtener el dinero necesario para los gastos. Escogió el ser capuchino, porque con frecuencia llegaba al pueblo fray Camilo, un religioso capuchino con larga barba, muy jovial y amigable con todos, que repartía medallas, castañas y nueces a los

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