Santo Tomás De Aquino

¿Ciencia o religión, por qué no ambas?

“Todo lo que es verdad, sea quien sea quien lo haya dicho, tiene su origen en el espíritu”. Santo Tomás de Aquino.

En algún momento de la historia humana surgió la idea que la razón y la fe no pueden estar una al lado de la otra. La ciencia, en sí; como lo indica la real academia española, es un “conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales.”

La filosofía o ciencia, porque para Santo Tomás de Aquino eran equivalentes, se basa en lo concreto en lo que el hombre puede ver y tocar, cuantificar, mientras que la teología es la “ciencia que trata de Dios y de sus atributos y perfecciones.”

Esto se puede apoyar en lo que menciona la lectura de la “Summa Theologiae” en la cuestión uno, artículo dos, en la solución donde se expresa que hay dos ciencias: las que deducen sus conclusiones a partir de principios evidentes por la luz de entendimiento natural (humano) y los que son evidentes por la luz de una ciencia superior.

En su obra, Santo Tomás de Aquino, expresa que la religión y la razón pueden estar presentes sin estar una en contra de la otra, lo que desea él es poder hacerle ver a aquellos que presentan interrogantes que hay explicaciones basadas en la ciencia y otras basadas en la fe. Como lo indica Mejía en su libro “La vida de la Iglesia”:

“Santo Tomás comprendió que toda la evolución de su tiempo tendía a desplazar la autoridad por pruebas racionales, de manera que se aplicó a la tarea de incorporar armónicamente toda la ciencia racional aristotélica a la teología cristiana, para fundar así la síntesis de ciencia y religión, saber y fe.”

En la época medieval en la que vivió Santo Tomás, aparece él como iniciador de lo que se conoce como escolástica, la cual considera la relación entre las dos caras de la moneda, que durante años se han considerado “enemigas”, el raciocinio y las creencias.

En la obra la “Summa Theologiae” se hizo un intento por detener la dispersión, la incredulidad de la población, evitar que se cayera en la manipulación ideológica en la que la fe de los pobladores caía al preguntarse y objetar por lo que desde el inicio de cristianismo se creía que era la única verdad. Con ella se deseaba poder responder a esas dudas que tanto aquejaban a los hombres de la época y con ella evitar más ateísmo y herejías.

En la lectura se nota el trabajo minucioso que le llevó a Santo Tomás poder relacionar las teorías aristotélicas con las teorías religiosas, poder expresar con ejemplos la relación razón-fe, que todas las interrogantes tienen una explicación. Se basa principalmente en tratar de resaltar la importancia del orden a partir del principio y las causas, lo que se llama principio de causalidad, el cual “establece que todo ente contingente tiene causa. La causa es aquello que influye en el ser de otra cosa y esto puede hacerse de muchas maneras…”

Indica Santo Tomás que la existencia de Dios, no se puede partir de su causa porque no la hay porque es el Ser Supremo que origino todo lo demás, por lo que no se puede hablar de causas sino más bien de sus efectos, aun cuando no podamos llegar a tener un conocimiento exacto de Él en sí mismo, ya que él es infinito.

Algo interesante que se puede considerar, es que las personas en la actualidad podrían escoger apoyar un lado u otro, considerándose que o se apoya a la ciencias o se apoya a la religión, se puede mencionar que no tiene por qué ser así. En “una encuesta efectuada por Prensa Asociada y el Servicio de Noticias de la NBC descubrió que un 76% de los americanos creen que ambas teorías, la evolución y la creación, deberían enseñarse en las escuelas públicas. Solo 8% deseaba que se enseñara

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