Santo Tomas De Aquino
Nellysita118 de Mayo de 2013
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ESCRITOS POLÍTICOS DE SANTO TOMÁS DE
AQUINO
Juan Antonio Widow
INTRODUCCIÓN
Tomás de Aquino (1225-1274) era miembro, hijo segundón, de
familia noble italiana. Destinado en su juventud a ser monje benedictino,
se impuso a su familia —tras duros avatares: un rapto y una prisión de más
de un año en el castillo de Rocaseca— su voluntad de ingresar en la Orden
de Predicadores, fundada a comienzos de ese siglo por Domingo de Guzmán.
Esta Orden, junto con la de los Frailes Menores, supuso en su
tiempo una renovación insólita de la tradición monástica, pues parte de la
vida de los frailes debía desarrollarse fuera de los claustros, donde debían
buscar, además, su sustento en las limosnas de la gente. Los hijos de Santo
Domingo —dominicanos, Domini canes, o dominicos— dedicaban esta
actividad externa a la predicación y a la enseñanza. Para lo cual debían
JUAN ANTONIO WIDOW. Licenciado en Filosofía, Universidad Católica de
Valparaíso. Doctor en Filosfía, Universidad Complutense de Madrid. Profesor de
Teoría Política y Metafísica en la Universidad Católica de Valparaíso y en la
Universidad Adolfo Ibáñez. Director de la revista Philosophica, del Instituto de
Filosofía de la U. Católica de Valparaíso. Autor de numerosos artículos en revistas
especializadas y del libro El animal político (Santiago de Chile: Editorial Universitaria,
1984 [segunda edición 1981]).
Estudios Públicos, 57 (verano 1995).
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estudiar. En las constituciones de la Orden se establece que los frailes “se
dediquen de tal manera al estudio, que de día, de noche, en casa y en viaje
lean algo y mediten”. No podía fundarse un convento sin que hubiese en él
al menos un doctor para instruir a los frailes y a los clérigos de fuera que
quisiesen asistir. La filosofía está presente como disciplina obligatoria en
los programas de estudio, y también el aprendizaje de lenguas.
Tomás entra como novicio en la Orden de Predicadores en 1244.
Tuvo como maestro, durante tres años, a Alberto de Bollstädt, conocido
más tarde como Alberto Magno. Se ordena sacerdote en 1251, y desde
entonces su oficio es el estudio y la enseñanza, que desempeña en la
Universidad de París y en la corte pontificia.
Fue durante toda su vida maestro de teología. Es decir, enseñó sólo
teología. Esta ciencia, según lo explica el mismo Tomás en el comienzo de
la Summa que dedica a ella, comprende en su objeto todo lo que puede ser
sabido. Ese objeto es lo divinamente revelable: “Si, pues, la Sagrada Escritura
considera algo en cuanto revelado por Dios, todo lo que es revelable
por Dios comunica en la razón formal del objeto de esta ciencia” (Suma
Teológica, parte I, cuestión 1, artículo 3, en el cuerpo). Y, como es obvio,
lo divinamente revelable es lo inteligible. No hay, por esto, ningún tema
extraño para el teólogo, del mismo modo como no lo hay para el filósofo.
Lo que distingue al teólogo de los demás científicos es el criterio con que
juzga y su intención cognoscitiva: su finalidad es conocer a Dios, y a todas
las cosas en cuanto son criaturas de Dios, o en cuanto Dios es fin de su
existencia.
Esta intención teológica de su saber es lo que hay que tener presente
cuando se estudia el pensamiento de Tomás de Aquino sobre cualquier
tema específico. Como, por ejemplo, el político. En el breve proemio que
escribió a su De Regimine Principum expresa con precisa claridad esta
intención. Al dedicar el escrito al rey de Chipre, Hugo II, quien le
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